- 2 calabacines grandecitos
- 1/2 kg. de carne picada.
- Tomate frito.
- Para la bechamel (opcional): harina, leche, mantequilla o aceite. A mí, personalmente, me gusta más el saborcito que tiene con mantequilla, pero si se consume a menudo, entiendo que es más sano hacerlo con aceite de oliva.
- Queso rallado (opcional).
Y se hace siguiendo estos pasos:
- Freir la carne picada, con un chorrito de aceite, en la sartén. Salar.
- Pelar los calabacines (se pueden dejar con piel, bien lavaditos; a mí no me gusta, pero se puede hacer), vaciarlos, añadir la pulpa a la sartén en la que estamos friendo la carne picada y disponer los calabacines vacíos en unas fuentes de horno:
- Echar 3 ó 4 cucharadas de tomate frito a la sartén y mezclar todo bien. Rellenar con esta mezcla los calabacines vacíos.
- Echar por encima la bechamel.
En casa, como estamos empatados dos a dos en cuanto a gustos sobre la bechamel, para no pelearnos, hago dos fuentes: una con bechamel para las chicas y otra, sin ella, para los chicos. A los que no llevan bechamel, les echo otro poquito de tomate frito por encima y queso rallado para que se gratinen bien en el horno.
- Metemos las bandejas en el horno a temperatura media durante unos 15 minutos. Con este tiempo, como el calabacín lo hemos metido crudo, se queda "al dente" porque nos gusta más así, las verduras enteritas, mejor que blanditas. Así que, quien lo quiera un poco más hecho, no tiene más que dejarlo en el horno un rato más
Calabacines rellenos sin bechamel. |
Dos apuntes importantes:
- No hay que olvidarse de salar los calabacines una vez vacíos, que como es una verdura dulzona, si no se hace así, quedan demasiado sosos.
- A mí me gusta pasar la carne por la picadora una vez frita y mezclada con la pulpa del calabacín porque se queda más fina y más integrado todo; pero no es indispensable.