jueves, 10 de mayo de 2012

Costillar asado (receta de la abuela)

Hoy una receta sencillita pero sabrosa que puede dejarse preparada con antelación porque aguanta bastante bien el recalentado y que casa muy bien acompañada de arroz blanco, pasta o cuscús. Y, por supuesto, con una ensalada sencilla de lechuga y tomate, para compartir.

Los ingredientes que necesitamos son:
  • Uno o dos costillares de cerdo, dependiendo de los comensales. 
  • 50 gr. de ketchup
  • 100 gr. de miel
  • media cebolla, partida en rodajitas
  • medio vasito de vino. Yo, en esta ocasión, usé vino blanco porque no tenía otro, pero se puede usar también tinto.

Lo preparamos así:
  • Disponemos la cebolla en la base de una fuente que podamos meter en el horno y, sobre ella, los costillares. Salamos al gusto.
  • En un recipiente mezclamos la miel con el ketchup. Para que se integren bien es posible que tengamos que templar un poco la miel al baño maría o en el microondas. Pintamos, con esta mezcla, los costillares y regamos con el medio vaso de vino.
  • Horneamos a temperatura alta unos 45 minutos.
Disfrutamos calentito:


viernes, 4 de mayo de 2012

Pan de tomate

A mi cachorrito mayor le encantan las tostadas de los fines de semana, las tostadas con pan de mamá. Se prepara unos platos para desayunar a base de la susodicha con aceite de oliva, tomatitos cherry, que le pirran y jamón serrano, que le vuelve loco.
El sábado me sorprendió untándose uno de los tomates que estaba más blando, en la tostada y diciendo, además, que estaba muy rico.

Por eso decidí hacer este pan, que había visto aquí y que tenía en la reserva desde hacía un tiempo, pero con el que no me había atrevido por ser él un poco especialito para estas cosas. Y porque la cachorrita pequeña no siente precisamente devoción por el tomate.

Sin embargo, les gustó mucho. Y a los papás de los cachorritos también y he de decir que es ideal para hacerse unas ricas tostadas con un buen aceite de oliva; el sutil sabor del tomate le da un gusto delicioso. Sin duda, repetiremos.

Los ingredientes que yo usé fueron estos:
  • 100 gr. de agua
  • un chorro generoso d de aceite de oliva
  • 90 gr. de tomate recién triturado o rallado. La receta original pide 100 gr., pero los dos que yo usé pesaban 90 gr. No me pareció apropiado abrir otro tomate para cortarle un trocito de 10 gr.
  • 3/4 cucharadita de sal
  • 3/4 cucharadita de azúcar (aquí he de apuntar que en el manual de mi panificadora indican que hay que echar azúcar a todos los panes para que la corteza consiga un grado aceptable de tueste y así lo hice yo al principio, pero no me gustaba el sabor dulzón que eso daba a los panes, así que dejé de echarlo. Sin embargo, en este caso me pareció conveniente usar el azúcar para contrarrestar la posible acidez del tomate)
  • 300 gr. de harina. En este caso yo usé harina de trigo integral.
  • 6 gr. (aproximadamente) de levadura fresca.
Se pone todo en este orden en la cubeta de la panificadora, se selecciona el programa de pan integral (en este caso integral porque lo que usé yo fue harina integral, si se usara harina de fuerza "normal",  habría que elegir el programa de pan básico) y se deja actuar. Tarda algo más de tres horas.

En esta ocasión, como casi siempre, yo la dejé programada, me acosté y me encontré esta maravilla cuando me levanté por la mañana:



Si te interesa preparar este riquísimo pan, pásate por aquí para ver una aclaración importante.

jueves, 3 de mayo de 2012

Más magdalenas. Magdalenas con pepitas de chocolate


¿Qué haces cuando tu hijo de seis años te pide para desayunar al día siguiente magdalenas de esas tan ricas que hiciste la semana pasada? ¿Y si te pide que las hagas con pepitas de chocolate?
Pues la respuesta es obvia: te pones, loca de contenta, a hacer magdalenas a pesar de que no entraba en tus planes y a pesar de que, por ese motivo, terminas acostándote casi a las 12 de la noche.

Así que anoche hice mi segunda tanda de magdalenas, siguiendo, más o menos, la receta de la anterior, pero introduciendo algunas novedades que detallo a continuación:
  • No les puse canela porque, aunque no llevaba demasiada, el sabor me resultó cansino en las últimas que me comí.
  • Cuando tuve la mezcla lista, separé la mitad a otro recipiente y añadí en uno de ellos unos 50 gr. de pepitas de chocolate. Lo integré en la masa, sin batir, para que las pepitas quedaran enteras y metí los dos recipientes unas 2 horas en el frigorífico.
  • Pasado este tiempo, rellené las cápsulas y las horneé. Reduje el tiempo de horneado respecto a las anteriores y, además, bajé también un poco la temperatura del horno. Esta vez estuvieron unos 10 minutos a 180º aproximadamente. Quiero insistir en la vida propia de cada horno.

El resultado ha sido más que satisfactorio. Para mi gusto, están mucho mejores que las anteriores porque están más jugosas y la verdad es que la idea de ponerle las pepitas de chocolate fue muy buena porque el resultado no es una magdalena de chocolate, si no una normal, dulce, rica, con sorpresa en algunos bocados.
Además, el chocolate que usé no es excesivamente dulce, tiene un toque ligeramente amargo que contrasta muy bien con el dulzor de la magdalena.

Acompañadas de un buen café, un desayuno o merienda excelente.

¡Disfrutadlas!