viernes, 29 de junio de 2012

Hummus

Hoy una recetita sencilla y que nos facilita la posibilidad de comer legumbres en verano porque sanas son siempre, eso lo tenemos claro, pero apetecibles con estos calores en sus versiones tradicionales, ya no tanto.
A mí, personalmente, me cuesta sentarme a comer un buen cocido en pleno verano, aunque de vez en cuando sí lo preparo porque a los cachorritos sí que les gusta y, sobre todo, tener caldo congelado te apaña cualquier cena o comida en un santiamén.

Así que pensé en preparar un hummus que, además de sano, al tomarse fresquito o, al menos, del tiempo, parece que apetece más durante estos meses estivales.
Como ya lo había preparado anteriormente y recetas hay muchas por la web, no sé exactamente de dónde la cogí; una de las que consulté fue esta, pero son básicamente todas iguales o muy parecidas.


Ingredientes:
  • 400 gr. de garbanzos cocidos.
    1 diente de ajo.
  • un chorro de aceite de oliva virgen extra.
  • 4 cucharaditas de tahine o pasta de sésamo.
    Es un ingrediente fundamental a la hora de preparar este plato porque es lo que hace que deje de ser un simple puré de garbanzos, para convertirse en hummus. Se encuentra fácilmente en herbolarios, tiendas de alimentación ecológica o "alternativa" y, aunque suele comercializarse en botes bastante más grandes de lo que esta receta requiere, lo cierto es que se conserva bien durante bastante tiempo y luego puede emplearse para la elaboración de otros platos.
  • El zumo de un limón.
  • Para decorar: semillas de sésamo, almendras fileteadas, pimentón dulce, unos garbanzos cocidos, un chorrito de aceite de oliva o lo que se nos ocurra. 

Elaboración:
  1. Ponemos en un recipiente grande todos los ingredientes salvo los que tenemos para decorar y batimos con la batidora hasta obtener la textura deseada; a mí me gusta más que quede como un puré fino.
  2. Si lo vamos a consumir en el momento, se sirve en los platos o recipientes elegidos y se decora con los ingredientes que hemos reservado para ello. También podemos conservarlo en el frigorífico y emplatarlo posteriormente, en el momento de consumir. Aguanta unos 5 días.


Esta foto es de los primeros tiempos del blog;
la conservo, a pesar de los pesares, para mostrar que en algo he mejorado :)

No dejéis de consumier legumbres con la llegada del calor, son básicas en la dieta mediterránea, muy sanas y no engordan tanto como se cree, dependiendo de cómo se cocinen.


miércoles, 27 de junio de 2012

Despedimos los bizcochos hasta después del verano

Entre el calor que hace, que no apetece un bizcocho si no, más bien, un helado y que empieza el periodo estival que pide más calle, más piscina y comidas más frescas, creo que me dedicaré a otras cosas.
Por eso, hasta septiembre, probablemente no publicaré ninguna receta más de bizcocho. Ya veré si me da tiempo, como me gustaría, a estrenarme con la heladera que me han prestado amablemente y que, de momento, lleva como semana y media en el congelador.
Igual cae alguna tarta más porque nos queda pendiente una celebración más de los cumples de los cachorritos pero, a excepción de eso, durante el verano espero deleitaros con recetas refrescantes que es lo que pide el cuerpo. Y si el cuerpo lo pide, será por algo.

martes, 12 de junio de 2012

Pan de tomate (II)



Abro esta breve entrada para puntualizar algo sobre la receta del pan de tomate: la cantidad total de líquido que necesita este pan para la cantidad de harina indicada, es de 200 ml, lo que significa que si el tomate que hemos triturado pesa 120 ml (hablo en mililitros y no en gramos porque yo lo peso después de triturado, de manera que ya estamos ante un líquido), debemos completar con agua hasta alcanzar los 200 ml, es decir, que necesitaremos 80 ml. de agua.
Si el tomate pesara menos, tendríamos que echar más cantidad de agua, siempre hasta completar los 200 ml.

Llegué a esta conclusión después de hacer varias veces este pan. La primera salió estupenda puesto que me ceñí a las cantidades de la receta original, pero entre medias hubo un par de desastres que, después pude averiguar, se debieron a un exceso de líquido.

Como última aclaración, decir que en esta ocasión lo hice con harina de fuerza de trigo, blanca, sin más, pero se puede hacer con distintos tipos de harina y de distintos cereales. Tengo pendiente probarlo con centeno.

lunes, 4 de junio de 2012

Masa para croquetas

Ayer por la tarde aprovisioné el frigorífico de algunos indispensables en nuestra cocina. En un plis plas (un plis plas que duró un par de horas) hice un rico salmorejo y la masa para dos tipos de croquetas. Ahí me quedé. No dio tiempo a que la masa se enfriara para enrollarla, así que se quedó en el frigorífico a la espera de que una tarde de estas, hoy o mañana, tenga un huequillo para terminar el proceso.

Como es mejor ir paso a paso, aquí va la receta de la masa de las croquetas. No es muy difícil, pero sí laborioso, por eso yo suelo hacer una tanda bastante hermosota y así puedo congelarlas e ir tirando de la reserva para cuando nos va haciendo falta. Si las acompaño de un tomate picado, de un poquito de puré o de un plato de guistantes con jamón, que a mis cachorritos les encanta, me apañan una cena cuando no he podido o no he tenido tiempo de preparar algo más elaborado.
Por eso, porque son ellos quienes principalmente las comen, prefiero hacerlas en casa y no comprarlas congeladas. Por eso y porque están mucho más ricas, dónde va a parar.
Porque no quiero presumir, pero me salen muy ricas.

Puedo decir que esta es la receta del "a ojillo" por excelencia, porque no puedo daros cantidades exactas de ninguno de sus ingredientes. Lo que yo utilicé en esta ocasión, ha sido:
  • aceite de oliva
  • jamón serrano cortado en taquitos finos, unos 150 gr.
  • 4 lonchas de fiambre de pavo, cortadas en trozos pequeños
  • media bolsa de espinacas frescas, picadas finitas en la picadora
  • harina
  • leche
  • una cucharadita de sal.
Puntualizo que son dos tipos diferentes de croquetas, aunque lo que me gusta de este plato es que se pueden preparar de lo que se quiera, el único límite es la imaginación y las necesidades de cada uno. En muchas ocasiones las preparo con los restos del cocido y es una forma estupenda de aprovecharlo; con la misma filosofía, cualquier "repitajo" de comida que no queráis o no podáis aprovechar para otra cosa, ¡¡a la masa de las croquetas!!.
Y se hacen así:

  • En una cacerola de base ancha se echa un chorro de aceite de oliva y se calienta.
  • Una vez caliente se añade el ingrediente principal de las croquetas, el que le va a dar sabor. En este caso, eché el jamón serrano en taquitos y las lonchas de pavo. Se deja rehogar, sin que se queme. Hay a quien le gusta añadirles cebolla picada; se echaría lo primero de todo; nosotros las preferimos sin. Pero si se echa, cuidado con quemarla, que es fácil.
  • Cuando esté rehogado, se va añadiendo harina poco a poco, para que no se formen grumos. Es importante tostarla un poco al principio para quitarle el sabor a harina cruda.
    Remover sin parar para que no se agarre y no se formen grumos.
  • Cuando la harina esté bien integrada con el aceite, se puede ir incorporando el líquido, también a poquitos, al menos al principio.
    Se puede utilizar caldo (de verduras, de ave, de cocido, según el tipo de croquetas que vayamos a preparar) o leche, al gusto de cada casa. Yo las preparo con leche.
    Así que vamos echando la leche poco a poco, de nuevo el motivo es el mismo: evitar los grumos. Y seguimos removiendo hasta que la masa adquiera la consistencia deseada.
  • A partir de aquí hay que continuar añadiendo harina y leche, en cantidades moderadas, primero una y luego la otra, hasta que se vayan integrando. La cantidad de cada una depende de varios factores, fundamentalmente de cuánta masa queremos obtener y de lo espesa que nos guste.
    Yo tiendo a hacerla bastante compacta porque luego es más fácil de enrollar (así llamo yo a dar la forma de croqueta) pero sobre todo porque al cachorrito mayor no le gustan demasiado blandas. Ya me ha ocurrido alguna vez haberlas hecho un poco más suaves y luego no querer comérselas.
  • Y que no se nos olvide echarle la cucharadita de sal en algún momento mientras estamos añadiendo, alternativamente, harina y leche porque un despiste así tiene mal remedio. Hablo por experiencia.
  • Cuando hemos terminado, se deja enfriar para proceder, en otro momento a enrollar las croquetas. Eso os lo contaré en otra entrada porque ya he dicho al principio de esta que ayer no me dio tiempo.
La otra masa de croquetas que preparé ayer fue de espinacas. Se hacen exactamente igual, con la única diferencia de que el rehogado inicial es con espinacas. El resto del proceso es el mismo.


Esta es una muestra de las dos cazuelas de masa de croquetas que tengo ahora en el frigorífico, a la espera de podamos completar la última fase. Igual les pido a los cachorritos que me echen una mano.

http://cocinandoparamiscachorritos.blogspot.com.es/2012/06/salmorejo-my-way.html