martes, 30 de octubre de 2012

Pizza de vegetales, queso de cabra y cebolla caramelizada


Ya me he posicionado en alguna ocasión a favor de la pizza, así que ahora que ya empieza el frío y que tenemos por delante largas tardes en casa, muchos sábados cenamos pizza. La masa la preparamos  con nuestra panificadora y el resto lo hacen los cachorritos, a su gusto. Así pasamos la tarde y cenamos en familia, ¡¡es muy divertido!!

En esta ocasión, la masa de la pizza la varié un poco respecto a la que suelo preparar. En cuanto al "relleno" (¿podemos llamarlo relleno, puesto que va por encima? en sentido estricto no, pero no encuentro otra palabra que me valga), lo vamos improvisando en cada ocasión, según lo que haya en el frigorífico y lo que les apetezca a los cachorritos. Procuro que siempre elijan algo de verdurita, para hacer la dieta bien sana. Ya les sale solo: el otro día fueron ellos los que pidieron los espárragos trigueros.

Ingredientes:
Para la masa:
  • 500 gr. de harina. En esta ocasión yo usé la mitad de trigo integral y la otra mitad de espelta, también integral.
  • 275 ml. de agua.
  • un chorrito de aceite de oliva.
  • una cucharadita de sal
  • 10 gr. de levadura fresca.
Para el "relleno":
  • una cebolla
  • medio puerro
  • un manojo de espárragos trigueros
  • queso rallado o mozzarela
  • queso de rulo de cabra
  • tomate frito
  • unas lonchas de pavo (fiambre de pavo)
  • 3 o 4 cucharaditas de azúcar moreno
  • vinagre de módena
  • aceite.
He de decir, antes de nada, que esta es la versión para mamá. Los cachorritos se prepararon -para ellos y para papá- una versión más infantil, con queso rallado, tomate frito, taquitos de beicon, aceitunas y espárragos trigueros. Bueno, en la de papi también había puerro. Así que, ya veis, casi una pizza para cada uno, casi como si estuviéramos en el restaurante.

Preparación:
  • Ponemos todos los ingredientes necesarios para hacer la masa en la cubeta de la panificadora, primero los líquidos y luego los sólidos. Seleccionamos la opción de amasado y la dejamos trabajar. Si no tenemos panificadora, amasamos a mano y dejamos reposar la masa hasta que, más o menos, doble su volumen.
  • Caramelizamos la cebolla cortada en juliana media: utilizamos el aceite, el azúcar moreno y el vinagre de módena. A fuego bajo y removiéndola a menudo. Reservamos.
  • Cuando la masa esté lista, espolvoreamos la encimera o la superficie de trabajo, así como nuestras manos, con un poco de harina y ponemos la masa encima. Extendemos con un rodillo (también espolvoreado con harina) y hacemos pizzas del tamaño que deseemos.
    Mis cachorritos a veces prefieren hacerla individual, otras veces una grande para todos, según les da. El otro día mi cachorrito mayor eligió pizzas individuarias o, lo que es lo mismo, varias pizzas individuales.
  • Sobre la masa echamos, primero el tomate y el queso rallado o la mozzarela y luego el resto de los ingredientes, salvo la cebolla caramelizada.
  • Metemos al horno previamente precalentado durante el tiempo suficiente para que se cocine la masa y se hagan, sobre todo, los espárragos, cuidando de que no se nos queme. Una media hora debería de ser suficiente.
  • Cuando nos queden unos 5 minutos de horno, ponemos por encima la cebolla caramelizada y servimos inmediatamente, bien calentita.
Me encantó el contraste del sabor semidulce de la cebolla caramelizada con el queso de rulo de cabra, aunque tengo que decir que soy un poco adicta a estos dos productos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Patatas con puerro

Una guarnición sencillita para acompañar cualquier plato. En esta ocasión, junto con un rico salmón al horno.

Necesitamos:

  • Una o dos patatas pequeñas, dependiendo de la cantidad que queramos preparar,
  • Un puerro
  • Aceite para freír
  • sal
  • queso rallado (opcional)
Preparación:
  • Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos como para tortilla. Salamos.
  • Lavamos bien el puerro y lo picamos en rodajas.
  • Sofreímos el puerro en una cucharadita de aceite de oliva; apartamos y reservamos.
  • Añadimos un poco más de aceite a la sartén y freímos las patatas. Mejor que no se queden demasiado crujientes; para ello, procuraremos que el aceite no esté demasiado caliente.
  • Cuando estén a nuestro gusto emplatamos de la siguiente manera: disponemos las patatas en un plato o fuente de servir; por encima colocamos el puerro y espolvoreamos con un poco de queso rallado, al gusto.
Se sirve inmediatamente, calentito y recién hecho está ¡¡¡buenísimo!!!

Salmón al horno

El sábado no cociné yo, pero me permito el lujo de publicar esta entrada en el blog porque la preparó papá para los cachorritos. Y para los mayores, también. Pero cabe dentro de la descripción de este blog "cocinando para mis cachorritos" porque también son suyos; así que, con su permiso (y sospecho que con su secreto orgullo) aquí está.

Nos preparó este salmón al horno y, como guarnición, unas ricas patatas con puerro que son de mi invención. De postre, como siempre, una pieza de fruta porque nosotros los dulces, salvo celebraciones, los dejamos para los desayunos o las meriendas -y no a diario, por supuesto-; detrás de las comidas, siempre fruta.

Los ingredientes necesarios para preparar este salmón al horno son:
  • Filetes de salmón fresco (la cantidad depende de los comensales). Nosotros, además, el pescado solemos preferirlo en forma de filetes para evitar las espinas. De esta manera los niños lo comen mucho mejor.
  • un tomate maduro, mediano,
  • media cebolla,
  • el zumo de un limón,
  • espárragos trigueros para decorar -y para comerlos después también, claro-.
Preparación:
  • Picamos bien fina la cebolla y el tomate maduro. Lo ponemos en una fuente que pueda ir al horno, como base.
  • Sobre la mezcla anterior disponemos los filetes de salmón. Salamos al gusto y regamos con el zumo del limón.
  • Lavamos los espárragos trigueros y descartamos la parte del final, más dura. Yo las voy guardando para preparar una crema de espárragos que ya os contaré en su momento. Los colocamos de forma decorativa sobre el salmón.
  • Horneamos a horno medio durante, aproximadamente, media hora. Es conveniente no dejarlo mucho rato porque los pescados suelen cocinarse rápido y un horneado prolongado los dejaría secos.
Se sirve acompañado de la guarnición elegida. Bien sencillito y bien rico. Animaos a probarlo. 

Apuntes:
  • El pescado cocinado con algo de salsa, no frito o a la plancha, aguanta bastante bien el "recalentado", con lo que es buena opción para comer de sobras o de tupper en el trabajo.
  • El salmón es un pescado azul, con lo cual nos aporta gran cantidad de ácidos grasos omega-3 que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos. Precisamente este aporte de grasas es lo que, bajo mi punto de vista, permite que lo cocinemos sin gota de aceite, como en esta receta.
    Prefiero el salmón al horno o en papillote, que a la plancha. En la plancha el regusto a aceite lo hace más pesado, a mi parecer. El zumo del limón, ayuda también a aligerar el plato.

martes, 16 de octubre de 2012

Pan de molde para el día mundial del pan

Si tenemos días mundiales para todo, ¿cómo no iba a existir el día mundial de algo tan rico y tan básico como es el pan? Pues sí, hoy es el día mundial del pan.

World Bread Day 2012 - 7th edition! Bake loaf of bread on October 16 and blog about it!



Y lo celebramos con una receta de un rico pan de molde que hace las delicias de los cachorritos (y de sus papás y abuelos, todo hay que decirlo). Llevo ya un tiempo queriendo colgarla, pero no he tenido ocasión. El día mundial del pan me ha parecido la mejor para no retrasarlo más, así que ahí va.

Mi inspiración vino de aquí, pero con modificaciones sustanciales. Yo os cuento mi receta.


Ingredientes:
  • 300 gr. de harina de fuerza
  • 5 gr. de sal
  • 15 gr. de azúcar
  • 20 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 180 gr. de leche entera
  • 6 gr. de levadura fresca.
Preparación:
  • La noche anterior preparamos un prefermento, un poolish o esponja, al gusto.
    En este caso preparé un poolish con 150 gr. de harina y 150 gr. de leche. Pero lo he hecho en otras ocasiones con esponja (menos hidratación, es decir, menos cantidad de líquido y más de harina). Como decía, la noche anterior preparé el poolish con 150 gr. de harina, 150 gr. de leche y 1 gr. aproximadamente de levadura fresca. Se mezcla bien y se deja fermentar.
  • A la mañana siguiente se mezcla el poolish con el resto de los ingredientes. En mi caso utilicé el programa de amasado de la panificadora.
    Terminado el amasado, se deja levar al menos dos horas, hasta que doble el volumen. Yo lo hago dentro de la panificadora y, según la temperatura exterior, la apago o la dejo con el calorcito que proporciona el programa de amasado durante un rato. Pero eso ya depende mucho del momento del año y nunca olvidar que a mayor temperatura ambiente, más rápido leva el pan.
  • A continuación se pueden hacer dos cosas.
    Una: poner la masa en un molde, después de desgasificarla un poco (por cierto, que el pan de molde recibe su nombre debido a que el segundo levado se hace en un molde. Original, ¿eh?) y dejarla levar otras dos horas o hasta que doble su volumen.
    Dos: hacer lo que he hecho yo en las ocasiones que lo he preparado, dividir la masa en cuatro partes; cada una de ellas se aplasta con un rodillo enharinado para que no se pegue -tened la precaución de enharinar ligeramente también la superficie de trabajo- se enrollan y se colocan en el molde elegido, como se aprecia en las imágenes.
Quedará algo así:
Un poco feo, tal vez, pero no os preocupéis, ya mejorará cuando leven cada uno de los rollitos y se queden pegados entre sí.
  • Dejamos levar de nuevo hasta que doble el volumen, unas dos horas. ¿Veis cómo ha mejorado el aspecto?

  • Cuando el pan esté listo se pinta un poco la superficie con leche y se mete al horno previamente precalentado, a 190º, una media hora. Si vemos que se está dorando demasiado rápido, mejor cubrirlo con un papel de aluminio para evitar que se nos queme.


    Apreciaciones:
    • La rebanada que me quedó no es muy típica del pan de molde, en el sentido de que no tiene esa forma tan característica de este pan. Es porque en las fotos del pan que he publicado utilicé la mitad de las cantidades que indica Hilmar en su blog. A ver si un día de estos tengo tiempo de descargar fotos de otras ocasiones en las que sí parece más "pan bimbo".

    • Para compensar el aspecto, el sabor y la textura eran excepcionales. Recién hecho, tal cual; tostado con mantequilla y mermelada, incluso hubo quien se lo comió tostado sin más. Buenísimo.
    • Al llevar el prefermento, el pan aguanta varios días sin problemas. Después de un par de días, tuve la precaución de envolverlo bien y taparlo con un paño de cocina. Seguía espectacular, incluso para tomar sin tostar.
    Dos rebanadas para desayunar al día siguiente en la oficina.

    jueves, 4 de octubre de 2012

    Bolinhas de Portugal

    Este año hemos estado en la playa en Huelva, muy cerquita de Portugal (un día cruzamos el Guadiana para pasar la tarde en tierras lusas porque a los cachorritos les hacía ilusión ir a otro país, qué ricos).
    El caso es que en la playa, a diario, pasaban vendedores de "bolinhas de Portugal", como promocionaban ellos a gritos: "¡¡¡¡Booooolinhas!!!!" o "¡¡Bolinhas de Portugal!!, ¡con crema y sin crema!, ¡con chocolate!".
    Genial.

    Y como a la cachorrita le encantan los dulces, el papá de los cachorritos decidió que, con esa excusa, un día merendarían bolinhas de Portugal.
    Estaban muy buenas, la verdad. Eran bolas grandes (lo de bolinhas que, sin tener ni idea de portugués, presumo que es el diminutivo de bolas -o sea, bolitas- no es más que un eufemismo) de una masa bastante parecida a la de los donuts, pero sin el agujero y bien rebozaditas de azúcar. Mu parecido a los donuts de pastelería, no a los envasados.

    Así que, después de la segunda merienda "bolinhera", decidí que a la vuelta rememoraríamos las tardes de playa cocinando unas bolinhas en casa.


    Busqué en la red varias recetas de donuts, para hacer la masa. La que más me inspiró fue la del blog de Kisa.

    Esta es mi receta, más o menos improvisada.

    Ingredientes:
    • 135 ml. de buttermilk
    • 40 gr. de azúcar para la masa y algo más para rebozar las bolinhas después de fritas.
    • 12,5 gr. de levadura fresca.
    • 60 gr. de mantequilla en pomada.
    • 1 huevo
    • 300 gr. de harina de fuerza
    • 1 cucharada de extracto de vainilla
    • Aceite de oliva para freír
    Yo lo preparé así:

    • Amasar todos los ingredientes, salvo el aceite de oliva y el azúcar que reservaremos para rebozar. Yo, cómo no, lo amasé en mi querida panificadora, que tanto me ayuda en la cocina, más maja, ella.
      Pero no finalicé el programa de amasado, si no que, al finalizar el primer amasado, puse la masa repartida en dos boles grandes -en previsión de que creciera y se me saliera si usaba solo uno, como creo que habría terminado ocurriendo- a reposar en el frigorífico durante toda la noche.
      Si no hubiera sido por la noche y no hubiera estado preparando el desayuno del día siguiente, si no la merienda, lo habría dejado levar en la propia panificadora hasta el comienzo del segundo amasado.
    • A la mañana siguiente (o cuando termine el levado y la masa haya doblado su volumen, según la opción que hayamos elegido), sacar la masa del frigorífico y dejarla templar un poco para que sea más manejable. Según la temperatura exterior, una media hora puede ser suficiente. No se trata de que vuelva a levar, simplemente de que pierda un poco de frío para que no nos sea tan difícil crear las bolinhas.
    • Formar las bolinhas, del tamaño deseado. Las mías fueron considerablemente más pequeñas que las que vendían en la playa. Eso dependerá, tanto del gusto de cada uno, como del tamaño de la sartén en que vayamos a freírlas y de la cantidad de aceite que queramos usar: tienen que sumergirse por completo en él.
    • Dejarlas levar una o dos horas más, dependiendo de la temperatura, hasta que vuelvan a doblar su volumen.
    • Freír en abundante aceite caliente, teniendo cuidado de que no se nos quemen por fuera y se queden, a la vez, crudas por dentro. Esto podría pasar si el aceite está demasiado caliente.
    • Dejarlas reposar sobre un papel de cocina o sobre un absorbente para que suelten el exceso de grasa y para que se enfríen un poco.
    • Rebozarlas con azúcar y dejar reposar un rato antes de servir.

    Recién hechas, cuando todavía no se han enfriado del todo están ¡¡buenísimas!!
    Dos se comió la cachorrita para desayunar.
    Pero el truco para que sean excelentes es conseguir que tu hija de cuatro años se levante con ganas de ayudarte a cocinar, haga las bolitas con sus manos y te ayude, luego, a rebozarlas con azuquitar mientras se rechupetea los dedos y se pone bien pegajosa la cara. Infalible.



    martes, 2 de octubre de 2012

    Buttermilk


    Hoy iba a publicar una receta (secreto secreto) de un dulce muy rico que preparé este fin de semana, que tiene, entre sus ingredientes, el buttermilk.
    Como preveo que lo usaré más veces en el futuro, he considerado conveniente dedicarle una entrada en exclusiva al buttermilk.

    El buttermilk o suero de leche (aunque la traducción no es muy exacta) se ha obtenido tradicionalmente al batir la nata para convertirla en mantequilla; el excedente o líquido que quedaba, ese suero de leche o suero de mantequilla, que sería más exacto, es el buttermilk.
    Es una bebida muy apreciada en algunos países, con un gusto agrio y un ingrediente muy utilizado en bollería para conseguir una miga ligeramente húmeda y muy jugosa.

    Por lo que he estado leyendo en internet, parece que se comercializa, especialmente en supermercados extranjeros y en España también en algunos "importados", tipo Lidl.
    Pero si a mí me gusta preparar los dulces en casa es porque me gusta cocinar, sí, pero sobre todo para procurar eliminar de la dieta familiar productos excesivamente elaborados que a saber qué componentes llevan.
    Así que, investigando un poquito, descubrí que se puede preparar algo parecido al buttermilk con dos ingredientes que es raro que falten en nuestra cocina: leche y limón (o vinagre).
    Y es tan sencillo como las instrucciones que os detallo a continuación:
    • mezclar,  135 ml. de leche entera -aproximadamente medio vaso- con el zumo de medio limón. Remover bien.
    • Dejar reposar al menos 10 minutos.
    • Pasado este tiempo, remover y mezclar con el resto de la masa.
    La textura que vamos a obtener es muy similar a la leche cortada, como veis en la imagen y se usa, como he explicado anteriormente, en bollería para darle mayor jugosidad a masas que, de otra manera, podían ser demasiado secas.
    Además, ayuda a la conservación, durante más tiempo, de los bizcochos jugosos. Vamos, para que no se sequen tan rápido. Perfecto para la repostería casera.