viernes, 30 de noviembre de 2012

Tostas de níscalos

Otra receta con un producto de temporada del que hemos podido disfrutar en abundancia este otoño.
Además, para mí tiene satisfacción doble porque comerlos es un placer, pero además es que fue mi cachorrito  mayor el encargado de la recolección. Se fue un sábado por la mañana con su papi, el abuelo y un par de tíos al campo y disfrutó como un enano recogiendo níscalos que luego la familia degustamos en pleno.




La receta es bien sencilla; lo más complicado es limpiar los níscalos, pero como de eso se encargó el abuelo de los cachorritos, nosotros tan contentos, claro.

Ingredientes:
  • Níscalos.
  • Un par de rebanadas de pan. Si es casero, mejor, por supuesto. Aquí hay unas cuantas recetas.
  • Dos lonchas de queso curado. El contraste con el sabor de los níscalos es espectacular cuando el queso es fuertecito.
  • Sal
  • Aceite de oliva
Elaboración:
  • Limpiar bien los níscalos (o en su defecto, buscar un abuelo de cachorritos con paciencia suficiente para hacerlo), trocearlos y salarlos.
  • Saltear los níscalos en una sartén con aceite de oliva hasta que estén bien hechos y la salsa que se forma como consecuencia del juguillo que sueltan se haya espesado un poco, al gusto. Reservar dentro de la sartén tapada, para que no se nos enfríen.
  • Tostar las rebanadas de pan.
  • Disponer en un plato las rebanadas de pan tostado, una loncha de queso sobre cada una de ellas y, por encima, los níscalos.
Servir caliente.

jueves, 29 de noviembre de 2012

¡Por fin llegó mi AIG!





Pues sí, después de tanto tiempo esperándole, por fin ayer el cartero llamó a mi puerta y me subió el regalo de mi AIG. Justo en el momento en que no podía abrirlo porque era la hora de bañar a los cachorritos y preparar la cena, así que ahí se quedó el paquete durante un buen rato hasta que tuve un ratín para abrirlo con calma.

Viene de parte de coses y cosetes y esto fue lo que me encontré al abrirlo:

Un molde mágico para pasteles que todavía tendré que estudiar un poco, pero que pienso usar en breve, varios accesorios de repostería, una postal de navidad felicitándonos el año a mi familia y a mí, una pulsera y una lata de galletas llena de deliciosas galletas con pepitas de chocolate blanco y chocolate negro. No tardé ni un momento en probarlas y de verdad que están buenísimas (a ver si me hago con la receta, muy muy ricas).
Jeringuilla para rellenar pastelillos,
¡¡me encanta!!
Esto es un pincho para comprobar que los bizcochos no están crudos.
Me parece una idea genial porque siempre decimos "pinchar con un palito para comprobar que está hecho" y yo siempre uso un pincho de brocheta que luego hay que tirar porque se queda manchado de bizcocho. Pues ahora puedo comprobarlo con este invento. Genial.
Cortador y decorador de fondant.
Ya lo usaré como cortapastas porque yo el fondant... como que no.
Esta es una lata de galletas monísima que venía rellena de las galletas de las que os he hablado antes.
Una de las galletas. Se aprecian las pepitas de chocolate, pero no el buenísimo sabor que tiene.
Está deliciosa. Había dos de este buen tamaño de chocolate negro y otras dos más o menos iguales de choco blanco. Deliciosas.
Y esta mañana, cuando iba a coger una para desayunar, me llevé otra sorpresa: ayer no vi que debajo de las galletas había otra cosita: 
Hojaldre relleno de cabello de ángel, con piñones por encima.
Muy bueno, la verdad.


Y aquí, todos los regalos juntos: 

No me queda más que agradecer a mi AIG todos los regalitos que me ha mandado y a Joana todo el trabajo que ha debido de suponerle organizar el evento. Gracias a las dos, de corazón.

¿Quieres saber qué regalé yo a mi AIG? Pues míralo aquí.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Rollitos de perca



Aunque los cachorritos se comen bastante bien el pescado, siempre hay que inventar cosas nuevas para disfrazárselo, especialmente a la pequeña que, después de un incidente con una espina, le ha cogido un poco de aprensión y, en cuanto lo ve en la mesa, se queja, llorosa, de que ella no quería pescado.
Así que cuando vi esta receta de Baldo en mundorecetas, me pareció tan buena idea, que este mismo fin de semana me puse a prepararla. Sobre todo teniendo en cuenta que este fin de semana tocaba pescado sí o sí. Como dice ella, "sigue siendo pescado, pero entra mejor por los ojos".
Yo, para no dejar de ser yo, he variado ligeramente la receta, pero solo para adaptarla al contenido de mi congelador.

Ingredientes:
  • Filetes de perca o de cualquier otro pescado que nos guste (un par de ellos por persona, dependiendo del tamaño)
  • un paquetito de carne de cangrejo (es el nombre que el cachorrito mayor da a los palitos de surimi, que le vuelven loco) troceada
  • gambas congeladas
  • mayonesa (opcional)
  • aceite de oliva
  • sal
Preparación:
  • Extender los filetes de pescado, salarlos al gusto y rellenarlos con trocitos de carne de cangrejo y gambas. No hay que llenarlos demasiado. Opcionalmente también se puede poner media cucharadita de mayonesa.
    Puesto que a los "hombres de la casa" no les gusta la mayonesa -ni ninguna salsa, en realidad-, yo solo le eché a la mitad de los rollitos.
  • Pinchar cada rollito con un palito de los de hacer brochetas, para que no se deshagan.
  • Echar un chorretón de aceite de oliva en la cubeta de la cocifácil y disponer los rollitos de pescado  cuidando de que los palos no nos la rallen.
  • Cerramos la cubeta y programamos el menú horno 15 minutos.
En esta ocasión, yo lo serví con unos espárragos trigueros, unos tomatitos cherry y unos trocitos de carne de cangrejo que había reservado para hacer las delicias de los cachorritos y he de decir que se lo comieron de maravilla y sorprendentemente nadie se quejó de que ese día tocara pescado, ¡oh, milagro! Aunque también tengo que reconocer que no puedo quejarme de los cachorritos a la mesa porque comen (casi) de todo.

Observaciones:
Puedes hacer esta receta también en el horno. Solo tienes que seguir las instrucciones relacionadas con la preparación del pescado según están explicadas más arriba y luego, en lugar de ponerlos en la cubeta de la cocifacil, tendrás que disponerlos en una fuente de horno y hornearlos a temperatura media (unos 180º) durante 15-20 minutos. El pescado, sobre todo cuando está fileteado, como en este caso, no necesita mucho más tiempo para estar listo.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Risotto de salmón ahumado



Vaya por delante que este plato no lo cocino yo, si no el papá de los cachorritos, no vaya a ser que lea esta entrada y me diga que le robo las recetas.
Lo cierto es que el arroz en casa suele ser cosa suya porque le encanta, motivo por el cual, hace un par de años los Camaradas Mágicos de Oriente le trajeron un libro de risottos, para que le diera una vuelta de tuerca a esos arrocitos que nos prepara.

He de decir que yo tenía mis reservas respecto al risotto porque el arroz me gusta mucho, me parece un ingrediente muy versátil y muy nutritivo y, como cereal que es, imprescindible en nuestra dieta. Pero el arroz me gusta recién hecho y, como la pasta, al dente. Detesto los arroces pasados o blandos; por ese motivo no me gustan nada las sopas de arroz ni los arroces caldosos. Y también por eso, en un primer momento pensé que el risotto no me gustaría, porque si no lo has probado nunca, el aspecto cremoso te puede hacer pensar que está pasado.
Descubrí que estaba equivocada cuando estuvimos en Italia, hace unos añitos ya. En Italia hay que probar la buena pasta (nada que ver con la que se puede comer aquí, por mucho que me guste; que me gusta), la buena pizza (ídem), el tiramisú (El Tiramisú con mayúsculas, ¡¡me vuelve loca!!) y el risotto.

Se trata de una forma de cocinar el arroz (riso significa arroz, en italiano, de ahí el nombre del plato) originaria del norte de Italia, del Piamonte y la Lombardía en la que el queso parmesano suele formar parte de la receta y por este motivo (entre otros, claro) queda cremoso.
Lo suyo es utilizar una de las variedades usadas en Italia para preparar este plato, el arborio o el carnaroli, arroces de grano redondo capaces de absorber mucho líquido sin ablandarse demasiado, conservando el núcleo resistente a la mordida. El inconveniente es que aquí no son demasiado fáciles de encontrar y cuando se encuentran tienen un precio desmesurado. Por ese motivo nosotros hemos usado arroz de grano redondo "común" el normal que se encuentra habitualmente en nuestras tiendas.

Receta de risotto de salmón ahumado

Ingredientes:
  • 1 litro y medio de caldo de pescado
  • 125 gr. de mantequilla
  • 1 cebolla mediana picada muy fina (en nuestro caso, siempre con la picadora: ni a los cachorritos ni a mí nos gusta encontrarnos trozos de cebolla en las salsas)
  • 1 diente de ajo picado
  • 75 ml de vino blanco
  • 300 gr. de arroz
  • 4 cucharadas de nata para cocinar
  • 50 gr. de queso rallado muy fino, preferiblemente parmesano que es el que lleva la receta original.
  • 200 gr. de salmón ahumado en tiras
  • 1 limón
  • sal
Preparación:

Y os copio literalmente del libro porque esta receta, como ya he dicho, la prepara papi y él me ha dejado bien claro que no tunea, que se ciñe a las instrucciones. Aquí van:
  • Poner el caldo a calentar y mantenerlo justo por debajo del punto de ebullición
  • Derretir la mitad de la mantequilla en una cazuela amplia y de fondo grueso; añadir las cebollas y el ajo picados muy finos. Sofreír a fuego lento unos 10 minutos, hasta que ambos ingredientes queden tiernos.
  • Añadir el arroz, remover bien para que se impregne de mantequilla.
  • Subir el fuego y agregar el vino; dejar que hierva hasta que se consuma casi por completo.
  • Bajar el fuego y añadir un cazo de caldo caliente; remover hasta que el arroz lo absorba; cuando lo haya absorbido, añadir otro cazo. Es imprescindible que el arroz no hierva a borbotones, como cuando hacemos arroz blanco.
  • Repetir este proceso hasta que el arroz esté listo. Recordad que no tiene que quedar seco, pero tampoco caldoso, sino cremoso y siempre al dente.
  • Añadir sal y pimienta al gusto, incorporar el resto de la mantequilla, la nata, el queso rallado, la mitad del salmón ahumado y la ralladura del limón.
  • Reservar tapado y alejado del fuego unos 10 minutos, para que repose y se mezclen los sabores.
  • En el momento de servir, añadir el zumo del limón y decorar con el resto del salmón ahumado.
Se sirve recién hecho y es una auténtica delicia.

Observaciones:
  • Ventajas del risotto: si sobra un poquito admite bastante bien el "recalentado", a diferencia de un arroz cocinado de otra forma que normalmente al ser recalentado días después, pierde tersura y se pone más blando. Es por eso que a mí no suelen gustarme los arroces de un día para otro, pero el risotto (o al menos este de papá-cachorrito) es una excepción.
  • A los cachorritos se lo servimos antes de añadir el zumo del limón porque uno de los días que lo preparó, le dijo la cachorrita pequeña que ese arroz no estaba muy bueno "porque al metérmelo en la boca se me cierran los ojos". Solución: dárselo sin limón. Y así sí, claro. A mí me encanta el toque del limón.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Crema de calabaza



Creo que el producto más otoñal que existe, es la calabaza. Tenemos más, claro, muchos más, pero es que la calabaza es como el símbolo del otoño, junto con las hojas caídas de los árboles. Aunque yo reconozco que en los últimos años la he visto cobrar mucho más protagonismo del que tenía antes; o al menos es mi sensación.
Entre eso y que a mi cachorrita le encantan los purés que lleven calabaza, pues nada, no he podido resistirme a preparar, esta vez una cremita suave que estaba buenísima, la verdad.

Ingredientes:
  • 2 trozos de calabaza bien hermosos.
  • 1 patata mediana
  • 1 puerro
  • aceite de oliva
  • sal
  • nata líquida o leche evaporada (más ligera), de forma opcional.
Preparación:
  1. Calentar el aceite en la cubeta de la cocifacil, usando el menú plancha. Rehogar el puerro cortado en rodajitas y limpio, cuidando de que no se queme (el puerro se quema muy fácilmente si el fuego está muy fuerte). Ir añadiendo la patata y la calabaza cortadas en trozos medianos y rehogar también un poquito.
  2. Salar al gusto.
  3. Echar agua hasta cubrir las verduras y un poquito por encima, cerrar la olla y programar el menú presión, a media presión, 15 minutos.
  4. Cuando termine el menú, se puede dejar despresurizar solo o hacerlo manualmente, según la prisa que tengamos. Pasar las verduras cocidas por la batidora. Con esto tenemos nuestra cremita lista.
Se puede consumir de inmediato o guardar, bien en el frigorífico, o incluso congelar.

Sugerencias:

  • Me encanta servir esta crema con unos picatostes de pan frito, con un toque de orégano. En concreto, utilicé pan de tomate.
    Tostado también vale; así conseguimos que el plato sea más ligero.
  • Pero lo que más me gusta es añadirle un chorrito pequeño de nata líquida o leche evaporada (es la imagen que encabeza esta entrada) porque es lo que le otorga un puntito de "cremosidad" añadida y muy suave.
    Si optamos por la nata, sabemos que le estamos añadiendo grasa y calorías, eso ya depende del gusto y de las necesidades de cada uno. Y de lo que vayamos a tomar de segundo plato, por supuesto.
Observaciones:
  • Para realizar esta receta sin cocifacil, sigue los pasos tal cual están explicados, pero cuece las verduras en tu olla normal: si es una olla a presión u olla rápida, ciérrala bien y una vez haya cogido la presión (cuando sube la válvula) calcula unos 10 minutos. Al finalizar, déjala reposar hasta que pierda presión (cuando la válvula haya bajado) y abre la olla con cuidado. Continúa con el proceso según está explicado más arriba.
  • Si usas una olla tradicional, el tiempo de cocción aumentará considerablemente. Vigila que las verduras queden bien blanditas.

    Saquitos de espárragos trigueros con jamón.

    Con esta receta participo en el concurso de La cocina de Camilni. Ellas dicen que su blog se caracteriza por publicar recetas fáciles, económicas y ricas. Esta que os propongo yo es rica no, riquísima; que se lo pregunten a mis cachorritos, que se pelean para ver a cuál de los dos les pongo más. 
    Fácil tampoco es la palabra, es sencillísima. 
    Necesitaremos:
    • Espárragos trigueros. La cantidad dependerá de cuántos seamos, obviamente, y de si lo vamos a servir como plato principal o como guarnición. Yo, casi siempre, lo uso como guarnición: con 2 ó 3 saquitos por persona es más que suficiente, así que para cuatro personas, un par de manojos de espárragos nos bastará.
    • Jamón serrano en lonchas
    • Queso rallado o para gratinar, opcional.
    Preparación:
    • Lavar los espárragos y quitarles la parte de abajo, más dura y fibrosa. Se pueden congelar y aprovecharlas posteriormente para una crema de espárragos, cuando hayamos acumulado cantidad suficiente.
    • Secar los espárragos con un trapo de cocina, con cuidado para no estropear las puntas y envolverlos en 1 o 2 lonchas de jamón serrano, según el grosor de estas.
    • Disponer en una fuente de pirex -la mía es de cristal, pequeñita, el tamaño justo para este plato- y espolvorear, si se quiere, con el queso rallado.
    • Meter al horno, a unos 180º, aproximadamente 20 minutos. En este tiempo el queso se funde, el jamón se queda crujiente, aunque no demasiado y el espárrago al dente, que es como en casa nos gusta la verdura. Si te gustan más blanditos, será mejor que los escaldes un poco antes de envolverlos en el jamón serrano.
    • Servir recientes, calentitos y recién salidos del horno, acompañados, en este caso, de unas tajaditas de bonito con tomate.

    Estoy enlazando esta entrada a la fiesta de enlaces "Recetas saladas" del blog Personalización de blogs.

    lunes, 12 de noviembre de 2012

    Arroz con alcachofas



    Estos días la red se está llenando de recetas con productos que nos regala el otoño: calabazas convertidas en cremas, en bonitos bizcochos e incluso en brownies; castañas utilizadas para hacer magdalenas, cremas -de nuevo, qué socorridas son las cremas- o magdalenas; coles de bruselas (que también preparé el otro día, ya publicaré la receta, que se me acumulan) y setas, entre otros.
    Pero aún no he visto ninguna receta con alcachofas, con lo que a mí me gustan, así que aquí traigo este arroz fácil con alcachofas. Fácil sobre todo si la primera parte, la parte ardua, la de limpiar y pelar las alcachofas, la hace la abuela de los cachorritos y te lo trae a casa ya listo para consumir y metido en un tupper.

    Otro día contaré, cuando ella me detalle el paso a paso, cómo preparar las alcachofas; yo me limito a tunear su receta para que constituya un plato único, con arroz y unos restos de filete de pollo que tenía en el frigorífico.

    Ingredientes:
    • 4 o 5 alcachofas de la abuela, salteadas con jamón serrano
    • un filete de pollo, en tiras (como digo, eran restos de otro día; si es "nuevo", sofreírlo un poco)
    • 2 medidas de arroz (del vasito medidor de la cocifacil)
    • 2 medidas del zumo de las alcachofas (si no tenemos suficiente, completar con agua)
    • un par de cucharadas de tomate frito
    • sal
    • aceite de oliva
    • 2 dientes de ajo.
    Preparación:
    • Echar, en la cubeta de la cocifacil, un chorro de aceite de oliva y los dos dientes de ajos partidos a la mitad. Seleccionar el menú plancha y sofreír.
    • Cuando los ajos estén doraditos, echar el arroz, remover para que se empapen bien del aceite e incorprar el resto de los ingredientes. 
    • Remover bien en la cubeta, cancelar el programa y seleccionar el menú arroz, presión media, 6 minutos. Cuando termine, si lo dejamos que se despresurice solo, el arroz estará como más reposado, pero yo tenía prisa porque eran las tantas (más que prisa, tenía hambre), así que lo despresuricé manualmente y estaba buenísimo. 
    Hasta los cachorritos y su papi, que no son muy amantes de las alcachofas, se lo comieron de maravilla. Apartándoles las alcachofas, eso sí, pero yo encantada, porque a mí me chiflan.

    Galletas de violetas para mi AIG


    ¡Ya está! El regalo para mi AIG ya ha llegado a su destino. Entre otras cosas que él cuenta aquí le he preparado unas galletas con los caramelos de violeta, tan típicos de Madrid. 
    Me ha hecho gracia descubrir que parece que el rey Alfonso XIII solía regalar estos caramelos a sus amantes; nada más lejos de mi intención, por supuesto, pero siguen siendo una demostración de cariño. Sin ir más lejos, el primer día que compré una cajita para experimentar con esta receta antes de hacer las definitivas que se fueron rumbo a Tenerife, tuve que compartirla con los cachorritos que no paraban de venir a la cocina en busca de "otro caramelo de flor, mamá, que están muy ricos".
    Las galletas también salieron muy buenas, con el sabor de violeta de fondo, pero muy suaves, nada pesadas. Busqué una receta que no llevara huevo porque me daba algo de miedo que pudieran estropearse si el paquete tardaba más de la cuenta en llegar.
    Lo peor de todo es que la masa no es nada manejable y es complicado darle una forma definida porque, además, crece muchísimo en el horno. De hecho, la primera hornada, la de prueba, terminó por convertirse en una galleta gigante ya que se pegaron unas a otras; por tanto, hay que ponerlas muy separadas. Pero mucho mucho.
    Las de la foto que encabeza esta entrada no son las que envié a mi AIG; son las de prueba. Por eso no tienen forma de galleta, si no que están cortadas "a mano". Pero ricas, están riquísimas, eso sí.

    Ingredientes:
    • 100 gr. de harina de repostería
    • 50 gr. de caramelos de  violeta
    • 5 gr. de levadura tipo royal
    • 75 gr. de azúcar
    • 100 ml. de nata líquida
    • 1 cucharadita de extracto de vainilla
    Preparación:

    • Pulverizar, machacar o triturar los caramelos de violeta. Yo los metí en una bolsa y desahogué tensiones golpeándolos con el rodillo de amasar. Es diver, pero si tenéis thermomix u otra maquinita de este estilo, también podéis hacerlo en ella más rápido, igual más limpio, pero menos desestresante seguro.
    • Mezclar los caramelos triturados con la harina de repostería y luego con el resto de los ingredientes.
    • Disponer bolitas de esta masa en una fuente de horno forrada con papel parafinado. Tened en cuenta lo que he apuntado antes: ponerlas muy muy separadas porque si no, al crecer, se pegarán.

    • Hornear a horno medio, unos 180ºC durante 20 minutos, aproximadamente, hasta que estén doraditas.
    • Dejar enfriar en una rejilla antes de consumir.
    Como no llevan huevo en la masa, estas galletas aguantan bastante tiempo y se conservan muy bien en una lata de galletas de las de toda la vida, de esas de metal. Por eso elegí esta receta, teniendo en cuenta que iban a viajar hasta Canarias.

    En la primera hornada, la que os digo que fue de prueba, tuve la genial idea de poner un caramelo encima de cada galleta. Se fundió, claro, con el calor del horno. No es que estuviera malo, estaba rico, el caramelo fundidito y con un tacto ligeramente crujiente, pero bonito tampoco era. Así que prescindí de él en la tanda definitiva y os aconsejo que vosotros también lo hagáis.

    Estoy enlazando esta entrada a la fiesta de enlaces "Galletas" del blog Personalización de blogs

    jueves, 8 de noviembre de 2012

    Pasta con salsa cremosa "frutti di mare"



    Yo, que siempre digo que no me gusta utilizar alimentos demasiado procesados, que los prefiero frescos, más sanos y naturales, me marco una receta de pasta con "carne de cangrejo" (palitos de surimi), gulas y gambas congeladas, ahí es nada.
    Pero, ¿qué le vamos a hacer? de vez en cuando hay que darles un caprichito a los cachorritos y estas cosas, en concreto al cachorrito mayor, les encantan. Eso sí, lo de cremoso no le gustó mucho, que es especial, mi niño, así que el próximo día "no me eches la leche, mamá". Pues nada, dentro de poco habrá otra versión que espero que le guste más.
    A la cachorrita pequeña y a la madre nos ha encantado el plato de esta manera. El papi.... ni los ha probado el pobre.
    Ingredientes:
    • un paquete de pasta, a elegir el tipo. En esta ocasión y utilicé unas que son como flores de colorines.
    • medio brick pequeño de nata líquida
    • un paquete pequeño de gulas congeladas
    • unos 100 gr. de gambas congeladas
    • un paquete de carne de cangrejo descongelada
    • 2 dientes de ajo
    • sal
    • aceite
    Preparación:
    • Cocer la pasta en abundante agua hirviendo con un chorro de aceite y una cucharadita de sal. Yo suelo dejarla un par de minutos menos de los que indica el paquete para que no se quede blanda porque luego hay que mezclarla con la salsa. Pero yo soy muy maniática con la pasta al dente. Reservar. Si se va a tardar mucho en usarla, mejor lavarla con agua fría para que no se nos ablande.
    • En una sartén echar un chorro de aceite de oliva y sofreír los dos dientes de ajo. Cuando estén doraditos agregar las gambas y freír hasta que estén bien hechas. 
    • Añadir las gulas y la carne de cangrejo cortada en tiras finas, en taquitos o como prefiramos.
    • Cuando estén listas, echar la nata líquida y dejar cocer un rato para que se integren bien los sabores. Si se nos queda demasiado espesa, podemos echarle un chorrito de leche.

    • Cuando tengamos la salsa lista, emplatamos poniendo la pasta en la base del plato y disponiendo la salsa por la superficie.
    • Opcionalmente, espolvorear con queso rallado.
    En la variante que tengo pensada para el cachorrito, que no será cremosa, por supuesto, sustituiré la nata por vino blanco.

    martes, 6 de noviembre de 2012

    Lubina al horno con costra




    Hoy una receta sencillita. La verdad es que cocinar en el horno puede ser muchas cosas, pero complicado normalmente no porque se mete todo dentro, bien preparadito, eso sí, y él se encarga. Y si, encima, la receta es de pescado, mejor todavía porque normalmente se hace bien rapidito.

    Estos filetes de lubina se pueden acompañar de cualquier cosa que nos apetezca: un arroz blanco, patatas fritas o asadas, una ensalada. Yo, personalmente, soy más partidaria de acompañarlo con verduras y así se lo pongo a los cachorritos. Lo cierto es que tengo suerte porque a ellos también le gustan. 
    Quedan ideales unos espárragos trigueros a la plancha o con la receta de papi que ya os colgaré algún día (el día que no vuelen del plato y me dé tiempo a sacarles una foto, ¡¡qué ricos!!).




    Ingredientes:
    • 4 lubinas fileteadas. Si el pescadero es bueno, él mismo te hará los filetes. Yo las prefiero así porque de esta manera están libres de espinas y es más fácil que los cachorritos se lo coman sin protestar. Ya sabemos que el pescado no suele ser, precisamente, de sus platos favoritos.
    • mantequilla, no mucha, unos 40 gr
    • el zumo de medio limón
    • una cucharadita de hierbas provenzales
    • 2 o 3 cucharadas de pan rallado
    • Sal
    Preparación:
    • Lavar bien los filetes de lubina y disponerlos sobre una fuente de horno y salar al gusto.
    • Ablandar la mantequilla (no derretida del todo, blandita para que se pueda trabajar) y mezclar con las hierbas provenzales y el zumo de limón. Pintar la superficie del pescado con esta mezcla. Espolvorear con pan rallado.
    • Hornear durante aproximadamente media hora a horno medio, unos 180º. Finalizar con 10 minutos de grill para que se dore la superficie y se quede crujientita, como con costra.

    Es recomendable servirlos recién hechos, recién sacados del horno para que la costra permanezca crujiente. Pasado un rato, con la humedad propia del plato puede perder tersura. Estará igualmente rico de sabor, pero la costra ya no podrá llamarse tal.

    ¡¡Buen provecho!!

    viernes, 2 de noviembre de 2012

    Magdalenas de plátano y chocolate blanco con harina de espelta

    Hacía mucho que no preparaba magdalenas: en verano porque no apetecía demasiado encender el horno y, cuando terminó el verano, porque me había centrado en otras cosas. Pero hace poco, cotilleando por blogs amigos, vi la receta de unos muffins con plátano y no sé qué más; como yo no soy muy amiga de los muffins porque me gustan los bizcochos más esponjosos, decidí hacer la versión magdalena.

    La receta base que utilicé es la que hago yo habitualmente, la que está aquí, con algunas adaptaciones que ahora os cuento.

    Ingredientes:
    • 2 huevos
    • 175 gr. de azúcar
    • 90 ml. de leche desnatada
    • 100 ml. de aceite de oliva
    • 100 gr. de harina integral de espelta
    • 110 gr. de harina de repostería
    • 5 gr. de levadura química, tipo royal (una cucharadita)
    • media cucharadita de canela en polvo
    • el zumo de un limón
    • 2 plátanos maduros
    • 1 tableta de chocolate blanco partida en trozos pequeños.
    Aquí he puesto los ingredientes que he usado para hacer estas magdalenas. Notaréis que hay algo más de líquido que en las "normales" y es porque, al incorporar el plátano, es necesario incluir más líquido para que la masa no quede demasiado espesa y así las magdalenas salgan más ligeras.



    ¿Cómo se hacen?
    • Mezclar los 2 huevos con el azúcar hasta que blanqueen y batir durante un buen rato para que la masa coja bien de aire. Este es el secreto de las magdalenas y lo que las diferencia de los muffins: la masa lleva más aire, se bate más y por eso salen más esponjosas.
    • Añadir los líquidos (la leche, el zumo del limón y el aceite) y batir durante otro ratito para continuar con el proceso de incorporar aire a la masa.
    • Trocear los plátanos, añadir y batir bien, de nuevo.
    • Añadir las harinas y la levadura. Mezclar bien con la batidora.
    • Incorporar la tableta de chocolate blanco troceada y mezclar, en esta ocasión, con una espátula, para que el chocolate no se desmenuce más.
    • Dejar reposar esta mezcla en el frigorífico durante al menos una hora.
    • Pasado este tiempo, precalentar el horno y, mientras tanto, ir rellenando las cánulas de papel hasta alcanzar las 3/4 partes, no más arriba porque se desbordarían. Espolvorear con azúcar.
    • Horenar a 210º durante unos 10 minutos, vigilando que no se nos quemen.


    • Dejar enfriar y servir con un buen café o un té. O con un vaso de leche, si lo preferís. O así, sin nada, porque son unas magdalenas muy ligeras y no hace falta líquido para ayudarlas a pasar.


    Nota: el padre de los cachorritos insistió en comerse un par de ellas cuando todavía no estaban frías del todo, templadas. Doy fe de que estaban muy buenas, pero esta mañana estaban aún mejores porque la masa ya se había enfriado del todo y el chocolate blanco había solidificado; es maravilloso encontrar trocitos de chocolate sorpresa dentro de la magdalena.

    Además, quedaron muy jugosas y aireadas. Aunque las fotos no son demasiado buenas (es lo que tienen los móviles, a ver si mi cámara de fotos vuelve a estar operativa en breve), creo que sí se aprecian los alveolos de aire en el interior de la masa.


    Feliz desayuno. O merienda.