viernes, 31 de mayo de 2013

Cestillos de filetes rusos

¿Os gustan las espinacas? A mí me encantan de cualquier manera: crudas en ensalada, salteadas simplemente con un poquito de ajo, con bechamel, en una quiche. Soy como Popeye: son unas de mis verduras favoritas.
Pero tengo problemas para que los cachorritos se las coman y ya hace mucho que decidí no pelearme con ellos por la comida, así que mezclárselas con la carne y hacer filetes rusos ha sido una solución óptima. Ellos saben que los filetes rusos de mamá llevan espinacas, pero de esta manera se los comen de maravilla: no solo no ponen pegas, en realidad les encantan y se ponen súper contentos el día que hay filetes rusos para cenar.

Pero ayer me apeteció dar una vuelta de tuerca más a este clásico familiar y decidí, además, sacar del congelador las dos porciones de hojaldre casero que había hecho hacía unas semanas y hacer estos cestillos de filetes rusos que os presento hoy.



Ingredientes:
  • Dos láminas de hojaldre. Si es casero, mejor que mejor: ya sabéis la de cosas raras que os ahorráis si prescindís de los preparados. Ver la receta de hojaldre casero.
  • 750 gr. de carne picada. Podéis usar la que más os guste: ternera, pollo o cerdo. Yo usé ternera, que tiene mayor cantidad de hierro.
  • 1/2 bolsa de espinacas frescas
  • sal
  • 1 ajo picado muy finito (opcional)
  • 1 huevo
  • 1 huevo batido para pincelar el hojaldre


¿Cómo lo hacemos?
  1. Precalentamos el horno a 250º.
  2. Preparamos la mezcla de los filetes rusos: en un bol grande mezclamos la carne con las espinacas bien picadas muy finitas (yo lo hago en la picadora, más rápido y más fácil), con el huevo, el ajo picado (podéis picarlo en la picador a la vez que las espinacas) y la sal al gusto. Mezclamos bien con la ayuda de una cuchara de madera o una espátula, aunque para mí el mejor método es meter las manos y pringotearme bien. Reservamos.
  3. Extendemos una de las láminas de hojaldre y la estiramos con el rodillo hasta que quede bien fina. Cortamos círculos con la ayuda de un cortapastas o de un vaso de boca ancha.
    Disponemos los círculos de hojaldre sobre una bandeja de horno forrada con papel parafinado y pinchamos varias veces con un tenedor.

  4. Horneamos a 200º durante 15 minutos aproximadamente, hasta que el hojaldre esté doradito y hecho por dentro.
  5. Mientras tanto, con los recortes del hojaldre, hacemos tiras que luego utilizaremos para formar los cestillos. Reservamos en el frigorífico para que no se quede demasiado blando y se nos haga difícil de trabajar.
  6. Cuando las bases de los cestillos estén listas, las sacamos del horno y las dejamos reposar sobre una rejilla hasta que se enfríen.
    Con las cantidades que os indico salen unos 24 cestillos, así que necesitaréis hornearlas en dos tandas. Mientras se enfría la primera tanda, horneamos la segunda.
  7. Cuando estén frías, vamos poniendo una cucharada generosa de la mezcla de carne picada sobre cada una de las bases y decorando con las tiras de hojaldre que teníamos reservadas en el frigorífico.
    Pincelamos con huevo batido insistiendo en los puntos en los que el hojaldre se entrecruza para que no se despegue al hornear.
  8. ¿Véis la manita que sujeta el pincel? es de la cachorrita pequeña, que le encanta echarme una mano en la cocina, aunque en esta ocasión, también el cachorrito mayor me ayudó a recortar las bases de hojaldre: trabajar con masas siempre es divertido para los niños, ¡no desaprovechemos esta oportunidad de enseñarles a cocinar!

  9. Volvemos a meter al horno otros 15 minutos hasta que las tiras de hojaldre se queden doraditas. Habrá que tener cuidado para que la carne no se pase y se nos quede demasiado seca.
  10. Sacamos del horno y, si no nos los vamos a comer de inmediato, dejamos reposar sobre una rejilla para que la humedad no nos estropee las bases.



Observaciones

Es importante que las bases estén frías antes de disponer el relleno sobre ellas para evitar que se ablanden con la humedad de la carne.

Si acompañamos este plato de una ensalada de tomate, ricos en vitamina C, ayudaremos a que el hierro de la carne, unido al que también tienen las espinacas, se fije en nuestro organismo. Recordad siempre tomar alimentos ricos en hierro junto con otros que contengan vitamina C para facilitar su absorción y alejados del calcio porque el hierro y el calcio son antagónicos.
Por tanto, un buen postre para esta cena sería un zumo de naranja o cualquier cítrico: mandarinas (aunque no estamos en temporada ya), kiwis, etc. Pero no un yogur.

Y como esta receta es sana y llena de nutrientes, con ella participo en el concurso de La Cuinera "tu mejor receta sana". Echadle un vistazo, que tiene cosas geniales.

Si os sobran, recordad que si lo calentáis en el microondas, el hojaldre se reblandecerá: mejor darle un golpe de horno o usar un grill.

Ya tenéis una idea para las cenas del fin de semana y, además, ahora que (espero) empiece el buen tiempo, también una sugerencia para esas comidas fuera de casa: para llevar a la piscina en verano, para un picnic primaveral o, incluso, para la merienda de los niños.


¡¡Feliz fin de semana!!

martes, 28 de mayo de 2013

(¿Muffins o magdalenas?) Muffdalenas de kit kat

Esta es la historia de unas magdalenas que quisieron ser cup cakes pero salieron con copete y, como la idea del frosting llenísimo de mantequilla no me convencía, se quedaron sin él.


Lo cierto es que aún no tienen muy clara su identidad: no saben si son magdalenas o muffins porque la técnica para su nacimiento (es decir, la forma de mezclar los ingredientes) es propia de los muffins, pero el resultado más seco y alveolado es típico de nuestras magdalenas.


Y no llevan mantequilla, si no aceite (otra característica de las magdalenas) pero la masa está enriquecida y tiene tropezones (de nuevo los muffins) que, como habréis adivinado por el título de la receta, son cachitos de Kit Kat.

Pero, independientemente del nombre que les demos, están buenísimas, así que aquí os dejo la receta tal y como la hice para que las preparéis y me déis vuestra opinión. Agradecerle la inspiración a Mila, de milicocinillas porque en su receta me inspiré aunque, como ves, no salieron iguales iguales.

Ingredientes:
(para unas 12  muffdalenas)
ä 125 ml. de aceite de oliva suave
ä 150 gr. de azúcar
ä 2 huevos
ä 225 gr. de harina
ä 1 cucharadita de levadura tipo royal
ä una pizca de sal
ä 150 ml. de leche
ä 3 paquetes de Kit kat



Elaboración:

Como os he comentado al principio, seguí la técnica de elaboración de los muffins, mucho más sencilla que las magdalenas porque consiste, ni más ni menos, que en mezclar los ingredientes líquidos por un lado y los sólidos por otro para luego unirlos entre si sin batidora ni ningún otro aparato eléctrico, simplemente con una cuchara de madera o una espátula de silicona, para evitar que se introduzca aire en la mezcla, de modo que no salgan alveolos tan típicos de las magdalenas. 
A pesar de todo, oh, sorpresa, mis muffdalenas tenían alveolos. Y creo que fue porque la cachorrita pequeña metió sus zarpitas en la masa y me ayudó a prepararlas y, claro, ella se lo pasaba en grande mezclando y remezclando y removiendo la masa. Algo de aire tuvo que entrar, servidumbres de la maternidad pero, qué queréis que os diga, ¡¡me encanta!!

ä Comenzamos precalentando el horno a 200º.
ä Mezclamos en un bol grande los huevos, el aceite y la leche, evitando que espumen.
ä En otro bol, a parte, mezclamos la harina, la levadura, la pizca de sal y el azúcar.
ä Unimos las dos mezclas y lo dejamos reposar un ratito mientras partimos las barras de kit kat en trozos más o menos grandes, según nos guste encontrar "tropezones" en la masa. Incorporamos al resto de la masa.
ä Rellenamos las cápsulas de magdalena hasta las 3/4 partes de la misma. Para que no se abran las cápsulas y se nos esparrame la mezcla, es recomendable ponerlas sobre un soporte de magdalenas como este o en flaneras de aluminio (desechables o no). Yo uso, indistintamente, uno u otro, pero si utilizo las pocas cápsulas de silicona que tengo no me hacen falta ninguno de los otros métodos.
ä Bajamos el horno a 180º y metemos nuestras muffdalenas, durante 15 minutos aproximadamente, hasta que al pincharlas con un palillo este salga seco.
Los muffins han de ser ligueramente húmedos por dentro, así que es conveniente no pasarse con el horno, pero el palillo ha de salir seco para que no se queden crudos en su interior.
ä Cuando estén listos, los sacamos y los dejamos reposar sobre una rejilla.


Observaciones:

Si os fijáis las cápsulas de mis muffdalenas están un poco pringadillas. Parece ser que es porque uso aceite; si las hiciera con mantequilla saldrían más limpitas (eso es lo que me han comentado mis amigas cocinillas) porque estas en concreto no tienen tendencia a transparentarse, menudos son los suecos. Pero a mí no me gusta usar demasiada mantequilla, mi subconsciente no me deja comerme a gusto un dulce que ataca a mi colesterol. Prefiero hacerlo lo más sano posible.
Que no lleve mantequilla no quiere decir que no engorde, ojo, que el aceite engorda igual o más (no lo sé, no lo he estudiado) y, además, llevan su buena cantidad de azúcar, harina, en fin...

Se conservan de maravilla en una caja de lata, de las de las galletas de toda la vida. A mí me han llegado a durar una semana en condiciones óptimas. Lógicamente, recién hechas están de muerte, pero si resistís la tentación de acabar con ellas de una sentada, conservadlas así.

¿Te apetece una para desayunar? Pues llévate una y ¡feliz miércoles!

Quiero aprovechar la ocasión, también, para recordaros que Cocinando para mis cachorritos participa en el concurso de Cidacos "El mejor blog de comida sana". Ya sabéis que yo siempre procuro preparar cosas no solo ricas, sino también sanas para educar el paladar de mis cachorritos, así que, ¿me regaláis un voto? Solo tenéis que entrar en este enlace, buscar mi blog entre el listado de los que se presentan y darle a las estrellitas.
Os lo agaradezco de corazón.

lunes, 27 de mayo de 2013

I Kedada Kitchenera en Madrid

Hoy no os traigo receta, eso lo dejo para mañana.

Hoy solo quiero hacer una entrada homenaje a mis compis del Desafío en la cocina por el buen rato que pasamos el sábado: nos reunimos en Madrid varias locas blogueras cocineras, miembros del Desafío en la Cocina.

Igual que Mari Luz comenzó hace un año esta andadura del desafío, hace unos meses nos lió también para reunirnos el día 25 en Madrid: ya que tenía que viajar aquí por motivos personales, ¿qué mejor excusa para reunirnos en torno al kilómetro 0?


Aquí estamos, con nuestra acreditación y nuestro Kit de la kitchenera 2.0, las titulares de los 13 blogs que acudimos al encuentro.

La verdad es que fue un día muy divertido, acompañadas de gente con la que llevamos compartiendo cocina durante varios meses, algunas un año casi entero porque el pasado día 20 fue el primer aniversario del Desafío en la cocina. Ponernos cara, achucharnos en persona y charlar "on line" sin una pantalla de por medio fue toda una experiencia.

Además es que algunas venían desde lejos, desde Málaga, Barcelona, Tenerife o Asturias se desplazaron para acudir a este encuentro, nada menos.

Comimos juntas, charlamos y lo pasamos muy bien. Después de meses planeando el encuentro, parece que nos supo a poco y algunas andan ya pensando en organizar la segunda. Y es que cuando estás con gente maja y estás a gustito, se te pasa el rato volando, entre charlas y risas.

Como siempre se dice que una imagen vale más que mil palabras, no me enrollo más y os dejo que veáis unas cuantas porque, además, el día nos acompañó, salió el sol y Madrid lució su mejor cara para acoger una selección a las mejores cocinillas del mundo mundial: 

Y  Aquí estamos contemplando sonrientes como Carmela, de Los inventos de Carmela abre el Kit de la kitchenera 2.0. Todas habíamos enviado un pequeño detalle para homenajearnos y Vanesa, de Il prezzemolo Tritato se encargó de centralizarlo, empaquetarlo y entregar uno a cada uno.



Y  No podían faltar las compras y La Violeta es un lugar emblemático del centro de Madrid. Además, había que abastecerse porque todas queremos preparar la rica tarta de violetas de Isa, de Cocina con Reina que también estuvo en este encuentro.


Y  A continuación, varios momentos de agradable charla antes y después de la comida:





A parte de las ya mencionadas, también fuimos:
Patricia, de El trasgu de las galletas
Amalia, de Cuadernos de cocina
M Luz, de Trasteando en mi cocina
Chus de Para estar por casa
Leticia, de Pal vientre todo lo que entre
Patricia, de Recetas y lo que se me ocurra
Isabel, de Las delicias de Isabel
Lucía, de De pucheros y otros
Pilar, de Persucar-hi pa
Y yo misma.

¡¡Gracias, chicas, por un día estupendo!! Sois todas estupendas. ¡¡A por la segunda!!

Amalia, Isa Reina y yo.

viernes, 24 de mayo de 2013

Salchichas con salsa de manzana

Hacer una foto artística de unas salchichas tiene mucho mérito. Mira que estas que os traigo hoy estaban muy muy ricas, pero oye, que no soy yo capaz de sacarlas guapas para la ocasión. Así que no os va a quedar más remedio que hacerlas para comprobar si merece la pena.

A los cachorritos no les chivé el secreto de la receta porque si les cuento que llevan manzana, ya me los conozco yo. Y al mayor tuve que apartarle el puerro, pero a tampoco me importó porque a mí me encanta el puerro y así tuve más para mí.


Ingredientes:
ä 750 gr. de salchicas frescas.
Yo las compré de pollo porque son más suaves y nos gustan más, pero pueden ser de cerdo perfectamente.
ä 1 manzana reineta.
ä 1 puerro
ä aceite de oliva 
ä Un chorro de vino blanco (1/4 de vaso)
ä 1/2 vaso de agua

Elaboración:
En la cocifácil:
ä Lavamos el puerro y lo cortamos en rodajas finas.
ä Pelamos la manzana, descorazonamos y troceamos.
ä Seleccionamos el menú plancha y echamos un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añadimos el puerro y sofreímos con cuidado de que no se queme.
ä Cuando tengamos e puerro casi listo, añadimos la manzana, le damos unas vueltas e incorporamos las salchichas.
ä Cancelamos el menú plancha, programamos el menú horno 10 minutos y la tapa doradora 15 minutos.
Antes de tapar la olla echamos el vino y dejamos un minutillo para que se evapore el alcohol. A continuación el agua (podéis echar una pastilla de caldo de ave si os gusta, pero yo no tengo costumbre de utilizar estas cosas, prefiero cocinar "al natural" y, en todo caso, sustituir el agua por caldo de pollo casero, pero en esta ocasión, no tenía) y tapamos la olla con los tiempos indicados. Al finalizar el programa, ¡listo!

Así es como yo lo hice. Esta olla me resulta muy cómoda para momentos en los que tengo poco tiempo, aunque no le estoy sacando todo el partido que creía. Pero también se puede hacer de forma tradicional, tal y como os cuento a continuación:
ä Calentamos el aceite de oliva en una sartén honda y sofreímos de igual manera el puerro, añadiendo después la manzana, igual que he explicado anteriormente.
ä Cuando estén listos, incorporamos las salchichas, dejamos que se doren un poquito por todos los lados y añadimos el vino y el agua.
ä Dejamos que se cocinen las salchichas unos 15 minutos, para que se queden bien hechas por dentro.
Cocinado de esta manera es probable que necesitéis algo más de líquido que en la cocifácil. Podéis añadir algo más de agua (o de caldo) o de vino, no hay problema, no resultarán muy fuertes.

También se pueden hacer en el horno, más fácil aún: yo pondría todos los ingredientes en una fuente de horno y lo metería a 180º durante 20 minutos, aproximadamente. De hecho, si hubiera tenido que encender el horno, esta habría sido la forma elegida para prepararlo, pero como no era el caso -y ya es raro porque en casa el horno se usa casi más que la ducha jijiji-, decidí darle algo más de uso a la cocifacil que está aburrida, la pobrecita mía.

Si lo acompañamos con un poco de arroz blanco o con cuscús, queda perfecto y es muy cómodo también para llevar a la oficina en el tupper, garantizado.

Esperadme la semana que viene porque os traeré una ensalada muy fresquita ahora que parece que sí, que por fin ha salido el sol y una merienda ideal para los cachorritos de la casa (aunque os confieso que lo he desayunado yo hoy y está ¡¡¡de muerte!!!)

¡¡Feliz fin de semana!!

miércoles, 22 de mayo de 2013

Baguettes rústicas

Aunque no hayas ido nunca a Francia, ¿quién no conoce las baguettes? Son esas barras estrechas y largas de corteza crujiente y miga esponjosa, perfectas para hacerse un bocadillo. Eso dicen. A mí se me antoja ideal hasta para comerlas solitas, aunque acompañadas de un buen aceite de oliva tampoco se quedan atrás, a pesar de no ser precisamente un acompañamiento "muy francés".

Las baguettes han sido, precisamente, la propuesta de Bake the World para este mes de mayo y no ha sido tarea fácil.

Es complicado conjugar esas tres premisas (miga esponjosa, corteza crujiente y barra estrecha) en un solo pan. Por no hablar del tamaño de la bandeja de los hornos caseros: yo he tenido que conformarme con hacer cuatro demi-baguettes en vez de dos enteras como pretendía.
Las he llamado baguettes rústicas por el aspecto que véis que han adquirido las cortezas, ya os explicaré porqué. Pero estaban buenísimas, eso sí.


Ingredientes:
(para cuatro demi-baguettes o medias baguettes)
ä 375 gr. de harina de fuerza
ä 250 ml. de agua
ä 1 cucharadita de café de sal
ä 7 gr. de levadura fresca de panadero
ä 1 clara de huevo

Elaboración:
ä Introducimos todos los ingredientes, salvo la clara de huevo, en la cubeta de la panificadora y amasamos hasta obtener una masa que se despegue con facilidad de las paredes. Yo necesité poner dos ciclos de amasado porque la masa es bastante húmeda y no quería aumentar la proporción de agua-harina.
Dejamos levar la masa hasta que doble su volumen, bien tapada para que no se reseque. 
¿El tiempo de levado? Como siempre os digo, depende de la temperatura exterior: a más calor ambiental, menos tardará la masa en subir. Entre una y dos horas. En pleno verano madrileño (si el calor se atreve a asomar la patita) puede estar lista en algo más de media hora.
ä Cuando la masa haya doblado su volumen, volcamos sobre una superficie enharinada, damos unos golpes para desgasificarla y la dividimos en cuatro partes más o menos del mismo tamaño. Reservamos tres de ellas protegidas con un paño.
ä Enharinamos el rodillo y extendemos la parte de la masa con la que vamos a trabajar hasta que quede con forma, más o menos, rectangular.
ä Enrollamos por uno de los lados más largos del rectángulo, hasta formar la barra:

Procuraremos que el rulo quede bien apretadito por dos motivos: primero para que no se queden espacios de aire "feos" en la baguette y segundo para que esta sea bien finita.
ä Sellamos la parte final mojando la masa con unas gotas de agua y presionando ligeramente con los dedos.
ä Realizamos la misma operación con los otros tres trozos de masa y disponemos sobre una bandeja de horno donde levaran de nuevo otras dos horas, más o menos, hasta que vuelvan a doblar su tamaño.
No os olvidéis de preservarlas de las corrientes de aire para evitar que se sequen. Lo mejor es cubrirlas con un paño, con papel film aceitado o meter la bandeja dentro del horno apagado; así, además, ahorramos espacio.


ä Pasado este tiempo, precalentamos el horno a 200º C e introducimos un cuenco con un poco de agua para generar vapor. Mientras, greñamos nuestras barras.
Esta es la parte más complicada y que yo aún tengo que perfeccionar: los cortes han de hacerse sin miedo, con un utensillo bien afilado y, en el caso de las baguettes, casi paralelos al extremo de la misma.
ä Pintamos con un poco de clara de huevo diluida en agua e introducimos al horno durante 20 minutos aproximadamente. 
Sacamos el cuenco del agua del horno, volvemos a pintar las barras con la mezcla de clara de huevo y devolvemos al horno durante otros 10 minutos.
ä Sacamos del horno y dejamos reposar en una rejilla hasta que se entibien. Recomiendo consumir estas ricas barras recién hechas, cuando todavía están calentitas, ¡son una auténtica delicia!


Observaciones:
Yo no estoy segura de si el truco de pintar las baguettes con clara de huevo es muy ortodoxo. En cualquier caso, lo vi -este truquillo y el método del formado de la barra- en Directo al paladar y lo probé. No hay duda de que ayuda a que la corteza quede extremadamente crujiente. Es un truquillo que se puede usar en cualquier otro pan que queramos hacer. Volveré a probarlo para cerciorarme de los resultados.

De todas formas, creo que la clara de huevo es "la culpable" de este aspecto tan rústico y tan poco fino que tienen mis baguettes. No fue impedimento para que diéramos buena cuenta de ellas porque estaban muy muy ricas, eso sí.

Y si tenéis valor para que os sobre algún trocito, probadlas tostadas para el desayuno del día siguiente. Querréis repetir.

lunes, 20 de mayo de 2013

Vinagre de fresas

La semana pasada, de compras en la frutería, me fijé en que vendían unos vinagres balsámicos ideales para aliñar y darle vidilla a las ensaladas que se avecinan (digo que se avecinan si el buen tiempo tiene valor para dar la cara, que no hace más que esconderse y a nosotros nos siguen apeteciendo más los platos de cuchara que las refrescantes ensaladas, aunque yo soy una incondicional de estas últimas). 
Pero es que cada botecito de estos vinagres que no debían de tener más de 100 ml. costaban la friolera de 3 euros, así que no me decidí a comprarlos.
Tenía en casa unas fresas que se estaban poniendo blandas y, estando en plena temporada, no pude resistir la tentación de prepararlo yo misma con un resultado más que satisfactorio. Mirad, además, que bonito.


Además, no es nada difícil de preparar y seguro que dará otro toque a vuestras ensaladas, ¡animaos!.

Ingredientes:
  • 1/2 litro de vinagre
  • 200 gr. de fresas
  • 3 cucharadas soperas de azúcar


Elaboración:
  1. Lavamos bien las fresas, les quitamos el pedúnculo y las cortamos a la mitad.
  2. Ponemos en un recipiente lo suficientemente grande el vinagre y las fresas. Lo dejamos macerar al menos dos horas pero yo, como soy así y lo dejé casi 24 porque me lié con otras cosas y ya no pude ponerme hasta el día siguiente.

  3. Pasamos todo a un cazo que podamos poner en el fuego y añadimos el azúcar.
  4. Cuando rompa a hervir, bajamos la temperatura y lo dejamos entre 10 y 15 minutos. Cuidado porque al cocer puede salirse ya que el vinagre sube un montón.
  5. Dejamos reposar hasta que se temple un poco y entonces lo colamos con un colador fino, para que no pasen los posos. Aplastamos bien las fresas que estarán muy blandas, para que pase todo su saborcito y su aroma.
  6. Pasamos la mezcla a unos botes que hayamos limpiado bien previamente y dejamos que se enfríe del todo. Con esto ya estará listo para usar y hacer más sabrosas vuestras mejores ensaladas.


Con lo fácil que es, ¿quién no va a tener unos vinagres balsámicos riquísimos en casa? Ya estoy pensando de qué sabor puedo preparar otro para tener variedad, ¿alguna sugerencia?


Tarta de manzana y frutos rojos. Desafío en la cocina.

"Si no quieres caldo, toma dos tazas"

¿No os decía eso vuestra madre cuando érais pequeños? Reconozco que los míos lo decían, pero nunca llegaron a hacerlo.
A diferencia de nuestras bosses del Desafío en la cocina que, no contentas con la tarta Dobos que tuvimos que hacer el mes pasado y que a mí tanto me complicó la vida, nos han encargado este mes una nueva tarta.
Lo cierto es que en esta ocasión había una razón de peso y es que hoy este grupo cumple un año, así que se trata de una tarta de cumpleaños.

Esa era nuestra misión: hacer una tarta de cumpleaños con dos únicos requistos:
teníamos que hacer una tarta tarta, nada de tartaletas individuales, vasitos o cosas "modernas" de esas: una tarta como las de toda la vida, que tuviera que cortarse en porciones para ser servida.
que llevara una velita, como toda tarta de cumpleaños debe tener.
Por lo demás, tema libre.

Así que, después del susto tras conocer que tocaba preparar otra tarta, las cabezas de todos los miembros del desafío se pusieron a trabajar. La mía en concreto pasó del terror a la resignación para pensar, después, ¿cuál es la tarta que más te gusta? Las de hojaldre y crema pastelera, sin duda. ¿Cuánto tiempo llevas planteándote preparar tú misma el hojaldre? Meses y meses, ¿cuál es la tarta por excelencia que no falla nunca? la de manzana.

Pues ahí está la respuesta: tarta de hojaldre y crema pastelera. Por encima manzana y para decorar, unas frambuesas frescas. Esta es mi humilde aportación para celebrar el primer aniversario de este gran grupo y maravillosa familia virtual que estamos creando. ¡¡Que sean muchos más!! Mi agradecimiento también a las desafiadoras que hacen que esto sea posible porque ponen mucho empeño y le dedican muchas muchas horas. Más de las que nos hacen saber, estoy segura.


Ingredientes:
(para unas 6 raciones)
Para la base:
  • Una lámina de hojaldre.

Podéis usar hojaldre del que venden preparado, pero el primer cumple del Desafío en la cocina se merecía algo mejor y un poco más de esfuerzo por mi parte (a parte de ser la excusa ideal, como os he dicho antes para preparar una masa que llevaba meses queriendo hacer). Así que yo hice hojaldre casero. Podéis ver la receta y un paso a paso detallado pinchando aquí.

Para la crema pastelera:
  • 250 ml. de leche entera
  • 2 yemas
  • 60 gr. de azúcar
  • 25 gr. de maicena
  • 1 cucharadita de vainilla líquida


Además:
  • 1 manzana variedad reineta
  • 1 cuchradita de azúcar moreno
  • 1 cajita de frambuesas frescas
  • 2 cucharadas de mermelada de melocotón o albaricoque
  • 1 cucharadita de agua


Que tenemos tarea y nos tiene que quedar una tarta bien rica, pongamos manos a la obra.

Preparación:
  • Si pensamos hacer el hojaldre, mejor dejalo listo el día de antes. Se conserva en el frigorífico envuelto en papel film sin problemas. Os recuerdo cómo se hace aquí.
  • Precalentamos el horno a 180º.
  • Extendemos la lámina de hojaldre sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear, recortamos unas tiras y las pegamos en los bordes de la tarta con un poco de las claras de huevo que nos han sobrado de la crema pastelera.
  • Ponemos unas legumbres secas o algún otro peso sobre la lámina de hojaldre y la metemos al horno entre 15 y 20 minutos, hasta que veamos que está doradito.
  • Cuando la base esté lista, la sacamos del horno y la dejamos reposar.


Mientras tanto, preparamos la crema pastelera. Es mucho más fácil de lo que yo había esperado, no os dejéis asustar por la cantidad de pasos que parecen; en realidad son muy simples:
(fuente de la crema pastelera: javi recetas)
  • Apartamos un como un cuarto de vaso de la leche y la reservamos en el frigorífico.
  • Ponemos al fuego medio-bajo el resto de la leche.
  • Mientras arranca a hervir, mezclamos a parte las dos yemas con el azúcar y la vainilla líquida. Mezclamos bien con unas varillas, procurando que no llegue a espumar. Reservamos.


  • Diluimos la maicena en el resto de leche que tenemos en el frigorífico. He leído que la maicena solo se disuelve bien si el líquido está bien frío; no quise arriesgarme a hacer la prueba. Si alguien tiene más experiencias sobre esto, agradezco la información.
  • Añadimos la mezcla de maicena y leche a la leche que tenemos en el fuego y que deberá de estar bien caliente, pero sin llegar a hervir. Removemos con las varillas para integrarlo bien todo hasta que vaya cogiendo la consistencia deseada.
    No hay que dejar de remover en ningún momento, para evitar por un lado que se nos agarre al cazo y, por otro, que se formen grumos.


  • Justo antes de que vaya a romper a hervir, lo retiramos del fuego y añadimos las dos yemas. Continuamos removiendo fuera del fuego bien rápido para que las yemas no cuajen.
    Una vez integradas, volvemos a poner al fuego bajo hasta que vuelva a espesar hasta el punto que nos guste.
  • Reservamos la crema pastelera tapada con un papel film que debe de estar pegado a la superficie de la crema para que no se forme costra.



  • Pelamos la manzana, le quitamos el corazón y la cortamos en gajos finos, procurando que sean uniformes.
  • Retiramos el film de la crema pastelera y la extendemos sobre la base de hojaldre, dejando libres los bordes. Sobre la crema dispondremos los gajos de manzana de la forma más artística que nos sea posible y espolvoreamos con azúcar moreno.
  • Horneamos durante 10-15 minutos, lo suficiente para que la manzana esté hecha. Como todo lo demás ya está cocinado y las rodajas de manzana serán más bien finas, no necesitaremos mucho tiempo.
  • Sacamos del horno cuando veamos que nuestra manzana empieza a ponerse doradita y dejamos reposar.
    En el momento de servir diluimos la mermelada con una cucharadita pequeña de agua fría y pincelamos la manzana para que quede más brillante. Adornamos con las frambuesas o con fresas, ahora que estamos en plena temporada.
    Yo elegí las frambuesas porque me encanta el toque ácido en contraste con el dulzor de la tarta.



Os diré que la tarta estaba buenísima y quienes la probaron dijeron que parecía "de pastelería de verdad", como si esta fuera de mentira...
Nos sobró un trocito que comí al día siguiente y, oye, aún mejor. Se ve que al reposar se habían asentado los sabores, muy muy rica. Mereció la pena el esfuerzo de haber hecho el hojaldre en casa también. Lo único es que las frambuesas habían empezado a enmohecerse con la humedad, así que si tenéis pensado prepararla para algún evento con antelación, yo os recomendaría dejar la decoración para el último momento. Total, tampoco es complicada, no es como si hiciéramos un frosting o un fondant; no es más que poner unas frambuesitas por encima.

Os invito a pasaros por la fiesta de cumpleaños del Desafío en la cocina porque habrá muchas muchas tartas, tantas como 67 blogs que componemos el grupo, ¿te lo vas a perder? Espero que no, así que pincha aquí para verlas todas.

La vela, ¿no os había dicho que la velita era uno de los requisitos necesarios de este desafío? pues aquí tenéis mi tarta con vela

¿Que porqué un 7? Pues porque creía que tenía un buen montón de velas en casa para elegir; quería haber puesto una de las de toda la vida, pequeñitas con un pie en forma de flor, tan tradicional y tan mona. Pero cuando fui a echar mano de ellas, habían desaparecido. Supongo que en alguna de estas limpiezas en las que arramplas con todo lo que "no vale para nada".
Y encontré este 7 que había sido del último cumple del cachorrito mayor, así que hubo que apañarse. Me dije que así celebraba también mi séptimo desafío... Hasta que me di cuenta de que, en realidad, es el sexto, de modo que es la vela del despiste, qué le vamos a hacer.

Hasta aquí ha llegado el primer año del Desafío en la cocina. Ahora empieza uno nuevo, lleno de retos en la cocina el 20 de cada mes, de nervios el día 1 hasta que llega el correo con las instrucciones del reto del mes siguiente y de buenos momentos con los estupendos compis.



miércoles, 15 de mayo de 2013

Hojaldre y sus palmeritas

El hojaldre es una masa súper versátil que nos va a servir tanto para hacer dulces, como para preparar platos salados muy vistosos.
Llevaba mucho tiempo con ganas de hacerlo yo misma porque el comprado está bastante bien y hay uno en concreto que, además de no ser muy caro, la verdad es que sale muy rico. Pero yo tengo una especie de obsesión por las cosas hechas en casa, por no comprar demasiadas cosas manufacturadas o preparadas por aquello de los conservantes y del qué le echarán.



 

Así que el fin de semana pasado, después de darle unas cuantas vueltas y de revisar varias de las recetas que hay en la red, me decidí por la de Secretos de pastelero. Tengo que agradecer a Miguel Ángel que solucionara todas las dudas que le planteé. No sé cuántos correos electrónicos hemos intercambiado hasta que me quedó todo clarito y pude ponerme manos a la obra. Seguro que sin sus consejos no me habría salido tan rico como me salió, así que, ¡¡mil gracias de corazón!!
Si os gusta el dulce tradicional, la bollería "de toda la vida", no dudéis en pasaros por su blog porque tiene cosas riquísimas y con razón: según él mismo cuenta, pertenece a la quinta generación de una familia de pasteleros y, ya jubilado, se dedica ahora a contarnos nuestros secretos a los amantes de la cocina y las cosas ricas.

Así las cosas, os cuento cómo hice yo el hojaldre que, de verdad, por muy bien que esté el que venden en Lidl, no tiene parangón. He comido las mejores palmeritas de mi vida y no es porque las haya hecho yo ;)

Ingredientes:
(reduje a la mitad la receta de Secretos de pastelero y menos mal porque tengo hojaldre congelado para terminar el mes de mayo)
ä 325 gr de mantequilla imperial sin sal
ä 325 ml. de agua
ä 250 gr. de harina de todo uso
ä 250 gr. de harina de fuerza
ä 50 gr. de manteca de cerdo.
Si no tienes mateca, puedes sustituirla por mantequilla, pero según los consejos de Miguel Ángel yo no lo hice porque me advirtió de que la masa sería más difícil de trabajar y que tendría que meterla unos 10-15 minutos en el frigorífico entre plegado y plegado.
Creía que sería más dificil de encontrar, pero no, en Mercadona, que es donde hago la compra semanal, la tenían.
ä una cucharadita de vinagre
ä una cucharadita de sal

¿Cómo se hace?
ä Ponemos todos los ingredientes, salvo la mantequilla en la máquina para amasarlos bien. Yo utilicé la panificadora, pero podéis hacerlo en cualquier otra máquina que tengáis para este fin o incluso a mano, formando un volcán con las harinas, introduciendo los demás ingredientes -salvo la mantequilla- en el interior y mezclando bien.
ä Amasamos hasta que todos los ingredientes estén perfectamente integrados y la masa esté elástica y consiguamos que se despegue de las paredes, en mi caso de la painficadora
ä Volcamos la masa sobre una superficie enharinada y formamos una bola:

ä Hacemos dos cortes en la masa, en forma de cruz. Los cortes han de ser profundos, que lleguen hasta los 2/3 de la bola. Tapamos con un paño y dejamos reposar unos 15 minutos.

ä Pasado el tiempo de reposo, estiramos de los picos formados por los cortes hasta dejar la masa con forma más o menos rectangular:

ä Espolvoreamos la superficie con harina y pasamos el rodillo hasta alisarla y dejarla en forma de rectángulo:

ä En el centro, colocamos la mantequilla que teníamos reservada:

ä Y plegamos el hojaldre en tres partes, como envolviéndolo, tal y como muestro en las imágenes a continuación:

A este plegado se le conoce como "vuelta sencilla"
ä Extendemos de nuevo con el rodillo enharinado para que no se nos pegue hasta tenerlo del tamaño, más o menos, del rectángulo original:


ä Y volvemos a plegar, aunque ahora tendremos que hacer una "vuelta doble". Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo, no una, sino dos imágenes para que quede más claro cómo se hace el plegado doble:


ä Ahora tenemos que repetir el proceso de los plegados. El objetivo de esto es conseguir que la masa final quede, al cocer el hojaldre, con esas láminas tan características y eso se consigue con estas vueltas sencilla y doble que lo que hacen es ir intercalando la mantequilla entre capa y capa de masa.
Entonces, lo que nos toca ahora es hacer otra vuelta doble y otra vuelta sencilla.
En resumen: 
  • vuelta sencilla
  • vuelta doble
  • vuelta sencilla
  • vuelta doble
He de decir, que entre medias de todo este proceso llegó papá con los cachorritos del cole y me lié. Creo que hice alguna vuelta de más pero, como se suele decir, mejor que sobre que no que falte, ¿no?
Pero no hagáis vueltas de menos si queréis que se os quede bien laminado, ¿de acuerdo?

Pues bien, con esto ya tenéis la masa de hojaldre lista. Se puede conservar un par de días en el frigorífico, como hice yo o congelar para su uso futuro.
De hecho, yo dividí la masa en porciones de unos 320 gr. que es lo que pesan, aproximadamente las láminas que venden congeladas o refrigeradas. Usé dos porciones y tengo otras dos en el congelador esperando su turno.

Con una de las dos porciones que usé hice estas palmeritas tan ricas. Son muy muy sencillas:
ä Extendemos la lámina de hojaldre sobre una superficie que habremos espolvoreado generosamente con azúcar moreno.
ä Volvemos a echar azúcar moreno sobre la superficie de la lámina de hojaldre y extendemos con el rodillo hasta dejarla de un grosor de 1/2 cm. aproximadamente.
ä Enrollamos cada uno de los lados de la lámina hasta que se toquen en en centro, lo envolvemos en papel film y lo dejamos una media hora en el congelador para que se endurezca.
ä Sacamos del cogelador y, con un cuchillo bien afilado, vamos cortando las palmeritas de un dedo de grosor como muchísimo. Las disponemos sobre una bandeja de horno y las pincelamos con huevo batido insistiendo mucho en la parte superior, donde se juntan los dos rollitos, para que se queden pegados y no se nos despeguen con el horneado.

ä Metemos en el horno precalentado a 200º durante 15 minutos aproximadamente, cuidando de que no se nos quemen.
ä Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
¡¡Inmejorables!! Es una de las "galletas" que más me gustan para acompañar el café de después de comer y de verdad, entre estas y las hechas con hojaldre comprado, media un abismo. Probadlo y comprobadlo.


Observaciones:
Para no eliminar las láminas típicas del hojaldre, esas tan características de las que hemos hablado antes, hay que evitar hacer una bola con la masa de hojaldre una vez finalizado el proceso de "vuelta sencilla", "vuelta doble", "vuelta sencilla", "vuelta doble".
Es decir, que si lo váis a congelar o cuando lo trabajéis posteriormente con el rodillo para estirarla, procurad respetar la estructura de la masa y no convertirla en bola en ningún momento.

La próxima semana os cuento qué más cositas ricas he hecho con esta masa de hojaldre.

¡¡Feliz miércoles de San Isidro Labrador, festivo en Madrid!!

Edito esta entrada dos semanas después para mostraros las recetas que he preparado con estas cantidades que he indicado en la receta. Además de las palmeritas, puedes ver pinchando aquí otras cosas ricas ricas.