Por fin, después de todo el verano de asueto, el Desafío en la cocina regresa a nuestros blogs.
Y lo hace de la mando de una de nuestras desafiadoras de las islas, la maestra tartera Carolina, de
Tomillo, Laurel y otras cosas de comer. Por suerte para mí, este mes no tocaba dulce porque temo yo las deliciosas tartas mousse que prepara esta chica, pero no, tocaba desafío salado y tenía que ser con pollo, su ingrediente fetiche, jijiji.
Volver a hacer un desafío de Carol ha sido especial para mí porque con otro suyo me uní a este gran grupo en diciembre pasado. Podéis verlo
aquí. Un reencuentro, boss ;)
Así que, recibida la propuesta de hacer coxinhas, creo que la primera reacción de la mayoría del grupo fue: "y esto, ¡¡¡¡qué puñetas es!!!" San google que todo lo soluciona nos dio la pista: se trata de una masa parecida a la bechamel, pero no exactamente bechamel, con un corazón de pollo desmenuzado, rebozado y frito que parece ser que en Brasil se consumen con bastante frecuencia; por lo visto no pueden faltar en ningún cumpleaños que se precie y así mi amiga Elena que vive allí me dio la pista confirmada después por la desafiadora del mes: no son croquetas -porque no es exactamente bechamel lo que llevan- ni puré de patata relleno de carne (aunque podría ser otra idea) y tienen forma de muslo de pollo debido a su nombre ya que coxinhas significa, en portugués, muslito.

Vamos con la receta que, si bien no es difícil, es bastante elaborada y requiere paciencia y tiempo.
Ingredientes:
Para la masa:
ä 1/2 litro de caldo de pollo elaborado con:
- 1/2 litro de agua
- 2 filetes de pollo (o cualquier otra pieza, pero lo que yo usé fueron filetes, por eso de que siempre suele haber en el congelador)
- 1 cebolla
- 2 hojas de laurel
- 1 cucharadita de sal
ä 100 gr. de beicon
ä 200 gr. de harina
ä 1 cucharada de mantequilla
Para el relleno:
ä Los filetes de pollo que hemos usado para hacer el caldo
ä 1 diente de ajo
ä 1/2 puerro
ä 1 tomate
ä 1 lata pequeña de aceitunas sin hueso (rellenas o no, al gusto)
ä sal
ä aceite de oliva
Para rebozar:
ä huevo batido
ä pan rallado
Elaboración:
Primero: el caldo.
Hacemos el caldo poniendo todos los ingredienes en una olla y dejándolo cocer el tiempo suficiente. En mi caso, estas cosas las suelo hacer con una olla a presión. Desde que sube el pitorrito, en 15-20 minutos está listo.
Entonces, sacamos el pollo, apartamos el resto de los ingredientes, colamos el caldo y lo reservamos a parte para que se enfríe un poco.
Segundo: el relleno
- Picamos muy fino el puerro y el tomate; reservamos
- En una sartén echamos un chorrito de aceite de oliva y doramos los ajos. Retiramos y, en el mismo aceite, sofreímos el puerro y el tomate.
- Mientras se va haciendo, desmenuzamos el pollo cocido con las manos hasta dejarlo en forma de hebras. Lo añadimos al sofrito anterior y le damos unas vueltas para que los sabores se integren. Reservamos.
Tercero: la masa.
Antes de seguir explicando cómo hacer la masa, tengo que deciros que con esta receta estrené la My Cook, mi nueva ayudante de cocina. Os voy a contar, también, la forma de hacerlo de la manera tradicional.
- En la My Cook: se echa la mantequilla y se calienta 1 minuto a 80º y velocidad 5. Añadimos los taquitos de beicon 1 minuto a 80º y velocidad 5. Trituramos el beicon con un golpe de turbo.
Colocamos la paleta mezcladora y echamos la harina: 1 minuto a 80º y velocidad 5. Añadimos todo el caldo y seleccionamos 5 minutos a 80º y velocidad 5. - De forma tradicional: Trituramos el beicon con el grosor deseado.
En una cazuela de fondo ancho y grueso derretimos la mantequilla y añadimos el beicon. Cuando empiece a soltar aroma, echamos todo el caldo. Se lleva a ebullición y, cuando comience a hervir, se echa toda la harina de golpe y se remueve hasta que se deshagan los grumos y quede una pasta de la consistencia de un engrudo o una bechamel muy espesa. Pero no es bechamel porque en esta se tuesta primero la harina.
Si es necesario, nos ayudaremos de unas varillas eléctricas.
Dejamos reposar la masa un poquito hasta que se temple y no queme, le damos forma de bola y la dejamos reposar de nuevo, esta vez hasta que esté fría. Cuanto más fría esté, más fácil nos va a resultar después trabajarla. Podemos, incluso, dejarla en el frigorífico unas horas o de un día para otro.

Cuarto: formando las coxinhas.
Ahora viene la parte más complicada que es dar forma de muslito a las coxinhas para que hagan honor a su nombre. Para facilitarnos la labor es conveniente que la masa esté fría porque es más fácil de moldear.
- Nos enharinamos las manos para que no se nos pegue, cogemos una porción de masa, como una cucharada grande y la aplanamos en una de las manos.
- Con una cucharita, tomamos un poco del relleno, lo estiramos encima de la masa y sobre ella colocamos una aceituna. Hemos de procurar que el relleno quede centrado y deje a la vista una parte suficiente de masa como para cerrar la coxhinha y darle luego la forma deseada.
- Cuando, más o menos, la "cosa" tenga forma de muslito (confesión: algunas me salieron y otras tenían forma más de... pirámide sin pico), las pasamos por huevo batido y pan rallado. Volvemos a reservar unas horas en el frigorífico para que se endurezcan y no se nos deshagan luego al freírlas.
Tenemos que repetir esa operación hasta que se nos termine la masa.
Quinto: el paso final.
Ya solo nos queda freír las coxinhas en abundante aceite bien caliente.
Yo he las he hecho de dos maneras diferentes: en el horno y fritas. Quería hacerlas en el horno por eso de evitar tanto frito, pero he de reconocer que están mucho más ricas fritas, la masa queda más blandita, más jugosa. En el horno se secan más.
Dos requisitos más de este primer desafío del nuevo curso:
- Una salsita. Es típico acompañar las coxinhas de salsa picante, pero el picante en casa no gusta, así que yo hice salsa de yogur, bien sencilla.
Necesitaremos:
ä 1 yogur griego, si es posible.
ä 2 cucharadas de mayonesa
ä 1 cucharadita de hierbabuena picadita
ä 1 cucharada de zumo de limón
Mezclamos todo bien con una chucharita y listo para servir.
Observaciones:
Y Cuidadito al freír u hornear las coxinhas que, como veis en las fotos, se abren con facilidad. No estropea el sabor, pero sí la apariencia :(
Y Igual que las croquetas, las coxinhas aguantan perfectamente la congelación. Se quedan en el congelador esperando que las necesitemos.
Una precaución en este caso: sacadlas un rato antes para que se descongelen al menos en parte, antes de freírlas u hornearlas porque al ser tan gordas, es fácil que se quemen por fuera y continúen congeladas por dentro.
Hasta aquí el desafío del mes de septiembre. Pinchad
aquí para ver las coxinhas que han hecho el resto de mis compañeras y nosotros nos vemos con otro el 20 de octubre, de la mano de Mabel, de A nadie le amarga un dulce.
¡Ah! Que no se me olvide: esta entrada sirve, además, para presentar en sociedad el nuevo logo de
Cocinando para mis cachorritos que me ha regalado Vanesa de
Il prezzemolo tritato. No hay palabras para agradecérselo: Vane, sabes que estoy loca con él, ¿verdad? Mil gracias, amor, ¡¡¡¡¡mira qué bonito queda en las fotos!!!!