lunes, 30 de septiembre de 2013

Magdalenas de calabacín y rulo de cabra

Hola a todos. Lo primer presentarme porque ya veis que esta entrada no es de Verónica. Soy Vanesa, su hermana pequeña, a partir de ahora soy su nueva colaboradora en este blog de cocina. Intentaré estar a la altura y que os gusten mis recetas tanto como las suyas.

Y como primera receta que publico os voy a dejar algo facilito que puede valer como entrante o como acompañamiento para un plato de carne: Magdalenas de calabacín y rulo de cabra.



Ingredientes:
(para 8 - 10 magdalenas)

- 250 g de calabacín
- 1/2 puerro
- 70 g de queso fresco
- 40 g de queso emmental 
- 2 huevos
- 5 rodajas finas de rulo de cabra
- 20 g de aceite de oliva
- 2 cebollas
- Avellanas y almendras picadas para decorar.

Elaboración:

*Pelamos el calabacín y lo troceamos, lo metemos en la picadora junto con el puerro y picamos.
* A continuación añadimos el queso fresco y el emmental, los huevos y el aceite y picamos hasta que nos quede una masa.


* Salpimentamos al gusto
* Precalentamos el horno a 150ºC y mientras vamos rellenando nuestros moldes. Yo en esta ocasión utilicé moldes individuales de silicona (para mi gusto mucho más fácil de desmoldar después)



* Metemos en el horno a 150ºC durante 15 minutos; después los sacaremos para poner por encima el rulo de cabra. Apróximadamente media rodaja por magdalena


* Volvemos a meter al horno durante otros diez minutos aproximadamente. Los sacamos para decorar con las avellanas o las almendras picadas (o cualquier otro fruto seco que se os ocurra) y dejamos en el horno en la función de gratinado durante unos 5 minutos. Eso ya más o menos en función de cada horno, los sacáis cuando veáis que el queso ya está doradito.

Observaciones:

* En mi caso, este plato era para una reunión familiar en la que había gente a la que no le gusta nada el queso fuerte, por lo tanto en alguna magdalena sustituí el queso por un poco de jamón ibérico. Para que no se hiciera demasiado el jamón solo lo metí en el horno cuando ya iba a gratinar el resto de las magdalenas.


* Lo podemos acompañar también de cebolla caramelizada (pulsa aquí para saber cómo prepararla)


Fuente: www.recetascomidas.com

sábado, 28 de septiembre de 2013

Pan kinder

Una ensalada servida en un recipiente de lo más original que, además, se come también. Eso es el pan kinder.
Se trata de un pan sorpresa, como los famosos huevos kinder que llevan una sorpresita dentro: es un pan sin miga que va relleno de lo que más nos apetezca, generalmente una ensalada por eso de hacerlo más ligero. Yo preparé para esta ocasión una ensalada de pollo confitado a la naranja que estaba de escándalo, pero puedes preparar la que más te guste, ¡hay tanta variedad! (Te sugiero unas cuantas aquí)
Llevaba con muchas ganas de prepararlo desde que lo propuso Leticia como Desafío para el mes de junio y por fin ha caído. Hoy lo traigo a vuestra mesa como idea para sorprender.


Ingredientes:
ä 170-180 ml. de agua, en función de la capacidad de absorción de la harina.
ä Un chorrito de aceite de oliva
ä 1/2 cucharadita de sal
ä 330 gr. de harina de fuerza. Podéis emplear "harinas enriquecidas"; como veréis en las fotos, yo usé harina integral.
ä 7 gr. de levadura fresca de panadería
* Con estas cantidades os dará para 3 panes kinder aproximadamente o para 2 un poco más chiquitines y una barrita de pan. Así podéis probar dos recetas en una.
Para la ensalada:
ä 1 cogollo de lechuga por persona
ä 1 tomate por persona
ä 300 ml. de aceite de oliva para confitar el pollo
ä 200 gr. de pechuga de pollo cortada en dados
ä la piel de 3 naranjas
ä el aliño que más os guste

Elaboración:
  • En primer lugar tenemos que preparar la masa del pan. Para ello ponemos en la cubeta de la panificadora todos los ingredientes en el orden indicado y seleccionamos el programa de amasado.
    Si no tenemos panificadora, amasamos a mano hasta obtener una masa homogénea que se separe de la superficie de trabajo. Damos forma de bola y dejamos reposar dos horas aproximadamente, hasta que doble su volumen.
(**Inciso: si queremos preparar, como he sugerido antes, una barrita de pan, tras el primer reposo -levado- tendremos que amasar de nuevo para desgasificar, y formar la barra u hogaza a nuestro gusto. El resto de la masa, la que vayamos a usar para hacer el pan kinder, seguirá el proceso que os cuento a continuación)
  • Encendemos el horno a 250º y metemos dentro un recipiente metálico con un poco de agua.
  • Mientras tanto, volcamos la masa sobre una superficie de trabajo enharinada ligeramente y estiramos con el rodillo hasta obtener una lámina fina, pero que podamos trabajar fácilmente.
    Cuanto más fina podamos hacer la lámina, más crujiente quedará el pan y más rico para este plato.
  • Preparamos unas bolas de papel de aluminio que habrán de ser del tamaño que queramos nuestro kinder sorpresa y las envolvemos, a su vez, con papel parafinado. Envolvemos estas bolas con la masa de pan. Podemos pegar los bordes, para que no se nos abran, humedeciéndonos los dedos con unas gotas de agua.

     
    • Bajamos la temperatura del horno a 180º, sacamos el recipiente del agua y metemos nuestro pan kinder. Deberá de estar dentro unos 30 minutos aproximadamente o hasta que lo veamos doradito. Lo sacamos y dejamos reposar en una rejilla hasta que se enfríe y podamos manejarlo.
    • Mientras tanto, preparamos el pollo confitado para la ensalada (o podemos ir haciéndolo mientras nuestro pan leva o se hornea, eso es cuestión de la logística de cada casa): colocamos las paletas mezcladoras en la jarra de la My Cook e incorporamos el aceite, el pollo cortado en daditos y salpimentado al gusto y las pieles de naranja. Programamos 15 minutos, 110º, velocidad 2.
      Cuando esté listo, reservamos el pollo hasta la hora de hacer la ensalada. Colamos el aceite y lo guardamos para utilizarlo más adelante en cualquier cosa que nos haga falta.
    ***Siento no poder daros recetas de pollo confitado de forma tradiciona, es decir, sin My Cook, pero nunca lo he hecho y no me gusta dar recetas "no contrastadas"
    • Cuando el pan esté frío, procedemos a hacerle una agujerito en la base para sacar los papeles del relleno y sustituirlos por la ensalada. Para ello, haremos un corte en la parte de abajo, donde se unía la lámina de pan, lo abrimos como si fuera una puertecita y extraemos, con cuidado, los papeles.
      Yo usé una tijera de cocina, pero cada cual como mejor se apañe, que es una situación delicada.


    • Ya solo nos queda montar la ensalada en un bol a parte; no tiene ningún misterio: se lava y se pica la lechuga y el tomate y se mezclan con el pollo confitado. Con ella se rellena el pan kinder, pero justo en el momento de servir para que la ensalada no se quede lacio y el pan no se ablande. Por el mismo motivo, el aliño deberá servirse a parte.
      Rellenaremos el pan por el agujero de la base:
    • Cerramos y servimos con el agujerito hacia abajo.
    Para comer, habrá que romper la parte de arriba del pan y descubrir qué tiene nuestro kinder en el interior.


    Espero que os guste esta propuesta. He de deciros que esta entrada está programada; cuando se publique yo estaré celebrando con la familia nuestras particulares Jornadas Gastronómicas, que ya va por la séptima edición. Mi aportación para este año será, precisamente, un pan kinder, pero relleno de ensalada de gulas.
    Prometo contaros qué tal fue todo.

    Feliz fin de semana y a coger fuerzas para encarar la nueva semana.

    Por cierto, la semana que viene venimos con novedades.

    miércoles, 25 de septiembre de 2013

    Mermelada de moras silvestres

    Una de las ventajas de tener unos padres (los abuelos de los cachorritos) camperos es que de vez en cuando aparecen con una de estas maravillas, una cesta llena de moras. Porque el final del verano es la época en que estas bayas están en su esplendor.
    Como casi siempre que escribo una entrada, consultando en la red he aprendido un montón de cosas, como que hay ¡¡más de 300 especies de moras!!. Bueno, yo solo conocía un par de ellas: la del árbol de la morera  del que cogemos las hojas para alimentar en primavera a los gusanos de seda y las de las zarzas. De estas han salido las moras que he usado para hacer esta mermelada. 

    Y el mérito no es mío, es de mi papi que las recogió, que yo no me meto en un zarzal por mucho que merezca la pena -y la merece- porque la mermelada esté buenísima.



    Ingredientes:
    (no voy a indicar cantidades porque dependerá de la cantidad de moras que podáis recolectar.
    También se pueden comprar, pero suelen ser carísimas)
    • Moras
    • Azúcar (la mitad del peso de las moras)
    • 50 ml. de agua (si tenéis muy pocas moras, reducid esta cantidad a un par de cucharadas)
    • 1 manzana descorazonada, lavada y sin pelar (igual que antes, si tenéis pocas moras, podéis dejarlo en 1/2 manzana o, incluso, en 1/4)


    Preparación:
    • Lavamos bien las moras bajo un chorro de agua fría, mejor en un colador grande para que no quede agua residual. Reservamos en el colador para que terminen de escurrir.
    Mirad la diferencia entre las moras antes y después del lavado:

    Moras antes de ser lavadas, con polvillo del campo.

    Moras brillantes, después de pasar por el chorro de agua fría
    Una vez bien lavaditas las moras, tenemos varias opciones para continuar con la preparación de la mermelada. Os las cuento toditas:

    En My Cook:
    1. Ponemos en la jarra el agua y el azúcar. Seleccionamos 5 minutos, 100º, velocidad 3.
    2. Incorporamos las moras enteras y bien lavadas, así como la manzana cortada en cuartos. Programamos 30 minutos, 100º, velocidad 2, con el cestillo colocado del revés sobre la jarra para permitir que se evapore el líquido y quede así más espesa.
      La manzana también tiene esta función.
    3. Pasado el tiempo abrimos la jarra, retiramos la manzana y trituramos las moras al gusto. A mí no me gustan los tropezones, así que le di 2 o 3 golpes de turbo para que quedara muy fina. Evidentemente, las pepitas sí se notan.
    4. Repartimos en botes y dejamos enfriar. Lista para consumir.
    En panificadora:
    1. Ponemos todos los ingredientes en la panificadora y seleccionamos el programa de mermeladas.
    2. Terminado el programa, retiramos la manzana, sacamos la mermelada de la cubeta y pasamos la batidora hasta dejarla con la textura deseada.
    3. Repartimos en botes y dejamos enfriar. Lista para consumir.
    De manera tradicional:
    1. En una cazuela ancha ponemos el agua y el azúcar y llevamos a ebullición hasta conseguir un almíbar no muy espeso.
    2. Añadimos las moras. Esperamos hasta que la mezcla llegue a ebullición y luego ponemos a fuego bajo, procurando que no deje de cocer y removiendo constantemente para que no se agarre.
      Deberá cocer aproximadamente una hora, dependiendo de la cantidad de fruto que hayamos puesto. Sabremos que está lista cuando las moras se aplasten fácilmente con un tenedor.
    3. Pasamos la batidora hasta obtener la textura deseada.
    4. Repartimos en botes y dejamos enfriar. Lista para consumir.


    Observaciones:

    Y Yo no soy muy de mermeladas. Habitualmente prefiero desayunar mi tostada con un su buen aceite de oliva y, en cualquier caso, soy aburrida y abonada a la de melocotón. Pero con esta mermelada he cambiado de opinión, no sabéis lo rica que está untada en una tostada con un poco de mantequilla, así que no quiero ni imaginarme cómo sabrá un cheesecake con esta mermelada de moras por encima.


    Y Podéis envarsar la mermelada al vacío, como conserva, del estilo de las que venden. Pero yo soy un poco miedosa y el botulismo me da terror, así que he optado por no hacer conservas caseras nunca. Las cosas que se pueden congelar, se congelan y las que no, como la merme (¿alguien ha probado alguna vez a congelarla?) se consumen cuanto antes y, para evitar que se estropeen, se reparten con la familia y así lo disfrutamos todos.

    Fuente: libro de recetas My Cook

    Por cierto, ya lo dije en facebook ayer (¿qué todavía no me sigues en facebook? pues te estás perdiendo detalles, puntualizaciones sobre las recetas y otras cosas interesantes. Pincha aquí para remediarlo): no he ganado el concurso de cidacos, el premio ha sido para otro blog. Yo quedé finalista, gracias a vuestro apoyo, así que, desde aquí, reitero mi enhorabuena al ganador, mi agradecimiento a los organizadores del concurso (también por el lote de productos que han prometido enviarme) y, sobre todo, a todos los que me regalasteis vuestro voto.

    lunes, 23 de septiembre de 2013

    Tunnbröd o pan polar

    Ya tenía yo ganas de preparar un pan en sartén, es decir, un pan que, en vez de hornearse, se cuece en una sartén o plancha. Y, para eso, la propuesta de Bake the World de este mes me ha venido de perlas. Eso sí, después de aprender a pronunciarlo porque se las trae el nombre de este pan: TUNNBRÖD.
    Se trata de un pan típico de Suecia que puede hacerse en dos versiones: finito y crujiente o un poco más grureso y blandito.
    Yo me decanté por esta segunda versión para poder hacerlo en formato de sandwich después y hacer así una cena divertida para los cachorritos a quienes les encantó. A los cachorritos y al resto de la familia. A mí, por supuesto y creo que será uno de los panes que se convierta en más o menos frecuentes en casa porque recién hecho, calentito, está de muerte y se tarda bien poco en tenerlo listo en una sartén o plancha.


    Ingredientes:
    (para 8 panecillos)
    ä 300 gr. de harina de fuerza
    ä 150 gr. de harina de centeno integral
    ä 200 ml. de agua templada
    ä 1 yogur griego (la receta original pedía creme fraiche o 4 cucharadas de yogur griego; yo eché el yogur entero, que equivaldrá a 4,5 cucharadas)
    ä 1 cucharada de miel
    ä 2 cucharadas de orujo de miel
    ä 1 cucharadita de eneldo seco
    ä 1 cucharadita de sal
    ä 9 gr. de levadura fresca de panadero.

    Elaboración:
    (yo, fiel a mi panificadora, hice la parte del amasado en ella)
    • Ponemos todos los ingredientes en la panificadora, los líquidos abajo y los sólidos arriba (el yogur cuenta como ingrediente líquido) y seleccionamos el programa de amasado o amasado con levado, según gustéis.
      Dejamos amasar hasta comprobar que la masa tiene forma de bola homogénea y lisa. Si no fuera así al terminar el amasado, programamos otra vez el mismo programa. Y dejamos levar una hora aproximadamente o hasta que la masa doble su volumen. Yo estaba atareada con otras cosas y lo dejé un ratito más.
    • Volcamos la masa en una superficie ligeramente enharinada y nos aceitamos las manos. Desgasificamos y dividimos en 4 bolas más o menos del mismo tamaño.
    • Vamos cogiendo una a una y, con el rodillo enharinado para que no se pegue, estiramos hasta darle el grosor deseado y, a ser posible, forma de oblea.
      Agujereamos la masa pinchando con un tenedor, aunque tradicionalemente parece que se hace pasando otro rodillo decorado.

    (La masa que no estemos trabajando habremos de conservarla tapada con un paño de cocina para que no se reseque)

    • Calentamos una sartén o plancha y pasamos las obleas por ella, sin engrasar, 2 minutos por cada lado.
    • Reservamos sobre una rejilla hasta que se temple y consumimos.
    Está delicioso en forma de sandwich, con un poco de queso crema y salmón ahumado. El cachorrito mayor, que es un gourmet refinado, lo probó en frío porque yo los había hecho hacía unas horas y sentenció: "esto estaría mucho más bueno calentito", así que le di otro golpecito de sartén, sin que se tostara más, pero para que cogiera un poco de calor. 
    Lo dicho: delicioso, para repetir cualquier día de estos.


    Fuente: Va de pan.

    viernes, 20 de septiembre de 2013

    Coxinhas de pollo. Desafío en la cocina

    Por fin, después de todo el verano de asueto, el Desafío en la cocina regresa a nuestros blogs.
    Y lo hace de la mando de una de nuestras desafiadoras de las islas, la maestra tartera Carolina, de Tomillo, Laurel y otras cosas de comer. Por suerte para mí, este mes no tocaba dulce porque temo yo las deliciosas tartas mousse que prepara esta chica, pero no, tocaba desafío salado y tenía que ser con pollo, su ingrediente fetiche, jijiji.
    Volver a hacer un desafío  de Carol ha sido especial para mí porque con otro suyo me uní a este gran grupo en diciembre pasado. Podéis verlo aquí. Un reencuentro, boss ;)

    Así que, recibida la propuesta de hacer coxinhas, creo que la primera reacción de la mayoría del grupo fue: "y esto, ¡¡¡¡qué puñetas es!!!" San google que todo lo soluciona nos dio la pista: se trata de una masa parecida a la bechamel, pero no exactamente bechamel, con un corazón de pollo desmenuzado, rebozado y frito que parece ser que en Brasil se consumen con bastante frecuencia; por lo visto no pueden faltar en ningún cumpleaños que se precie y así mi amiga Elena que vive allí me dio la pista confirmada después por la desafiadora del mes: no son croquetas -porque no es exactamente bechamel lo que llevan- ni puré de patata relleno de carne (aunque podría ser otra idea) y tienen forma de muslo de pollo debido a su nombre ya que coxinhas significa, en portugués, muslito.


    Vamos con la receta que, si bien no es difícil, es bastante elaborada y requiere paciencia y tiempo.

    Ingredientes:
    Para la masa:
    ä 1/2 litro de caldo de pollo elaborado con:
    • 1/2 litro de agua
    • 2 filetes de pollo (o cualquier otra pieza, pero lo que yo usé fueron filetes, por eso de que siempre suele haber en el congelador)
    • 1 cebolla
    • 2 hojas de laurel
    • 1 cucharadita de sal
    ä 100 gr. de beicon
    ä 200 gr. de harina
    ä 1 cucharada de mantequilla
    Para el relleno:
    ä Los filetes de pollo que hemos usado para hacer el caldo
    ä 1 diente de ajo
    ä 1/2 puerro
    ä 1 tomate
    ä 1 lata pequeña de aceitunas sin hueso (rellenas o no, al gusto)
    ä sal
    ä aceite de oliva
    Para rebozar:
    ä huevo batido
    ä pan rallado

    Elaboración:
    Primero: el caldo.
    Hacemos el caldo poniendo todos los ingredienes en una olla y dejándolo cocer el tiempo suficiente. En mi caso, estas cosas las suelo hacer con una olla a presión. Desde que sube el pitorrito, en 15-20 minutos está listo.
    Entonces, sacamos el pollo, apartamos el resto de los ingredientes, colamos el caldo y lo reservamos a parte para que se enfríe un poco.

    Segundo: el relleno
    • Picamos muy fino el puerro y el tomate; reservamos
    • En una sartén echamos un chorrito de aceite de oliva y doramos los ajos. Retiramos y, en el mismo aceite, sofreímos el puerro y el tomate.
    • Mientras se va haciendo, desmenuzamos el pollo cocido con las manos hasta dejarlo en forma de hebras. Lo añadimos al sofrito anterior y le damos unas vueltas para que los sabores se integren. Reservamos.

    Tercero: la masa.
    Antes de seguir explicando cómo hacer la masa, tengo que deciros que con esta receta estrené la My Cook, mi nueva ayudante de cocina. Os voy a contar, también, la forma de hacerlo de la manera tradicional.
    • En la My Cook: se echa la mantequilla y se calienta 1 minuto a 80º y velocidad 5. Añadimos los taquitos de beicon 1 minuto a 80º y velocidad 5. Trituramos el beicon con un golpe de turbo.
      Colocamos la paleta mezcladora y echamos la harina: 1 minuto a 80º y velocidad 5. Añadimos todo el caldo y seleccionamos 5 minutos a 80º y velocidad 5.
    • De forma tradicional: Trituramos el beicon con el grosor deseado.
      En una cazuela de fondo ancho y grueso derretimos la mantequilla y añadimos el beicon. Cuando empiece a soltar aroma, echamos todo el caldo. Se lleva a ebullición y, cuando comience a hervir, se echa toda la harina de golpe y se remueve hasta que se deshagan los grumos y quede una pasta de la consistencia de un engrudo o una bechamel muy espesa. Pero no es bechamel porque en esta se tuesta primero la harina.
      Si es necesario, nos ayudaremos de unas varillas eléctricas.
    Dejamos reposar la masa un poquito hasta que se temple y no queme, le damos forma de bola y la dejamos reposar de nuevo, esta vez hasta que esté fría. Cuanto más fría esté, más fácil nos va a resultar después trabajarla. Podemos, incluso, dejarla en el frigorífico unas horas o de un día para otro.


    Cuarto: formando las coxinhas.

    Ahora viene la parte más complicada que es dar forma de muslito a las coxinhas para que hagan honor a su nombre. Para facilitarnos la labor es conveniente que la masa esté fría porque es más fácil de moldear.

    • Nos enharinamos las manos para que no se nos pegue, cogemos una porción de masa, como una cucharada grande y la aplanamos en una de las manos.
    • Con una cucharita, tomamos un poco del relleno, lo estiramos encima de la masa y sobre ella colocamos una aceituna. Hemos de procurar que el relleno quede centrado y deje a la vista una parte suficiente de masa como para cerrar la coxhinha y darle luego la forma deseada.
    • Cuando, más o menos, la "cosa" tenga forma de muslito (confesión: algunas me salieron y otras tenían forma más de... pirámide sin pico), las pasamos por huevo batido y pan rallado. Volvemos a reservar unas horas en el frigorífico para que se endurezcan y no se nos deshagan luego al freírlas.
      Tenemos que repetir esa operación hasta que se nos termine la masa.
    Quinto: el paso final.

    Ya solo nos queda freír las coxinhas en abundante aceite bien caliente.
    Yo he las he hecho de dos maneras diferentes: en el horno y fritas. Quería hacerlas en el horno por eso de evitar tanto frito, pero he de reconocer que están mucho más ricas fritas, la masa queda más blandita, más jugosa. En el horno se secan más.

    Dos requisitos más de este primer desafío del nuevo curso:

    • Foto del corte


    • Una salsita. Es típico acompañar las coxinhas de salsa picante, pero el picante en casa no gusta, así que yo hice salsa de yogur, bien sencilla.
      Necesitaremos:
      ä 1 yogur griego, si es posible.
      ä 2 cucharadas de mayonesa
      ä 1 cucharadita de hierbabuena picadita
      ä 1 cucharada de zumo de limón
      Mezclamos todo bien con una chucharita y listo para servir.



    Observaciones:


    Y Cuidadito al freír u hornear las coxinhas que, como veis en las fotos, se abren con facilidad. No estropea el sabor, pero sí la apariencia :(



    Y Igual que las croquetas, las coxinhas aguantan perfectamente la congelación. Se quedan en el congelador esperando que las necesitemos.
    Una precaución en este caso: sacadlas un rato antes para que se descongelen al menos en parte, antes de freírlas u hornearlas porque al ser tan gordas, es fácil que se quemen por fuera y continúen congeladas por dentro.

    Hasta aquí el desafío del mes de septiembre. Pinchad aquí para ver las coxinhas que han hecho el resto de mis compañeras y nosotros nos vemos con otro el 20 de octubre, de la mano de Mabel, de A nadie le amarga un dulce.

    ¡Ah! Que no se me olvide: esta entrada sirve, además, para presentar en sociedad el nuevo logo de Cocinando para mis cachorritos que me ha regalado Vanesa de Il prezzemolo tritato. No hay palabras para agradecérselo: Vane, sabes que estoy loca con él, ¿verdad? Mil gracias, amor, ¡¡¡¡¡mira qué bonito queda en las fotos!!!!

    jueves, 12 de septiembre de 2013

    Calabacines rellenos del mar

    - Hoy toca verdurita, que es muy sana, tiene muchas vitaminas y mucha fibra. 
    - ¡Yo quería macarrones!
    Esta sería la respuesta habitual en casi cualquier niño, pero mis cachorritos son un poco peculiares culinariamente hablando y si la verdura en cuestión son calabacines rellenos, contestarán ¡¡¡qué bien!!!
    Por eso en casa hacemos calabacines rellenos cada dos semanas, aproximadamente, porque es la única manera de que se coman esta verdura tan sana, llena de fibra, vitaminas (C, B y A) y minerales (sodio, yodo, calcio y magnesio).

    Normalmente los relleno de carne (pincha aquí para ver la receta de calabacines rellenos de carne), pero por variar, esta vez hice estos calabacines "rellenos de mar"



    Ingredientes:
    (para 6 personas; nosotros somos 4, pero preparo alguno de más para que sobre y tener apañada una cena para los cachorritos 2 o 3 días después porque se conservan muy bien en el frigorífico)
    ä 3 calabacines grandes
    ä 1 paquete de gulas congeladas o frescas
    ä 1 paquete de carne de cangrejo (surimi)
    ä 200 gr. de gambas peladas
    ä 2 latas pequeñas de bonito o atún en aceite (opcional)
    ä aceite de oliva
    ä 2 dientes de ajo
    ä Queso rallado para gratinar (opcional)
    Para la bechamel
    ä 40 gr. de mantequilla
    ä 40 gr. de harina
    ä 1/2 litro de leche
    ä 1/2 cucharadita de sal
    ä una pizca de nuez moscada (opcional)

    Elaboración:
    • Partimos los palitos de cangrejo en trozos pequeños y reservamos.
    • Pelamos los calabacines (se pueden dejar con piel, pero a los cachorritos no les gusta nada de nada), los abrimos a la mitad longitudinalmente y los vaciamos con la ayuda de un cuchillo bien afilado. Ponemos la carcasa vacía del calabacín en una bandeja de horno, las salamos ligeramente y trituramos la pulpa. Reservamos.
    • Ponemos a calentar en una sartén amplia un chorro de aceite de oliva y los ajos partidos en mitades o triturados, según nuestro gusto. Cuando esté caliente, y el ajo empiece a dorarse, echamos las gambas y las gulas y salteamos. Mejor que no queden muy hechas porque luego habrá que meterlo al horno y se nos pueden quedar excesivamente secas.
      Añadimos la pulpa del calabacín triturada y una cucharadita de sal. Removemos a fuego medio durante 3 o 4 minutos. 
      Si hemos optado por usar también bonito, añadimos ahora el contenido de las latas, previamente escurrido y desmenuzado. Damos unas vueltas y apagamos el fuego. Reservamos tapado.
    • En una sartén pequeña salteamos también los trocitos de surimi. Se puede hacer junto con la mezcla anterior, pero yo prefiero hacerlo por separado para que el surimi no se reblandezca.
    • Rellenamos los calabacines con la mezcla anterior y ponemos por encima un poquito de surimi. Reservamos.
    • Preparamos la bechamel. Aquí tengo que deciros que ahora tengo una nueva ayudante de cocina y se llama "My cook". No es que haya hecho aún demasiadas cosas con ella, todavía estoy en fase de rodaje y pruebas pero estoy encantada. En concreto la bechamel es una de las cosas que me ha dejado ojiplática, anonadada y gratamente sorprendida del espectacular resultado en poco tiempo.
      Se hace así:
      ä Colocamos la paleta mezcladora en las cuchillas, echamos la mantequilla y programamos 1 minuto, 80º, velocidad 5.
      ä añadimos la harina y de nuevo 1 minuto, 80º, velocidad 5.
      ä echamos la leche, la sal y la nuez moscada y programamos 5 minutos, 100º, velocidad 5.
      Bechamel lista en 7 minutos, con una textura perfecta, sin un grumo y sin dejarte los brazos dando vueltas en la sartén. Alucinada estoy. 
    • Echamos la bechamel por encima de los calabacines, espolvoreamos con queso rallado y metemos al horno (si tiene grill, con el grill encendido) a temperatura baja durante 20-30 minutos. Podemos dejarlo algo más de tiempo, dependiendo de si queremos que el calabacín se quede más blando o más al dente. A nosotros nos gustan, siempre, las verduras tirando a enteritas, al dente, como la pasta y el arroz, pero esto va en gustos.
    Sugerencias:

    Y Al cachorrito mayor y al papá de las criaturas no les gusta nada la bechamel, así que yo hago la mitad con esta salsa y la otra mitad de los calabacines con tomate frito por encima. Nada que ver, a mi gusto, mucho más ricos con bechamel, pero es una alternativa.
    Por eso, además, las cantidades que os he indicado de bechamel, son para la mitad de los calabacines. Si queréis cubrirlos todos, tendréis que doblar las cantidades.

    Y Para saber cómo hacer bechamel de forma tradicional, pincha aquí.

    Con esta receta, me despido hasta la semana que viene, pero quiero recordaros un par de cosas: en primer lugar, que este fin de semana terminan las votaciones del concurso de Cidacos "mejor blog de comida sana". Todavía estás a tiempo de regalarme tu voto, ¡por fa!
    Y, en segundo, que podéis seguirme en la página de facebook, para no perderte nada de nada. Comentarios respondiendo a preguntas que recibo sobre mis recetas, novedades y otras cositas. Pincha aquí y dale a me gusta.

    Feliz jueves.

    jueves, 5 de septiembre de 2013

    Bizcocho de leche condensada en panificadora

    Septiembre es el mes de la vuelta al cole y a las rutinas.
    Si os soy sincera, no tenía ninguna gana de reincorporarme a la vida "normal", con lo a gustito que estaba yo disfrutando de los cachorritos. Sí tenía ganas de retomar el blog, pero me ha costado encontrar un hueco.
    Aquí estoy, después de un mes, con una receta sencillita para comenzar.

    Hice este bizcocho a petición de la cachorrita pequeña que quería para desayunar, como suele pasar, justo lo que no había en casa recién aterrizados de las vacaciones: un trocito de bizcocho. 
    Como tampoco tenía yogures para hacer el tradicional bizcocho de yogur ni tiempo para ponerme a mezclar ingredientes, entre la vorágine de deshacer maletas, poner lavadoras y seguir jugando al uno, encontré un huequito para echar los ingredientes a la panificadora para tenerlo listo para el siguiente desayuno.

    He de decir que desde este momento se ha convertido en uno de mis bizcochos favoritos, junto con el de las carmelitas descalzas, pero con un proceso de elaboración mucho más rápido ;)



    Ingredientes:

    • 400 gr. de leche condensada
    • 4 huevos medianos
    • 120 gr. de harina de repostería
    • 1 cucharadita de levadura tipo royal
    • 50 gr. de mantequilla ablandada

    Elaboración:
    Facilito facilito para que no os asustéis y tengáis ánimo de elaborarlo en este mes de grandes propósitos y cuesta arriba casi peor que la de enero.
    1. Encendemos la panificadora y seleccionamos el programa de dulces. Cada una será diferente, en la mía es el 11, que dura una hora y media.
    2. Cuando esté la panificadora en marcha, echamos la leche condensada y los huevos uno a uno, para permitir que se disuelvan bien.
    3. Añadimos la mantequilla ablandada (no líquida)
      Si, como me ocurre a mí muchas veces, no os habéis acordado de sacarla con antelación del frigorífico, podéis meter la mitad en el microondas, con cuidado de que no se caliente, solo que esté derretida; después incorporáis la otra mitad y mezcláis bien con un tenedor hasta conseguir que esté toda blandita. Añadimos a la panificadora que deberá estar aún en fase de amasado.
    4. Echamos la harina y la cucharadita de levadura. Si podéis, a cucharadas, para facilitar un mezclado homogéneo.
      Si no, se echa todo de golpe y con una espátula de silicona vamos llevando al centro la harina que pueda quedarse más cerca de las pareces, para que se mezcle todo bien.
    5. Y dejamos que la panificadora trabaje hasta que nos avise de que nuestro bizcocho está listo.
    Observaciones:
    (algunos trucos para que el bizcocho en la panificadora salga mejor)

    Y Casi todas las panificadoras tienen un botón para seleccionar el grado de tueste de la corteza. Pues bien, para los bizcochos yo os recomiendo que selecciones la opción de menos tueste que os ofrezca vuestra máquina. De lo contrario, los bordes, la parte que está en contacto con la cubeta, quedará demasiado quemado.
    Y Una pega de la pani para los bizcochos es que no dora por arriba, así que se quedan muy blanquitos. Para evitar esto podéis hacer lo siguiente: cuando queden una media hora de horneado, espolvoreáis la superficie con un poco de azúcar (azúcar blanquilla, normal) y más tarde, cuando solo queden 10 minutos, tapáis la rejilla de la panificadora, la tapa, con un paño de cocina. 
    Probad y me contáis: de esta manera queda doradito por arriba y el azúcar se queda ligeramente fundido, ¡delicioso!

    Fuente: Food and cook. Gracias a mi amiga Amalia, de cuadernos de cocina, que me dio la clave cuando pedí consejo a ese maravilloso grupo de locas "guasaperas"

    ¡Buen fin de semana!
    (espero poder traeros una receta nueva el lunes o el martes)