jueves, 30 de enero de 2014

Pan naan

Este mes viajamos a la India de la mano de Bake the world, con un maravilloso pan naan que en casa nos ha encantado.

He de confesar que nunca he estado en la India y ni siquiera he comido en un restaurante hindú, así que no tengo con qué comparar este pan, pero sí sé que estaba riquísimo, muy jugoso y esponjoso.
Se trata de un pan plano, cocinado en sartén, aunque originariamente se cuece en horno tandori y se pueden hacer en casa en la base del horno y que se sirve como acompañamiento a platos de curry y otros platos especiados de origen hindú.

Yo he hecho la versión básica, pero existe también el llamado cheese naan que tiene que estar de muerte, también, para comer así y que tengo ya en mi libreta de pendientes. Incluso otra versión aromatizada con alguna de las especias tan típicas de la gastronomía hindú.

Pero en esta ocasión, me decanté por la versión sencilla y, para aprovechar que tenía que prepararlo, hicimos en casa un sábado temático: lo servimos para acompañar a un pollo tikka masala versionado un poco a nuestra manera con la esperanza de que los cachorritos lo comieran.

El pan trinufó, el pollo no tanto pero a los papás de los cachorritos sí que nos gustó, así que en unos días publicaré la receta también.


Ingredientes:
  • 1 yogurt natural
  • 75 ml. de agua
  • una cucharadita de sal
  • 6 gr. de levadura fresca
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
    En su versión original se hacen con ghee, una especie de mantequilla clarificada con la que yo no me quise complicar.
  • 300 gr. de harina de fuerza.

Elaboración:

  1. Disponemos todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora y amasamos hasta obtener una bola lisa y brillante.
    Sin panificadora ni otra amasadora, se amasa a mano; costará algo más, pero se trata de una masa de fácil manejo, aunque algo pegajosa.
  2. Dejamos reposar hasta que la masa doble su volumen y, entononces, volcamos sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada.
  3. Desgasificamos, amasando ligeramente, y dividimos la masa en 6 u 8 porciones a las que daremos forma oval ayudándonos de un rodillo.
  4. Pasamos cada una de estas porciones por una sartén bien caliente (sin aceitar), un minuto o minuto y medio por cada lado, cuidando de que no se quemen.
    Según vayamos sacándolos de la sartén, los vamos apilando para que se conserven calentitos porque así están exquisitos.


Como veréis, el resultado es un pan muy suave, con poca miga pero muy jugosa. Como está delicioso y no es de difícil elaboración, además de necesitar un solo levado, me parece un pan ideal para iniciarse en este mundillo porque el resultado gustará, sin duda.
A mí me costó parar de comerlo y no os cuento a los cachorritos y al papá.

Espero que os haya gustado, pero si os habéis quedado con ganas de más, pasaos por la página de Bake the world porque hay magníficos panaderos y seguro que absolutas delicias indias este mes.


Nos vemos en unos días con más comida hindú, aunque ningún purista se espere el plato original porque este sí será un "my way" totalmente.

Feliz jueves,

miércoles, 29 de enero de 2014

Boletín de inspiración gastronómica nº 6: cocinar con sobras

Esta vez podéis leerlo directamente en la página de facilísimo, pinchando aquí. Espero que os guste y os resulte útil.


sábado, 25 de enero de 2014

Pan básico (pan blanco en panificadora)

Hace un par de semanas publiqué una entrada con unas nociones básicas para comenzar a usar la panificadora y me propuse traeros algunos de los panes que salían de mi pani habitualmente. Tengo algún otro en la tarjeta de la cámara de fotos, pero me parecía justo comenzar con el básico: un pan de harina blanca de trigo sin más.
Sencillito, versátil y riquísimo, aunque yo prefiero las harinas integrales. Pero de vez en cuando preparo uno de estos porque la vuelta a lo básico y a lo sencillo nos hace apreciar también los matices que de otra manera pasamos por alto.
Y porque, para qué negarlo, de vez en cuando la cachorrita pequeña quiere merendar pan con nocilla y este es el que mejor le va (aunque en más de una ocasión se lo lleva con pan integral sin una chispa de queja).


Ingredientes:
(para un pan mediano, ideal para cubetas "cuadadas",
pero no apto para panificadoras con cubeta alargada como la del Lidl)
  • 170 ml. de agua 
  • 1 chorro de aceite de oliva
  • 1 cucharadita pequeña de sal
  • 330 gramos de harina blanca de trigo
  • 7-8 gr. de levadura fresca de panadero
Elaboración:
Colocamos todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora en el orden indicado y seleccionamos el programa de pan básico. Suele ser el número 1.

No hay mucho más que hacer, observar la máquina y sacar el pan cuando nos indique que ha terminado el horneado. Estará así, más o menos:


Podemos sacar la pala amasadora justo antes de que comience el último levado, pero para saber el momento justo (que dependerá de cada panificadora) recomiendo no hacerlo en los primeros panes, observar y anotar en qué momento debemos hacerlo. Yo no suelo sacarlas porque mis panes se hacen por la noche, mientras dormimos, para recibirnos por la mañana con la casa oliendo a pan recién hecho. Una delicia.

Observaciones:


Y Las primeras veces que hagas pan o cuando cambies de harina, procura observar el amasado. Si ves que la harina "pide" más agua (sí, sí, esto es como el conducir, cuando mi padre me decía "la marcha hay que meterla cuando lo pida el coche" y no llegas a entenderlo hasta que te pones al volante; pues igual, lo comprenderás cuando te arremangues y te pongas a hacer panes si tras unos minutos de amasado ves que queda parte de harina sin humedecer o pequeñas porciones de masa pegadas a la cubeta, pero separadas del resto) añade algo más, pero a cucharaditas, para que sean cantidades pequeñas, que el exceso de líquido puede hacer que el pan se nos hunda durante el horneado.
Pero antes de añadir esa pequeña cantidad de agua, prueba a tratar de incorporar esa harina al resto de la masa con la ayuda de una espátula de silicona.


Y Si te apetece un pan con la miga un poco más prieta, más compacto, prueba a usar el programa rápido. Yo lo hago cuando tengo previsto usarlo para bocadillos.


Y Si tu panificadora tiene la cubeta alargada (con dos palas amasadoras) o si quieres hacer un pan más grande, prueba a usar estas cantidades (el resto de las consideraciones son válidas también en este caso):
  • 270 ml. de agua 
  • 1 chorro de aceite de oliva
  • 1 cucharadita pequeña de sal
  • 500 gramos de harina blanca de trigo
  • 10 gr. de levadura fresca de panadero
 Un pan recién hecho, con un chorrito de buen aceite de oliva es un manjar. Disfrutadlo en el desayuno del fin de semana y ¡feliz sábado!



miércoles, 22 de enero de 2014

Croquetas de salmón

Podría decir que hice estas croquetas para aprovechar el salmón ahumado que sobró de las fiestas navideñas pero no sería cierto porque en mi casa nunca sobra salmón, nos lo comemos aunque sea solo. Tanto a los mayores como a los cachorritos nos gusta de cualquier forma y como es un pescado graso pero con grasas de las buenas, lo consumimos con relativa frecuencia (la que nos permite su precio).
Así que para hacer estas croquetillas compré salmón ahumado exprofeso. Pero podéis aprovechar si aún os queda un resto o, incluso, hacerlo con salmón fresco si lo cocináis en alguna ocasión -por ejemplo, al horno-y os sobra algo.


Ingredientes:

  • 300 gr. de salmón ahumado
  • 200 gr. de harina
  • 1 litro de leche
  • 1 cucharadita pequeña de sal
  • 50 gr. de aceite de oliva
  • Huevo batido y pan rallado para rebozar
Elaboración:
En My Cook:
  1. Calentamos el aceite 1 minuto a 120º velocidad 1
  2. Añadimos el salmón y programamos 1 minuto, 100º, velocidad 4 para triturarlo.
  3. Bajamos el alimento de las paredes de la jarra e incorporamos la harina. La tostamos un poco para quitarle el sabor a crudo: 1 minuto, 80º, velocidad 5.
  4. Añadimos la leche y la sal y programamos 5 minutos, 100º, velocidad 4.
  5. Cuando termine, volcamos la masa en un bol grande, cubrimos con papel film para que no haga costra y la dejamos reposar para que se enfríe y que no nos quememos al hacer las croquetas (y porque al enfríar coge un poco más de consistencia y no queda tan blanda).
  6. Una vez fría o templada, damos forma a las croquetas. Hay quien se apaña metiendo la masa en una manga pastelera con una boquilla ancha, haciendo tiras largas y luego cortándolas
    Desde luego el método promete por lo que debe de facilitar la labor, pero a mí no me dio resultado porque se me rompió la manga en el intento.
    Yo lo hago a la forma tradicional: moldeándolas con dos cucharas o manchándome las manos.
  7. Pasamos las croquetas por pan rallado, huevo batido y de nuevo pan rallado.
  8. Freímos en abundante aceite caliente y servimos.
Tradicional:
Hacer croquetas de la forma tradicional es un poco más pesado que con una de estas maquinitas que tanto nos ayudan en la cocina, pero no es difícil.
Lo realmente aburrido de las croquetas es darles forma y eso hay que hacerlo de todas todas, así que...
  1. Calentamos el aceite en una sartén o cazuela de fondo grueso.
  2. Picamos el salmón en la picadora o con una tijera y lo añadimos a la sartén.
  3. Cuando empiece a cocinarse, añadimos la harina y tostamos para que no quede sabor a crudo.
  4. Vamos incorporando la leche poco a poco, en chorros pequeños para que no forme grumos y sin dejar de remover. Salamos al gusto.
  5. Dejamos enfríar la masa para no quemarnos (y porque al enfríar coge un poco más de consistencia y no queda tan blanda).
  6. Continuamos los pasos 6 a 8 de la explicación anterior.

Observaciones:
Las croquetas caseras, sean de lo que sean, son una buena opción para esos día en los que te has olvidado de sacar algo del congelador para la cena de los cachorritos. Con cualquier verdurita que tengas, les preparas así una cena de lo más rica y saludable.
Por eso a mí me gusta tenerlas siempre en el congelador. Para ello, después de rebozarlas, las guardo en bolsas y las congelo. Así, cuando tengo que usarlas, van directamente del congelador a la freídora.
Riquísimas y muy apañadas.

Boletín de inspiración gastronómica nº 5: panes para acompañar y comer solos

Que me gusta hacer pan no es ningún secreto para quien me conoce un poco y para quien me sigue en el blog. Disfruto haciéndolo, disfruto comiéndolo y disfruto con la ayuda que me brindan mis cachorritos en la cocina sobre todo a la hora de manipular la masa y dar forma a los panes. Panes y masas panaderas ocupan un lugar bastante importante en este blog y por eso mi quinto post colaborativo para la red facilísimo he querido dedicarlo al PAN.

Y no solo porque a mí me guste el pan, sino porque forma parte esencial de nuestra cultura gastronómica y nos aporta una parte esencial de los nutrientes que nuestro organismo necesita para mantener la actividad diaria: los cereales.
Durante unos años, el consumo de pan descendió considerablemente debido a la mala calidad de los panes comerciales entre otros factores. Por fortuna, esta mala racha se ha ido remontando y en algunos sitios ya se venden panes bastante buenos aunque no os lo digo de primera mano porque yo llevo casi 3 años sin comprar nada de pan: todo lo que consumimos en casa lo hacemos también nosotros, a mano o en la panificadora, en función del tiempo del que dispongamos.
Esta corriente, la de hacer pan casero, también ha contribuido al repunte del consumo de pan.

Hoy quiero hacer una pequeña visita por los blogs que componen la red facilísimo y recopilar algunos panes que me han llamado la atención.

Este pan en cocotte de Pilar, de Per sucar hi-pa, excelente cocinera y panadera abre mi lista de favoritos. No hay más que ver su color, la greña y seguro que tiene una miga de esas de mojar en cualquier salsita o en un buen aceite de oliva, para dejarte sin respiración.



Del blog Punto de nieve, me traigo esta Broa de milho, un pan típico de algunas zonas de Galicia y de Portugal cuya principal característica es que está elaborado con harina de maíz, por lo que es apto para celiacos. Excelente.


Mi querida Romi, de Lemon and Tangerine hizo estos panes de hamburguesa tan jugosos, tan ricos y tan versátiles que puedes rellenar como quieras. En versión hamburguesa tremenda como hizo ella o con cualquier otra cosa. El complemento ideal para una hamburguesa casera.


Este pan de zanahoria y curry que preparó Marta de Sopla que te quemas parece casi un bollito. Y al llevar zanahoria, reduce su aporte calórico y la miga es mucho más esponjosa; lo dicho, casi un bizcocho.


¿Qué no tienes tiempo de meterte en harina? Pues Patricia, desde Las cosas de mi cocina, sugieres estos panecillos exprés, perfectos para el loco mundo en el que vivimos:


Yo, por mi parte, os sugiero que hagáis estos tunnbröd, un pan típico de Suecia que está especialmente rico recién hecho y que espero probar pronto in situ.
Se hacen también relativamente rápido y sirven como cena rápida, sana y diferente. Aunque confieso que me ha sido difícil seleccionar un solo pan de entre todos los que he preparado. Si queréis ver alguno más, podéis pinchar aquí.


Con todas estas sugerencias de panes y panecillos, me despido por hoy deseandoos un feliz miércoles (ya en el ecuador de la semana laboral) y recordandoos la importancia del pan en nuestra dieta. Como todo con moderación.








martes, 21 de enero de 2014

Concurso solidario y comida sana TS #cocinasanaTS

Hoy no os traigo receta. Hoy vengo a hablaros de la última iniciativa de La Cocina Typical Spanish, el proyecto que iniciamos hace unos meses 11 blogueras cocineras. Comenzó casi como un juego y pensando que sería algo puntual y poco a poco, entre todos, también con vuestra ayuda, lo estamos haciendo grande.

Este mes, la propuesta es un poco diferente a lo que veníamos haciendo los meses anterires. En esta ocasión, celebramos el día de la cocina sana typical spanish (#cocinasanaTS) y lo hacemos en colaboración con Central Lechera Asturiana.

Además de tratar de fomentar la cocina sana como base de una alimentación saludable, esta vez queremos solidarizarnos con los que peor lo están pasando en estos momentos duros. Por eso, Central Lechera Asturiana donará 3 litros de leche por cada "me gusta" que la receta ganadora del concurso y la segunda acumulen en la página de facebook de La cocina typical spanish.

Podéis leer las bases del concurso aquí, de forma detallada, pero a modo de resumen os diré que:
  • Hay que cocinar una receta sana y que sea typical spanish
  • Habrá que utilizar, al menos, un producto de la marca Central Lechera Asturiana.
  • Publica la receta en tu blog con una fotografía del plato terminado en la que se vea el envase de Central Lechera Asturiana que has utilizado. Este detalle es importantísimo. No se podrán aceptar recetas sin este requisito.
    Publicala antes del 3 de febrero y envía un correo a lacocinatypicalspanish@gmail.com con la foto y la url de la entrada.
    Si no tienes blog, envia a este mismo correo la foto (con las mismas condiciones: ha de verse el envase) y la receta detallada.
  • El 3 de febrero se publicará en el blog de la cocina typical spanish un recopilatorio con todas las recetas recibidas que cumplan los requisitos y se subirán las fotos a facebook. Comenzará el concurso. Ganará la foto que más "me gusta" obtenga.
  • Premios:
    * el ganador se llevará un lote de productos Central Lechera Asturiana.
    ** Se sumarán los "me gusta" del ganador y del finalista y se multiplicarán x3. El resultado será la cantidad de litros de leche que Central Lechera Asturiana donará al banco de alimentos de Asturias.
No me digáis que no está genial: comida sana, alimentación equilibrada, premio y ayuda a los demás. Todo en uno.
Así que, venga, id pensando la receta y manos a la obra, que es por una (o dos, o tres) buena causa.


Y podéis llevaros el logo también para promocionarlo, así llegaremos a más gente.

¡¡Animaos!!


lunes, 20 de enero de 2014

Pastel de verduras. Desafío en la cocina

Hoy es día 20 y como cada mes, estamos aquí con un nuevo "desafío en la cocina". Esta vez tocaba receta salada así las hermanas de La cocina de Camilni nos propusieron hacer un pastel salado.

Yo barajé varias opciones, pero me decanté por uno de verduras porque me pareció muy atractivo cuando lo vi en el blog de Carlos, "Vegetal y tal".
Como uno de los requisitos del desafío era presentar el pastel desmoldado, podéis ver en las fotos que está empezando a abrirse un poco porque es de textura más bien blandita. Pero con un molde mono, podéis presentarlo en la mesa directamente en el molde, cortar en él las porciones y de ahí a los platos. Eso sí, aseguraos de no rallar el molde al cortar.


Ingredientes:
  • 200 gr. de coliflor
  • 200 gr. de broccoli
  • 200 gr. de zanahoria
  • 2 o 3 rebanadas de pan (yo usé pan casero de avena, pero puede ser pan de molde o cualquier otro pan de rebanadas grandes, no de barra)
  • 6 claras de huevo (podéis sustituirlas por 3 huevos enteros)
  • 300 ml. de leche evaporada
  • sal
  • nuez moscada
  • pimienta molida
** Necesitarás también un molde de plum cake y un poco de mantequilla para engrasarlo.
*** La receta original propone solamente 100 gr. de cada verdura. A mí se me hicieron pocos para mi molde. Os recomiendo que utilicéis 200 gr. o algo más.

Elaboración:



  1. Limpiamos bien las verduras y las ponemos las cocemos al vapor. Yo lo hago en la olla exprés, con un par de dedos de agua y las verduras sobre una rejilla.
  2. Cuando estén cocidas, trituramos cada verdura por separado con 2 claras de huevo (o un huevo entero) y 100 ml. de leche evaporada. Salamos y condimentamos al gusto con la pimienta y la nuez moscada.
  3. Tostamos las rebanadas de pan y engrasamos el molde de plum cake con mantequilla.
  4. Precalentamos el horno a 180ºC.
  5. Vertemos la crema de coliflor, sobre ella colocamos rebanadas de pan hasta cubrirla.
  6. Vertemos la crema de broccoli, sobre ella colocamos rebanadas de pan hasta cubrirla y terminamos con la crema de zanahoria.
  7. Horneamos a 180ºC durante 30 minutos o hasta que al pinchar con un palito salga limpio.


El resultado es un pastel muy suave que se puede tomar como primer plato, como plato principal o como acompañamiento de un plato de carne o pescado. Muy versátil como véis y que se puede dejar preparado con antelación porque aguanta prefectamente el recalentado en el microondas (no sufre nada). Incluso se puede servir templado, sacándolo con suficiente antelación del frigorífico, acompañado de cualquier salsa o, incluso, solo.

Lo cierto es que el pastel estaba rico, pero no se parece mucho a la versión que hizo Carlos: las cantidades que él daba no se ajustaban al tamaño de mi molde y, a pesar de poner las rebanadas de pan como separación, podéis apreciar en la foto del corte que las distintas cremas de verdura quedaron entremezcladas. No afecta al sabor e incluso me parece que queda bonito, pero no tan perfecto como hubiera esperado. Pero está rico, eso sí ;)

Para ver las aportaciones de mis compañeros pincha aquí o en la imagen:
Hasta aquí el desafío del mes de enero. Volvemos en febrero con algo de intriga porque no nos han desvelado aún cual será el blog que nos propondrá el nuevo desafío.

Fuente: Vegetal y tal

martes, 14 de enero de 2014

Postre de mandarinas

Estamos en plena temporada de mandarinas. Es una de mis frutas preferidas y sin duda la que más me gusta en invierno; son un vicio, como estén ricas, puedes comerte varias del tirón sin enterarte, como las pipas pero en mejor porque, encima, están llenitas de vitamina C, de fibra y de zumo que te quita la sed.

Aprovechando que había comprado una caja enorme en Naranjas del Sol a un precio buenísimo y que tenía que preparar el postre para la cena de nochevieja, le tomé prestada a mi amiga Isa, de Las delicias de Isabel, su receta de cheese cake de limón y lo adapté a mis deliciosas mandarinas.

Este fue el resultado, un postre ligero (a pesar de lo que pueda parecer) que no llena nada, refresca y sigue apeteciendo después de una comida.




Ingredientes:

  • 2 tarrinas de queso mascarpone
  • 1 bote pequeño de leche condensada
  • 8 mandarinas
  • galletas tipo oreo
  • 1 cucharada de mantequilla sin sal
Elaboración:
  1. Trituramos las galletas en la picadora. Cuando estén trituradas, echamos la cucharada de mantequilla y volvemos a triturar para que se mezcle bien. El resultado es una pasta ligeramente arenosa con la que forraremos el fondo de los vasitos donde lo vayamos a servir, presionando ligeramente con los dedos para compactarla.
    Reservamos en el frigorífico mientras preparamos la crema de mandarina.

  2. Lavamos bien las mandarinas y rallamos la piel. Reservamos.
  3. Pelamos las mandarinas y les quitamos las fibras más gordas y las pepitas, si hubiera alguna.
  4. Echamos los gajos enteros en un bol junto la la leche condensada y la ralladura de mandarina. Batimos bien hasta obtener una crema homogénea y muy fina.
    Yo lo hice con la My Cook, programando 3 minutos velocidad 8 sin temperatura, pero no es imprescindible, con una batidora normal será suficiente, aunque nos llevará algo más de tiempo.

  5. Mezclamos después con el queso mascarpone, con unas varillas o de nuevo en la batidora.
  6. Sacamos las copas del frigorífico, rellenamos con esta crema y dejamos enfríar de nuevo.
  7. Se sirve recién sacado del frigorífico. Muy frío está mucho más rico.
 
 Observaciones:

Y Como ya os he dicho antes, este postre a pesar de llevar leche condensada, es bastante ligero (no en el sentido de light para no engordar, sino de ser algo resfrescante que apetece después de comer), pero puede constituir una merienda perfecta para los cachorritos, aunque he de confesar que los míos no se dignaron ni a probarlo; prefirieron irse a jugar con los primos.

Y Con las cantidades que os he indicado me salieron unas 10 copitas pequeñas, pero sin problemas se pueden rellenar algo más y conseguir alguna menos porque ya os digo que entra bastante bien.

Aprovechad que estamos en temporada de mandarinas y preparad cositas ricas con esta deliciosa fruta que en breve se nos termina.

Quiero recordaros que hoy día 15 se publica el reto Cocinamos con Reina. Este mes Isa ha sido indulgente y no nos ha mandado cocinar, nos pidió una receta que ya tuviéramos publicada en nuestro blog porque volver al día a día después de las navidades es más duro de lo que nos creemos. Podéis pinchar aquí para ver todas las sugerencias.

lunes, 13 de enero de 2014

Boletín de inspiración gastronómica nº 4: Hoy cenamos pescado

Me gusta cenar pescado. Es ligero, se digiere bien y generalmente se tarda poco en cocinar. Pero hacerlo siempre frito o a la plancha es aburrido, así que en mi cuarto post colaborativo para la red facilísimo, os propongo varias recetas de pescado para que podáis hacer unas cenas sanas y, además, deliciosas. No os olvidéis de que podéis encontrar muchas más sugerencias en la web de facilísimo.

Amalia, de Cuadernos de cocina, tiene varios platos de pescado riquísimos. Me quedó con estos rollitos de lenguado porque van rellenos de espinacas; de esta manera tenemos una cena ligera y muy completa: pescado y verduritas todo en uno:


El papillote es una forma sanísima de cocinar el pescado porque no necesita nada de grasa y queda bien jugostio. Ved, si no, esta merluza en papillote de ¡qué rico!


Yo no soy muy de pescados crudos, pero mirad qué pinta tiene este Tataki de atún con semillas de sésamo de Myriam. Me ha encantado. Eso sí, tened la precaución de congelar el pescado durante unos días antes para evitar el anisakis:


El emperador (o pez espada) es uno de los pescados que mejor se comen mis cachorritos, tal vez porque no parece pescado. Romina, de Lemon and tangerine, nos prepara un delicioso pez espada a la plancha con salsa de ajo que tendremos listo en un minuto:


Yo, por mi parte, os propongo este pastel de pescado con el que podréis aprovechar los restos de los manjares anteriores y, además, permite ser preparado con antelación, opción siempre muy apañada cuando trabajas fuera y necesitas llevarte el taper o llegas a casa y tienes que comer a toda prisa antes de ir a recogera a los cachorritos al cole:


Espero que os haya gustado y que paséis un feliz martes.


domingo, 12 de enero de 2014

Quiche de verduritas y beicon

Hoy os traigo un plato que en casa gusta mucho. A mi me parece muy completo porque lleva verduras, huevos y carne. Te apaña muy bien una comida y además es fácil de comerlo fuera de casa (para todas esas personas que tienen que llevarse tupper a la oficina).


Ingredientes

  •  1 lámina de masa para quiché (masa quebrada)
  • 1 calabacín 
  • 1/2 cebolla grande o una pequeña (si nos gusta poco el sabor de la cebolla se puede sustituir por puerro que es más suave)
  • 250 g de champiñones previamente lavados y cortados en láminas 
  • 100 mg de beicon en dados 
  • 3 huevos 
  • 200 ml de nata para cocinar
  • Queso para gratinar
 Elaboración


Para el relleno: 
  1. Picamos en la picadora la cebolla y el calabacín y sofreimos en una sartén a fuego medio. 
  2. Cuando estén tiernos, unos 5 minutos, incorporamos a esta mezcla los champiñones y dejamos que se hagan bien (15 minutos en la sartén aproximadamente). 
  3. Añadimos el beicon, lo dejamos 5 minutos más a fuego medio y reservamos. 
  4. Batimos los huevos junto con la nata (este paso lo podemos hacer a mano o con batidora, yo uso batidora porque me parece más cómodo y rápido). 
  5. Mezclamos los huevos y la nata con el resto de ingredientes y removemos con una cuchara de madera hasta que esté todo bien integrado. 
Para la masa:
En este caso usé masa para quiche de la que venden en cualquier supermercado (en los productos refrigerados, no congelados). De momento no me he atrevido nunca a hacer yo la masa pero todo se andará.
  1. Precalentamos el horno a 180ºC
  2. Colocamos la masa en un molde de silicona y pinchamos la base varias veces con un tenedor para evitar que suba en el horno.
  3. Horneamos durante 5 minutos; sacamos y echamos el relleno.
  4. Dejamos en el horno durante 15 minutos aproximadamente. Lo sacaremos del horno cuando al pinchar la quiche salga limpio.
  5. Ya solo nos queda echar el queso para fundir por encima (yo suelo usar variedad de 5 quesos, marca blanca de mi súper habitual, porque como ya os he contado en casa nos encanta el queso) y lo metemos a gratinar al horno.


Espero que estéis disfrutando del fin de semana, ¡feliz domingo!

viernes, 10 de enero de 2014

Tortilla de aceitunas para superar la #cuestaeneroTS

Reincorporados ya del todo a la rutina post navideña, a partir de hoy vamos a centrarnos en publicar recetas sanas para recuperar una alimentación equilibrada que compense un poco los excesos y económicas para superar la temida cuesta de enero. 

En esta línea, desde La Cocina Typical Spanish pensamos en proponer para este mes recetas baratitas pero ricas porque gastar poco no tiene que suponer comer mal. Nuestra intención era tener un elenco de sugerencias del que poder tirar cuando la cosa viene achuchada pero que no nos supongan renunciar al sabor y a la calidad.
Todas mis compis y demás participantes son excelentes cocineras, así que os sugiero que visitéis el blog para ver sus sugerencias porque seguro que os van a resultar súper útiles. Pincha aquí o en la imagen para verlo.



Mi sugerencia para esta ocasión es una sencilla tortilla de aceitunas, idea que he tomado prestada de mi amiga Amalia, de Cuadernos de cocina y que ha hecho las delicias de los cachorritos. Todo un logro teniendo en cuenta que el cachorrito mayor no es amante de las tortillas ni de los huevos en ninguna de sus variantes (motivo por el cual no había ninguna receta dedicada a este ingrediente en el blog)
Y, bueno, no todo van a ser recetas súper elaboradas, ¿no? una tortillita francesa es un lujo de vez en cuando.


Ingredientes:
  • 3 huevos
  • 1 lata pequeña de aceitunas sin hueso. Yo usé rellenas de anchoa, pero podéis usar la que os apetezca.
  • una cucharada de aceite de oliva para la sartén.
Elaboración:
Me da hasta vergüenza explicaros cómo hacer una tortilla francesa, pero siendo un blog de cocina, se impone. Pero son tres sencillos pasos que no os llevarán más de 10 minutos. Si vais a preparar algún acompañamiento o guarnición para el plato, mejor dejarlo listo antes. ¿Qué tal una ensaladita o unos saquitos de espárragos trigueros?
  1. Batimos los huevos en un bol amplio hasta que queden espumosos. Reservamos.
  2. Partimos las aceitunas en 2 o 3 trocitos cada una e incorporamos a la mezcla de huevos.
  3. Calentamos el aceite en una sartén y, cuando esté bien caliente, echamos los huevos batidos. Cuajamos al gusto y servimos inmediantamente.


Con esta sencilla receta, comenzamos el mes de enero. Nos queda un buen trecho de invierno todavía, así que nos pondremos las pilas y nos lo tomaremos con calma porque el próximo descanso queda aún muy lejos. De momento, disfrutemos del fin de semana, ¡feliz viernes!


viernes, 3 de enero de 2014

Me han regalado una panificadora. Y ahora, ¿qué?

Antes de explicaros a qué viene esta entrada taaaan larga y sin receta, tengo que felicitaros el año que acaba de comenzar. Espero que llegue cargadito de buenos momentos y que sepáis (sepamos) exprimirle todo su jugo.
Por un feliz 2014.

Y ahora, que aún no han llegado los reyes magos y que es época de regalos, seguro que más de una panificadora traen sus majestades desde Oriente. Es un regalo súper útil, muy versátil pero que da un poco de miedo cuando te enfrentas por primera vez a tantos botones. Lo sé por experiencia: por muchas ganas que tuvieras de tener la maquinita, de repente te encuentras con ella en casa y no sabes muy bien por donde empezar.

Después de varias consultas por parte de buenas amigas iniciándose en el mundo de la panificadora, he decidido elaborar esta mini guía para que pueda servir de referencia a quienes os iniciéis en este mundo. Confieso que no soy una experta. Es decir, llevo 3 años haciendo pan en la panificadora, pero no me considero en absoluto una entendida. Solo una usuaria con un poco de experiencia que espera que todo lo que he aprendido en este tiempo os pueda servir de ayuda para vuestros primeros panes, para perder el miedo y que así podáis lanzaros a experimentar y crear vuestros propios panes a vuestro gusto.



Primer consejo:
Es fundamental anotar la receta para saber qué modificar o si, por el contrario, te ha encantado y quieres tenerla para los restos. Esto es aplicable a cualquier receta de cocina, pero me atrevería a decir que en el mundo del pan es fundamental, así que mi primer consejo es que te hagas con una libreta o cuaderno y que apuntes, cada día, con precisión científica, qué ingredientes, qué cantidades echas a la cubeta y qué programa ultilizas.
A partir de estas anotaciones podrás ir variando la receta hasta dar con la tuya.

Segundo consejo:
Comienza por un pan básico. Un pan de harina blanca (de fuerza), agua, levadura y sal. Si te apetece, un chorrito de aceite de oliva. 
Seguramente te apetezca hacer virguerías y filigranas, pero no es buena idea hacerlo con el primer pan a no ser que tengas experiencia previa en el mundo de la panadería. Así que yo te recomendaría que empezaras con un pan básico y cuando te salga a tu gusto (no olvides anotar cómo lo has hecho) puedes comenzar a hacer variaciones en la receta e incorporar nuevos ingredientes.

Tercer consejo:
No te desanimes si tu primer pan es un desastre. A mí se me quedó cara de boba cuando lo vi salir de la máquina porque no era en absoluto lo que esperaba. Yo soy un poco de "si no me sale, paso", pero estaba tan emperrada con el pan que volví a intentarlo y volví hasta que salió un pan rico y practicando, practicando, cada vez iban saliendo mejor.
Y así conseguí convencer al más escépitico de mis admiradores, el cachorrito mayor, que tardó un año (en serio, un año literalmente) en decir que el pan me había salido riquísimo.
Insiste hasta conseguir que el pan esté a tu gusto.

Cuarto consejo:
No abuses de la cantidad de levadura.
Vale, este no es un consejo mío; lo aprendí leyendo mucho en El foro del pan y, en especial, este hilo, pero lo he aplicado siempre con éxito.
Como norma general, si usas levadura fresca (que es la que yo empleo siempre en mis recetas), calcula que necesitarás un 2% de la cantidad de harina que añadas al pan. De modo que si haces un pan de 1/2 kg de harina -500 gr.-, necesitarás 10 gr. de levadura fresca. Para mis panes "estándar", que son de 330 gr. de harina, uso 7 gr. de levadura fresca, así, redondeando.
Venga, que no es tan difícil, la tabla del 2 es sencillita y tampoco es que sea necesario ser exactos al miligramo. Pero procurad no echar más de esa cantidad (no mucho más) porque la levadura, además de hacer que el pan crezca, le aporta algo de sabor. Cuanto menos sepa a levadura, más rico estará porque más sabrá a las otras cosas ricas que le echéis.
Añado a este punto, como sabiamente indica Marisa en los comentarios, que si nos excedemos con la cantidad de levadura o con el tiempo de levado el pan sale hundido y acorchado.


Cuestiones clave para utilizar la panificadora:

Entendiendo cómo se hace un pan:
Me voy a tirar a la piscina y voy a explicar, para estar por casa y con palabras sencillas que mis cachorritos entienden cuando se lo cuento, cómo se hace un pan en la panificadora. Porque entender las cosas es fundamental para hacerlas bien y atrevernos a modificarlas con éxito.

El pan es básicamente, la mezcla de harina, agua y levaduras (naturales como la masa madre o artificiales como cualquiera que podamos comprar). Hay cinco pasos básicos para hacer pan:
  1. Amasado (la panificadora se encarga de mezclar bien los ingredientes e integrarlos). El proceso de amasado es fundamental para obtener una buena miga y hay innumerables técnicas de amasado a mano que yo no domino, así que no me meteré en ese jardín.
    Nos quedamos con el amasado en la panificadora, por el momento.
  2. Primer levado. Hasta que la masa doble su volumen.
    En esta etapa, las levaduras hacen de las suyas, comienzan a alimentarse de los azúcares y demás componentes de la harina y crecen, se hinchan y esponjan nuestro pan. También se desarrolla el gluten, fundamental para una miga rica, sabrosa y esponjosa.
    Dependiendo de la temperatura exterior -y de otra serie de consideraciones como la cantidad de levadura y el tipo de ingredientes grasos que hayamos echado-, necesitaremos más o menos tiempo. Pero la panficadora vuelve a facilitarnos la labor y tiene el tiempo y la temperatura de levado prefijadas en función del programa que hayamos elegido.
  3. Segundo amasado o desgasificado de la masa. Este segundo amasado suele ser más ligero que el primero; su finalidad es desgasificar la masa antes de darle la forma definitiva que queramos que tenga el pan.
    De nuevo la panificadora se encarga de ello. Tendremos que estar pendientes de cuando termina si queremos extraer la pala amasadora. No es imprescindible (si no lo hacemos, sabremos que hay un par de rebanadas o tres que saldrán con un agujero), pero si queremos tendremos que hacerlo en cuanto termine este segundo amasado, antes de que empiece el segundo levado.
  4. Segundo levado. Hasta que vuelva a doblar su volumen.
    Otra vez las levaduras entran en acción, para hacer crecer nuestra masa. Podría hablar muuuucho sobre cuando el pan está en el momento óptimo para ser horneado, pero como estamos hablando sobre hacer pan en panificadora, la dejaremos trabajar y, de momento, entenderemos que los tiempos de levado prefijados son los óptimos para la temperatura de la misma. 
  5. Horneado.
    Esta es la fase final que nos devolverá un pan tostadito, gustoso, jugoso, ¡rico! y que dejará nuestra casa con olor a pan recién hecho.
    La mayoría de las panficadoras te permiten elegir entre tres niveles de tostado. Elige el que más te guste, no hay reglas.
Cuando la panificadora termine de hornear, saca el pan y déjalo reposar sobre una rejilla, fundamental para que la corteza no se ablande. Consúmelo calentito, ñam, o como más te guste, pero déjalo sobre la rejilla hasta que esté completamente frío.

¿En qué orden pongo los ingredientes?
Siempre he leído que se recomienda poner los ingredientes líquidos primero y sobre estos los sólidos. No sé qué rigor científico tiene esto, pero me da la impresión que es para evitar que el roce de los ingredientes sólidos secos puedan rallar las cubetas de la panificadora. No creo que la calidad del pan se altere por echar primero el agua o la harina. En cualquier caso, y según mi experiencia, mejor los líquidos primero.
Y entendemos como líquidos, además del agua, la leche, el aceite, también los yogures, huevos y otros "semisólidos".
Encima de ellos pondremos la harina y sobre esta, la levadura.

Hay gente que dice que la levadura no debe entrar en contacto con la sal porque pierde su efecto. Supongo que si dejas la levadura en contacto con la sal durante mucho tiempo, se estropeará, pero si se va comenzar el proceso de amasado inmediatamente, no tiene ningún sentido evitar que se toquen, puesto que entrarán en contacto con el amasado.
De igual maneral, si la levadura se moja (y me estoy refiriendo a las levaduras comerciales) esta comienza a activarse y "a funcionar", así que si vamos a programar la panificadora para que nos tenga el pan listo por la mañana, tendremos que evitar que la levadura entre en contacto con el agua y con la sal.
Yo lo hago así: echo el agua, el chorrito de aceite y la sal. Encima distribuyo toda la harina y en la cima de la montaña, el trocito de levadura correspondiente (recuerda, no más del 2% de la cantidad de harina). Así la levadura está a salvo de posibles interferencias.

¿Qué harina uso?
Harina de fuerza o harina panificable. La consideración de una harina como floja, panificable, de fuerza, gran fuerza, etc. depende de la cantidad de proteína que contenga.

No voy a entrar en el mundo de las harinas, hay mucha información en internet y yo no soy una experta. Solo os confesaré que yo casi siempre uso harina de mercadona de la que he leído de todo pero que a mí siempre me ha dado buen resultado. Salvo las harinas especiales -espelta, centeno- que compro en tiendas de dietética o herboristerías, casi todos mis panes son con harina "normalita".
Como siempre, cuanto mejor sea la calidad de los ingredientes, mayor será la calidad del resultado final, pero las harinas muy buenas, son muy caras.

¿Qué programa elijo?
Depende del tipo de pan que quieras hacer.
Generalmente las panificadoras tienen varios programas: el de pan básico (para panes con harinas refinadas o mixtas), el de pan integral, el programa rápido. Esos como mínimo. A partir de ahí, pueden tener hasta 12 o 13. 
Investiga, apunta en tu libreta y decide con qué programa te ha gustado más el resultado. Pero, vamos, lo básico es lo que he apuntado antes:
Programa básico: panes de harinas refinadas o mixtas
Programa integral: panes de harinas integrales
Programa rápido: para unas prisas. Yo lo uso, también, para panes con salvado. Cuestión de gustos. Lleva menos levado y, por tanto, el resultado es un pan algo más compacto y denso.

¿Cómo saco el pan de la cubeta?
Con paciencia y un poco de maña. Dependiendo de la antiadherencia del material de la cubeta te será más o menos fácil. De la mía sale sin  mucho esfuerzo: se coge la cubeta (utilizando unas manoplas de cocina, ¡quema!) y se vuelca, sacudiendo ligeramente la cubeta hasta que el pan se desprenda. Normalmente las palas se quedan en la cubeta, aunque en alguna ocasión se han quedado dentro del pan. En estos casos, con cuidado, sacamos la pala de la hogaza, ayudándonos del gancho que suelen traer todas las panificadoras.
No dejes el pan demasiado tiempo dentro de la cubeta porque con el calor y la humedad se puede reblandecer. Por el mismo motivo, en cuanto lo saques, déjalo reposar sobre una rejilla.

Mi receta estándar.
Y ahora, como punto final, os voy a dar mi receta estándar de pan, la que me da buenos resultados a mí, con mi harina, mi panificadora, mis gustos y mis necesidades. Os la regalo para que la cojáis y la modifiquéis a vuestro gusto, le añadáis o le quitéis, pero que nadie se me enfade si no le gusta como queda. Yo di con ella después de unos cuantos panes fallidos, varias pruebas y vi que era la que mejor se adaptaba a nuestra casa.

Receta estándar para panes medianos:
  • 170 ml. de agua (un poco más -10 ml- si la harina es integral, de centeno o de espelta)
  • un chorrito de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de sal
  • 330 gr. de harina (de fuerza, integral de trigo, de centeno, de espelta; voy variando)
  • 6-7 gr. de levadura fresca.
**Atención: esta receta estándar me va de fábula en mi panificadora, que tiene la cubeta más bien cuadrada (aunque algo alargada hacia arriba). Pero mi amiga Lucía, del blog De pucheros y otros, tiene la de Lidl y me ha comentado que no se ajustan bien estas cantidades a su cubeta porque es más alargada y la masa se queda solo en una de las palas.
En este caso, os doy mi segunda receta estándar, la de los panes grandes:
  • 270 ml. de agua (un poco más -10 ml- si la harina es integral, de centeno o de espelta)
  • un chorrito de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de sal
  • 500 gr. de harina (de fuerza, integral de trigo, de centeno, de espelta; voy variando)
  • 10 gr. de levadura fresca.

Otras cosas que puedes hacer con la panificadora:
  • Mermelada
    Casi todas las panificadoras traen un programa especial para hacer mermeladas. Solo hay que poner la fruta triturada al gusto, azúcar y un poco de agua dependiendo de la fruta elegida. Aquí tenéis algunos ejemplos. Con poco esfuerzo tenemos mermelada casera, sin ningún convervante, sana, rica y azucarada a nuestro gusto para desayunar o merendar.
  • Bizcochos.
    Desde el típico bizcocho de yogur hasta cualquier otra combinación que se te ocurra, igual que si lo hicieras en el horno, pero mucho más cómodo porque no tienes ni que batir los ingredientes. La clave está en seleccionar el programa de tu panificadora apropiado, uno que amase (en este caso, servirá para batir) y hornee.
    Un truquito para que salgan perfectos: como la pani no tiene resistencia arriba, el bizcocho saldrá blanquito. Para evitarlo, cuando queden 10 o 15 minutos de horneado, espolvorea la superficie con un poco de azúcar y cubre la tapa con un paño de cocina. Se quedará doradito también por arriba.
    Prueba este bizcocho de leche condensada o este de yogur y plátano.
    En el caso de los bizcochos, es mejor que lo dejes reposar en la cubeta hasta que esté frío o bastante templado. De esta manera la miga estará más asentada y el desmoldado será más fácil.
    Tendremos que introducir por los bordes una espátula de silicona (súper importante que sea de silicona para no arañar la cubeta) para ayudar a despegarlo y luego volcarlo con cuidado para que salga.
  • Bechameles o croquetas, utilizando el programa de mermeladas
  • Amasados y levados, para después hacer el segundo amasado a mano y dar al pan otra forma diferente. O para hacer brioches, masas de pizza y todo aquello que se te ocurra.

Espero haberos ayudado aunque sea un poquito. Que nadie deje de preguntarme si le queda alguna duda. Me he propuesto, además, hacer fotos de los panes que salgan de mi panificadora para ir poniendo recetas básicas y ricas de pan hechas exclusivamente con la panificadora. Entre todos podemos sacarle mucho provecho, ya lo veréis.

Nota: esta entrada no tiene vocación definitiva. Es decir, que podré ir actualizándola periódicamente en función de las consultas que pueda recibir o de las puntualizaciones que tengais a bien hacerme. Me encantaría que entre todos podamos elaborar una guía sencillita para ayudar a todos aquellos que se adentran en este mundo. Bienvenidos.

Y, por supuesto, feliz recién estrenado año.