sábado, 31 de mayo de 2014

Pan brié

Este mes, de la mano de Bake the world, visitamos de nuevo Francia. La última vez que estuvimos allí a través de sus panes fue para darnos cuenta de lo dificilísimo que es hacer una buena baguette, que a mí me salieron más rústicas que baguettes, como podéis comprobar pinchando aquí.

Esta vez, el objetivo era conseguir un pan brié. Se trata de un pan normando que recibe su nombre de la técnica de amasado utlizado: la palabra brié procede del antiguo verbo normando brier que significa aporrear. Su preparación incluye un largo período de amasado y golpeado de la masa. Como resultado obtenemos un pan de miga densa y prieta, con corteza dura, similar en su elaboración al pan de bollo sevillano, pero que difiere completamente en su greñado.

Es un pan de elaboración muy laboriosa, pero el resultado es excelente si os gustan las migas prietas y contundentes, sabrosas. Riquísimo, preguntad a los cachorritos que lo han disfrutado un par de días en las meriendas de la salida del cole. Pero necesitaréis ayuda para amasar porque hay que darle al rodillo durante bastante tiempo. Echaréis brazos, lo cual tampoco nos vendrá mal ahora que tendremos en breve que empezar a lucirlos.

Para hacerlos he seguido, casi al pie de la letra, la receta de Un pedazo de pan, aunque reduje algo las cantidades porque no me veía con ánimos de estirar con el rodillo tal canitdad de masa (en mi cocina no tengo una encimera tan larga como para hacer una lengua de masa de más de 50 cm. y trasladarme al salón tampoco me emocionaba).


Ingredientes:
Para el prefermento:
  • 300 gr. de harina panadera (en esta ocasión usé una harina de trigo blanca, de El Rincón del Segura)
  • 200 gr. de agua
  • 3-4 gr. de levadura fresca de panadero
Para la masa:
  • todo el prefermento
  • 130 gr. de harina panadera
  • 30 gr. de agua
  • 3-4 gr. de levadura fresca de panadero
  • 3-4 gr. de sal
  • 20 gr. de mantequilla ablandada (yo lo sustituí por aceite de oliva)

Necesitarás, además:
  • Un rodillo de amasar
  • Algo más de harina para espolvorear el rodillo y la superficie de trabajo, sobre todo al comienzo.
  • Algo para picar y reponer fuerzas durante el amasado.

Elaboración:
  1. Comenzamos preparando el prefermento. En esta ocasión, necesitaremos amasarlo porque será bastante compacto, hasta que obtengamos una bola homogénea.
    Dejamos reposar en el frigorífico durante 24 horas aproximadamente. Durante este tiempo comenzará a levar, pero muy despacito porque no tiene mucha levadura y porque el frío dificulta este proceso, pero le valdrá para añadir a la masa muchos aromas y una textura especiales.
  2. Antes de ponernos a trabajar la masa, debemos sacarla del frigorífico y dejarla que pierda el frío. Deberá estar fuera al menos una hora en invierno, en verano algo menos.
  3. Pasado este tiempo, troceamos el prefermento y lo mezclamos con el resto de ingredientes de la masa. Mezclamos bien hasta que toda la harina se haya incorporado y dejamos reposar unos 10 minutos para que toda la harina quede bien hidratada.
  4. Ahora comienza la parte dura en la elaboración de este pan, el refinado:
    Tenemos que estirar la masa con un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada hasta conseguir una lengua de masa, según la receta consultada, de más de medio metro de largo. Como yo había reducido las cantidades, se redujo también la longitud de mi masa.
    Se estira la masa, se pliega en tres, como un tríptico, se giran 90º y se vuelve a estirar.
    Si es necesario, iremos enharinando sucesivamente la superficie de trabajo y el rodillo para que no se nos peguen. Esto hará que la miga sea, aún, más densa.
    Debemos repetir esta operación 12 o 15 veces hasta que veamos que la masa inicial, rugosa y más burda, se convierte en una masa sedosa y satinada.
    Poco a poco iremos viendo que la masa se nos va quedando menos pegada tanto al rodillo como a la superficie de trabajo y que su aspecto cambia considerablemente, como os he dicho: se vuelve más satinada y sedosa.
    Si en algún momento nos cuesta estirar la masa, la dejamos reposar durante 5 minutos, tapada con un paño de cocina para que se relaje y aprovechamos para que descansen también nuestros brazos antes de volver a la carga.
  5. Cuando notemos que el aspecto de la masa ha cambiado, la enrollamos como se ve en la imagen y la dejamos levar durante aproximadamente media hora. No mucho más: tend en cuenta que la mayor parte de la masa proviene de un prefermento y que mientras la refinábamos, la masa también estaba fermentando.

  6. Pasado este tiempo, cortamos el rollo de masa en tantas porciones como panes queramos obtener. Yo me decanté por panecillos de formato individual. Con las cantidades que os he indicado en las recetas obtuve 5 panecillos.
  7. Volvemos a estirar con el rodillo cada una de las porciones, esta vez procurando no incorporar nada de harina.
    Estiramos y enrollamos cada porción de masa, apretando bien el rollito e introduciendo los bordes en el interior para que no queden picos. Sellamos y colocamos sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear.
  8. Una vez formadas todas las barritas, hacemos dos o tres cortes longitudinales que le darán a este pan su aspecto tan característico.
    Noralmente el pan se greña después del segundo levado, justo antes de meterlo al horno. Otra de las notas destacadas del pan brié es precisamente que la greña se hace antes de comenzar del segundo levado.


  9. Dejamos reposar los panes durante unos 45 minutos.
  10. Precalentamos el horno a tope, introduciendo un cacharro con un poco de agua para formar vapor.
  11. Cuando se haya comenzado a formar el vapor, bajamos a 200º e introducimos los panes.
    Horneamso durante 30 minutos, aproximadamente, hasta que estén doraditos, sacando el recipiente con agua a los 10-15 minutos de horneado.
  12. Dejamos reposar sobre una rejilla antes de consumir.
Aquí os dejo una muestra de la miga compacta del pan en la que se aprecia la técnica de formado de las barritas, enrollando la masa, cosa que no conseguí que se viera tan claramente en los bollos sevillanos.

Observaciones:
Es un pan muy laborioso. En algunas de las páginas que consulté antes de meterme en harina recomendaban invitar a un amigo para que nos ayudara con el proceso de refinado. No es mala idea, aunque yo conté con la ayuda de los cachorritos que, aunque se cansan pronto y no aplican (todavía) toda la fuerza necesaria, sí que me valió a mí para descansar un rato.

Está delicioso en un bocadillo. El papá de los cachorritos se saltó las tradiciones normandas y lo rellenó, muy a la española, de jamón y un buen queso. Espectacular.
Yo opté por el queso con mermelada de tomate. Delicioso también.

Está tan rico, que hasta solo se puede comer, así que os lo dejo para que lo disfrutéis junto con el fin de semana, pero no os olvidéis de visitar la página de Bake the world para ver los ricos panes brié que han preparado el resto de los participantes.



viernes, 30 de mayo de 2014

Sándwich de atún (dos versiones)

Los sándwiches son muy socorridos: los podemos usar para la merienda de los cachorritos, para esos días en los que no hemos pensado en la cena, para un take away improvisado o, incluso, para desayunar si os gusta empezar el día con energía.
Estos que os traigo hoy son muy facilones y, además de prepararlos en un abrir y cerrar de ojos, se hacen con productos que solemos tener siempre en la despensa, así que también valen para improvisar si, de repente, viene gente a casa a cenar y no habías pensado en nada. 
Nosotros los cenamos el sábado pasado, viendo el famoso partido, así que también vienen bien para eso, para cenar en el sofá viendo una peli que esas cosas, de vez en cuando, le dan alegría a la vida.

Y los he preparado en dos versiones porque el cachorrito mayor y el papá no son amigos de la mayonesa que a la cachorrita pequeña y a mí nos encanta.

Sándwich de atún con mayonesa

Ingredientes:
(para 4 sándwiches)
  • 8 rebanadas de pan de molde
  • 3 latas de atún en aceite
  • 1 lata pequeña de aceitunas
  • 2 huevos cocidos
  • 1/2 lata de maíz dulce (opcional)
  • 4 cucharadas de tomate frito
  • 4 cucharadas de mayonesa
Sándwich de atún con tomate

Preparación:

  1. Escurrimos las latas de atún y desmenuzamos en un bol. Dividimos en dos mitades, cada una en un bol diferente. Reservamos.
  2. Pelamos los huevos cocidos y los picamos muy finos.
  3. En uno de los boles con el atún, echamos la mitad del huevo cocindo, el tomate frito y las aceitunas también escurridas y picadas pequeñas. Removemos hasta obtener una especie de pasta untable. Si fuera necesario, añadiríamos un poco más de tomate frito.
  4. En el otro bol ponemos el resto del huevo cocido y la mayonesa. Se puede echar también media latita de maíz dulce, pero en esta ocasión yo no lo hice porque me había quedado sin ellas. Removemos bien, igual que antes, hasta obtener una especie de pasta untable.
  5. Ya solo nos falta rellenar las rebanadas de pan de molde con cada uno de estos rellenos, según nos guste más y disfrutarlos.
Observaciones:
Estos sándwiches los preparé con el paquete de pan bimbo que venía en la Degustabox de este mes, pero podéis prepararlos con cualquiera de los que yo tengo publicados en el blog (podéis verlos aquí), desde mi punto de vista, mucho más ricos.
Hacer tu propio pan de molde complica mucho el tema de tener los sándwiches listos en santiamén, yo eso lo entiendo y este que venía en la Degustabox no estaba malo y, además, sin lactosa, muy útil porque cada vez hay más gente intolerante a la lactosa. Pero yo sigo prefiriendo invertir algo de tiempo en hacer mi propio pan, también de molde, y congelarlo según estas indicaciones. Solo hace falta tener un poco de previsión porque descongelarlo en rebanadas no nos lleva más de una horita; en verano algo menos y menos aún si pones en el tostador.

A parte de eso, mientras yo hacía los sándwiches, entre todos picoteábamos alguna de las demás chuches que venían dentro de la caja. Podéis ver en la imagen todo su contenido.
Lo cierto es que me dejó un poco chafadilla; había oído y leído tan bien de ella en blogs amigos que abrirla y encontrarla llena solo de chucherías supuestamente sanas y un aceite de soja y semillas me dejó una sensación, no sé como deciros, como cuando esperas un regalo de los reyes magos con muchísima ilusión y cuando lo abres ves que no es como lo anunciaban en la tele.


Ahora, también os digo que la cachorrita pequeña está encantada con los batidos de chocolate que en casa no solemos comprar y que las bolsas de snacks de Facundo estaban muy ricas y, al menos, sí que leí entre sus ingredientes solo aceite de girasol, nada de aceites vegetales y eso también me gustó porque no es nada fácil de encontrar en este tipo de productos.


En fin, espero que disfrutéis del viernes, mañana asomaos por aquí que os tengo otra recetita y, lo dicho, ¡a disfrutar del fin de semana!


P.D: Si os sobra algo de relleno de algún tipo, basta con ponerlo en un bote cerrado o un táper y guardarlo en el frigorífico. Aguanta 2 o 3 días. La cachorrita pequeña se puso tan contenta cuando esta semana apareció papá en el cole con un bocata con este relleno, ¡le encanta!

lunes, 26 de mayo de 2014

Pan de pueblo

Hoy os traigo un pan riquísimo, de esos crujientes por fuera con una miga deliciosa, llena de aromas, densa pero suave, de esas que puedes usar para untar cualquier cosa o para mojar la salsa del asado del domingo. Un pan que recuerda a los del pueblo, esos panes de siempre que tienen sabor y apariencia y que nadie puede parar de comer.
Y digo nadie porque la a la cata asistieron más de 15 personas y creo que todos me dieron el aprobado, ¡estaba buenísimo!

Creo que con este pan queda demostradísimo que las prisas en el mundo de la panadería son malas consejeras. Las masas necesitan reposo, tiempo para coger aromas y ser algo más que agua y harina. Y eso que aún no me he lanzado con la masa madre, pero mirad lo que os digo, hoy mismo empiezo con ella.

De momento, os dejo con la receta de este pan de pueblo, que lleva un prefermento y cuyo segundo levado se hizo en los preciosos banetones que los abuelos de los cachorritos (o sea, mis papis) me regalaron para mi cumple y que aparecen en la foto. Ellos son los culpables de la decoración tan mona, rayada, que tienen los panes y de los restos de harina que le dan, amén del greñado del pan pequeño, ese aspecto tan de pueblo. 
Por ese motivo lo he querido llamar así.

Para hacerlo usé la receta estándar para un pan grande que os di aquí, pero que repetiré en esta entrada para que todo quede muy clarito.


Ingredientes:
(para las dos barras que aparecen en la imagen)
  • 270 ml. de agua
  • 500 gr. de harina de fuerza y un poco más para espolvorear los banetones.
  • 1 cucharadita y media de sal
  • 10 gr. de levadura fresca de panadería
Preparación:
  1. Preparamos el prefermento o poolish:
    La noche anterior mezclamos 90 ml. de agua, 150 gr. de harina y 2 gr. de levadura fresca, amasamos para que todos los ingredientes se integren bien y dejamos reposar toda la noche para obtener una bola de masa fermentada.
    Precisamente se llama prefermento porque esta porción de la masa ha fermentado antes que el resto. Esto aprotará aroma y personalidad al pan pero, además, ayuda a su conservación e impide que se nos reseque tan rápidamente.
  2. Pasadas unas 8 horas, el prefermento estará listo. Mezclamos entonces con el resto de los ingredientes y amasamos bien hasta obtener una bola de masa lisa, preciosa que dejaremos reposar en un bol grande ligeramente aceitado para que no se peque y tapado con un film o un paño de cocina limpio hasta que haya, aproximadamente, doblado su volumen. Unas dos horas, en función de la temperatura.
    Yo suelo amasar con la panificadora, sobre todo en ocasiones en las que, como este pan, tengo muchas más cosas que hacer en la cocina, porque tenía 15 personas a merendar en casa. Pero en esta ocasión cambié de ayudante y amasé con la My Cook, dejando que el primer levado se hiciera dentro de la propia jarra, tapada, para evitar que la masa se resecara.
  3. Teniendo la masa lista, volcamos sobre una superficie enharinada y amasamos ligeramente para desgasificar.
    Dividimos la masa en dos (en mi caso, la barra es algo más grande que el bollo, pero esto ya va a gustos y según necesidades) y formamos cada una de las piezas a nuestro gusto. 
  4. Dejamos reposar hasta que, de nuevo, hayan doblado su volumen.
    En esta ocasión yo hice este segundo levado en los banetones que me regalaron para mi cumple. Antes de depositar la masa en ellos, tendremos que enharinarlos ligeramente.
  5. Encendemos el horno a 250º y metemos dentro un cacharrito metálico con agua, para formar vapor. Mientras va cogiendo temperatura, greñanos nuestros panes al gusto: volcamos los panes del banetón a la bandeja de horno (forrada con papel de hornear) y procedemos al greñado.
    La greña es el corte (o los cortes) que presentan muchos panes. No son solo adornos; tienen una función súperi importante: dejar crecer la masa y que el pan se abra por donde nosotros queramos y no por donde él decida.
    Greñar el pan no es mi punto fuerte, así que esta vez hice un expermiento con éxito en el pan pequeño. Como véis en la foto a continuación, en realidad no está greñado, sino que al formar el bollo, sellé la masa humedeciéndome ligeramente los dedos en agua y, en lugar de dejar el sellado en la parte de abajo, lo dejé hacia arriba. De esta manera el pan se abrió por lo que era su parte superior, no por la parte inferior como me suele ocurrir y quedó preciosísimo.

    Como suelen decir, si no puedes con ellos, únete. Yo tengo un problemilla con los greñados, que no me salen muy bien, así que me he reinventado. Creo que a partir de ahora, usaré esta "no técnica".
  6. Bajamos la temperatura del horno a 200º-210º y horneamos durante unos 30 minutos; calor arriba y abajo sin ventilador. A mitad de la cocción sacamos el recipiente de agua.
    Sabremos que el pan está listo cuando al golpearlo en la base, suene a hueco.
  7. Dejamos reposar en una rejilla para que no se reblandezca.


Observaciones:
Imprescindible, como he comentado antes, la paciencia para hacer un buen pan. Este pan lleva su tiempo: unas 8 horas de reposo del prefermento, 2 más en el primer levado y otra hora y media el segundo. Más los amasados, el horneado y el greñado, son 14 horas para tener el pan listo.
Merece la pena, no puedo decir nada más para convenceros, solo que probéis y luego decidís.

Sobre el recipiente con agua en el horno, otro imprescindible para crear buenas cortezas, para que salgan crujientes, no dejéis de utilizarlo.

Si no tenéis banetones para hacer el segundo levado, cualquier recipiente que tengáis en casa os valdrá. Solo variará la forma que tendrá vuestro pan y las decorativas rayas que el banetón le da. Yo lo recomiendo totalmente, pero imprescindible no es.

Menú sugerido:
Hoy se impone un plato con una salsa espectacular para mojar este rico pan, por ejemplo, estos jamoncitos de pollo en salsa de soja y miel.
Lo acompañamos de una ensalada de pasta con vinagreta de fresas, por si os habís quedado con ganas de moje; de postre, una pieza de fruta de temporada, que empiezan las frutas de verano y no debemos desaprovecharlas: cerezas, nísperos, albaricoques, melón. Elegid la que más os guste.
Para la sobremesa, ¿qué tal una mousse de café?

Bon apetit y feliz semana

jueves, 22 de mayo de 2014

Tarta kit kat

Hoy vamos a celebrar que es jueves con una tarta espectacular. No muy complicada porque hasta yo, negada donde las haya para esto de la repostería, he podido hacerla sin mayores complicaciones y sin sufrir más de la cuenta. Al final, mirad, ha quedado bastante aparente, ¿verdad?
Y estaba buenísima.


La tarta en cuestión, muy clásica, de kit kat, la había visto ya por la red varias veces, pero la semana pasada la publicó mi amiga Patri del blog Las cosas de mi cocina y me entró tal envidia, que tuve que hacerla. Aproveché que el sábado tenía sarao familiar en casa, me lié la manta a la cabeza y se la copié.
Ella la hizo de kit kat negro (pinchad aquí para verla, no tiene desperdicio, ni la tarta ni el resto del blog, por cierto, lleno de delicias) , yo blanco porque al cachorrito mayor le gusta más el chocolate blanco y pensé que, a lo mejor así, podría convencerle de que la probara.
Fracasé en el intento, pero la tarta salió muy rica y muy mona y eso, para mí, es un triunfo, así que no me resisto a contaros cómo la hice.

Ingredientes:
Para el bizcocho:
  • 3 huevos
  • un yogur natural
  • 1 medida del yogur de aceite
  • 2 medidas de azúcar
  • 3 medidas de harina
  • 1 cucharadita de levadura tipo royal
  • 1 tableta de chocolate blanco para fundir
Para el relleno: ganaché de chocolate blanco.
  • 1 tableta de chocolate blanco para fundir
  • 1 brick pequeño (125 ml.) de nata líquida
Para la decoración:
  • suficientes kit kat blancos para rodear todo el bizcocho
  • bolitas de chocolate para la superficie
  • 1 tableta de chocolate blanco para fundir que hará las veces de pegamento.
  • 1 lazo para decorar


Elaboración:
  1. Lo primero de todo es preparar el bizcocho.
    Mejor hacerlo el día de antes para darle tiempo a que se enfríe antes de proceder al relleno y la decoración.
    Mezclamos todos los ingredientes (salvo la tableta de chocolate blanco) con la batidora hasta que estén completamente integrados.
    Fundimos la tableta de chocolate blanco al baño maría o en el microondas y mezclamos con el resto de la masa del bizcocho.
    Encamisamos un molde redondo (yo no lo encamisé y fue un error, os recomiendo que lo hagáis; espero que a mí no se me vuelva a olvidar), echamos la masa y horneamos a 170º durante unos 50 minutos, hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio.
    Dejamos reposar otros 10-15 minutos dentro del horno abierto.
    Sacamos del horno y desmoldamos cuando esté, al menos, templado.
    Una vez desmoldado, dejamos reposar hasta que esté completamente frío antes de continuar.
  2. Una vez frío el bizcocho, preparamos la ganaché calentando la nata. Cuando esté bien caliente, añadimos la tableta de chocolate blanco partida en trozos y removemos constantemente hasta que se derrita. Reservamos.
  3. Ahora comienza la parte complicada. Primero tenemos que rellenar la tarta; para ello tenemos dos opciones: podemos partir el bizcocho longitudinalmente a la mitad o utilizar la técnica del poke cake que podéis ver aquí y que consiste en agujerear el bizcocho con algún instrumento redondo y los suficientemente grueso (como la parte de atrás de una cuchara de palo, por ejemplo) y rellenar los agujeros con la ganaché.
    Eso fue lo que hice yo porque me pareció más fácil que la otra alternativa.
  4. Nivelamos la parte superior de la tarta si ha salido irregular y procedemos con el resto de la decoración.
  5. Fundimos la tableta de chocolate blanco y extendemos todo el chocolate fundido por la parte superior de la tarta y por los laterales. Pegamos las barritas de kit kat -el chocolate fundido nos ayudará, cuando solidifique, a que se queden bien pegados- y por encima colocamos las bolitas de chocolate.
    Tendremos que sujetar las barritas de kit kat con el lazo hasta que el chocolate se haya solidificado, así que su función no es solo decorativa, no os olvidéis de él.
  6. Cuando hayamos terminado, metemos la tarta al frigorífico para que el chocolate solidifique durante, al menos, un par de horas.



Observaciones:
Es una tarta deliciosa pero contundente, os reto a partir un pedazo pequeño sin destrozarla, ja ja ja, es absolutamente imposible, así que no os va a quedar más remedio que comeros uno grande.

Espero que os guste y, si os decidís a hacerla, que os sintáis tan orgullosa como yo al haber superado el reto de las tartas monas con éxito :)

Feliz jueves.

P.D: Hoy  no os pongo sugerencia de menú, con esta tarta estaréis saciados de sobra para la merienda.

lunes, 19 de mayo de 2014

Empanada marinera

Ahora que ha llegado el buen tiempo (aunque no sé si para quedarse, que mañana ya dan lluvias), es el momento de empezar a planificar comidas que podamos llevarnos y comer fuera, de cara a las excursiones, al campo, la piscina y la playa.
Las empanadas son una opción estupenda porque las puedes hacer con cualquier ingrediente que te apetezca o tienes a mano, admiten de todo y son fáciles de comer frías y sin cubiertos.

Desde que hice la empanada de salchichas para el reto de mi amiga Isa, Cocinamos con Reina, ya siempre uso masa quebrada en vez de hojaldre para las empanadas. Tiene más consistencia y se deshace menos; permite cogerlo con las manos mucho más fácilmente, pero bueno, esto es cuestión de gustos; si eres de los que prefieres el hojaldre, sustituyes la masa quebrada por hojaldre y listo.


Ingredientes:
  • 2 láminas de masa quebrada refrigerada o congelada, la que más nos guste.
  • 1 lata grande de atún en aceite de oliva o girasol (unos 600 gr.)
  • 150 gr. de gambas peladas
  • 200 gr. de gulas
  • 4 o 5 cucharadas de tomate frito.
  • 1 o 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 huevo batido para pincelar.
Elaboración:
  1. Precalentamos el horno a 180º. Mientras toma temperatura, ponemos e. atún en un escurridor de verduras para que suelte el exceso de aceite.
  2. Extendemos una de las láminas de masa quebrada, pinchamos repetidamente con un tenedor y horneamos hasta que esté doradita.
  3. Mientras tanto y sin dejar de vigilar el horno para que no se nos queme, sofreímos en una sartén las gulas con una cucharada o dos de aceite de oliva. Cuando estén casi listas, añadimos las gambas y dejamos 5 minutos para que se hagan un poco. Mejor que queden un pelín crudas porque terminarán de hacerse en el horno. Si las hacemos demasiado, se secarán.
    Salpimentamos al gusto y reservamos.
  4. Mezclamos el atún ya escurrido con el tomate frito y extendemos sobre la base de masa quebrada cuando esté doradita.
    Sobre el atún ponemos la mezcla de gulas y gambas y tapamos con la otra lámina de masa quebrada.
  5. Decoramos con los restos de masa que hayamos reservado al efecto, pincelamos con huevo batido y horneamos hasta que la superficie esté dorada.
  6. Lista para disfrutar.
Observaciones:

Y Es importantísimo que compremos las conservas hechas con aceite de oliva o de girasol. Huyamos de los "aceites vegetales".
Detrás de esta denominación, en la mayoría de los etiquetados alimenticios se esconden aceites con una elevada proporción de grasas saturadas, las "malas", sobre todo aceites de palma y de coco. Si la conserva está hecha con aceite de girasol o de oliva, lo suelen etiquetar así. Si llevan otros aceites, como no son buenos, simplemente ponen "aceite vegetal" sin especificar cuál. Claro, el coco es un vegetal, su aceite también lo es. Pero, a mi juicio, son etiquetados engañosos, así que, por favor, recordad: conservas (y en general cualquier producto alimenticio procesado) con aceites de oliva o girasol, nada de "aceites vegetales".


Y Si vamos a usar la empanada como comida para alguna excursión, es mejor dejarla enfriar completamente antes de meterla en el recipiente en el que la transportaremos. De otra manera, el vapor nos reblandecerá la masa y será difícil comerla con las manos. 
Si es posible, es todavía mejor dejarla reposar sobre una rejilla para que la base tampoco se ablande.

Menú sugerido:
Si nos llevamos esta empanada para una excursión, yo la acompañaría de una buena ensalada que podemos llevar también en un táper sin aliñar para evitar que las verduras pierdan tersura. Llevaremos el aliño en un recipiene a parte. Como sugerencia, cualquiera de estas deliciosas ensaladas; yo me quedaría con la de brotes, esta vez.
Podemos llevar en otro táper un poco de hummus, con unos colines a modo de aperitivo.
Y de postre siempre siempre fruta, sobre todo a las salidas, que es fácil de transportar, nos refresca y nos aporta fibra y vitaminas.

¡Feliz comienzo de semana!

viernes, 16 de mayo de 2014

Mini cakes con kinder

Hace unas semanas, desde Kinder Chocolate me hicieron llegar un detallito, una cajita de unas chocolatinas que la abuela suele llevar a los cachorritos cuando va ella a recogerlos al cole, como postre de la merienda y que a ellos les encantan. Yo nunca se las llevo, es algo de la abuela y me gusta que tengan cosas especiales con cada una de ellas.
Además de estar muy ricas, cada uno de los paquetes de estas cocholatinas viene acompañada de una actividad lúdica gratuita para cada cachorrito y justo hay una academia de música en el barrio que está concertada con Kinder para prestar este servicio. Lo van a disfrutar un montón. En cuanto termine de explicaros esta receta voy corriendo a reservarles una plaza :)
Y os digo desde ya que tardaré bien poco porque esta receta es sencillísima: se puede hacer sin horno, no necesitas batidora eléctrica. Vamos, perfecta para que sean los propios cachorritos los que la hagan.



Ingredientes:
(para 6 mini cakes)
  • 1 huevo
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 6 cucharadas soperas de harina
  • 4 cucharadas soperas de azúcar
  • 1/4 de cucharadita de levadura tipo royal
  • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • 4 cucharadas soperas de leche
  • 1 cucharadita de vinagre
  • 1 cucharadita de cacao en polvo.
  • 5 o 6 barritas de chocolate Kinder.
    He de decir que la mayoría de las barritas se las han comido así, "a palo seco" porque es un chocolate muy rico, nada pesado y relleno de leche. Pero me reservé unas cuantas para hacer estos mini cakes.
Necesitarás, además:
  • 6 moldes de mini cakes, como los que aparecen en la imagen. Si no los tienes, sustitúyelos por moldes de magdalena o muffin, preferiblemente de silicona (por eso de usar el microondas)
Elaboración:
  1. En primer lugar, preparamos un buttermilk mezclando la leche y el vinagre. Dejamos en reposo unos 10 minutos.
  2. En un bol mezclamos todos los ingredientes sólidos (salvo el cacao en polvo que reservaremos para más adelante): harina, levadura y azúcar.
  3. En otro bol batimos el huevo y lo mezclamos con el aceite de oliva y con la butter milk.
  4. Echamos en el bol de los ingredientes secos, la mezcla líquida y mezclamos bien, hasta integrarlos, procurando que no queden grumos.
  5. Rellenamos los moldes de mini cakes, solo hasta algo menos de la mitad. Añadimos una barrita (o media, dependiendo del tamaño) de chocolate Kinder y tapamos con más masa, solo hasta las 3/4 partes del molde.
    No lo llenes más porque subirá en el microondas y se nos saldrá.
  6. Espolvoreamos la superficie con el cacao en polvo.
    ¿Para qué? porque en el microondas los mini cakes se nos cocerán perfectamente, pero no se doran como en el horno. Espolvoreándolos un poco con cacao, quedan más bonitos, como dorados pero "de mentira".
  7. Metemos en el microondas y programamos 3 minutos a máxima potencia.
    Pasado este tiempo comprobamos, pinchando con un palillo, que están hechos por dentro. De no ser así, volvemos a programar un minuto más y comprobamos de nuevo.
  8. Sacamos del microondas, dejamos templar y, ¡a disfrutar!
Observaciones:

El buttermilk no es imprescindible, puedes no usarlo y añadir solo la leche directamente en la mezcla de ingredientes líquidos. Pero sí es muy deseable: ayuda a que el bizcocho quede jugoso. Si se cuecen en el horno, es un añadido más, pero en el microondas, tienden a quedarse mucho más secos. Añadiendo un poquito de buttermilk que no nos lleva nada preparar (porque no es más que mezclar la leche con el vinagre y dejarlo reposar mientras disponemos todo lo demás), evitamos este "efecto secundario" del microondas.

Estos mini cakes se pueden hacer perfectamente en el horno, pero es una pena encenderlo para tan poca cantidad, con lo que se gasta. Se hacen en unos minutos en el microondas para momentos de antojo de dulce o para tener una merienda rápida sin necesidad de precalentar el horno.
Sin embargo, si lo tienes encendido y quieres aprovechar, unas pequeñas aclaraciones:

Y No es necesario que espolvorees la superficie de cacao en polvo porque el horno dorará los mini cakes. Puedes hacerlo, si te apetece, pero ya no resulta tan imprescindible.
Y Con 5 minutos de horno tendrás más que suficiente porque son bollitos muy pequeños. En cualquier caso, depende de cada horno. No te olvides de pincharlo con un palito y comprobar que están bien hechos.

¿Te apetece otro dulce un poco diferente, también hecho en el microondas? Prueba con este double chocolate poke cake.
Y si prefieres otra receta "kinder", descúbrela pinchando aquí.

¡¡Feliz viernes!!

lunes, 12 de mayo de 2014

Risotto de atún a la naranja

Yo sé que mis cachorritos son un poco raros y que les gustan comidas que a otros niños no. Pero es que están hechos unos gourmets y cuando papá se mete en la cocina a preparar un risotto se vuelven locos de contentos.
Y yo también porque he de decir que le salen de maravilla y me gusta también comer cosas que otros cocinan para mí. Se nos está volviendo todo un experto en risottos, pero él no escribe en el blog, me dicta a mí la receta para que yo la comparta con vosotros.
Así que, lo dicho, tal y como él me la contó, yo os la traigo para que podáis disfrutarla.


Ingredientes:

  • 1 litro de caldo de verduras.
    Lo hemos preparado con 1 litro de agua, sal, aceite de oliva, 1 puerro, 2 tomates maduros, 1 zanahoria y 2 dientes de ajo. Podéis utlizar otras verduras que tengáis en el frigorífico.
  • arroz
    La medida de arroz ha de ser la mitad que de líquido. Hemos tomado como medida un vaso de 1/2 litro, de modo que la cantidad de arroz será la que quepa en él.
  • 1 vaso pequeño de vino blanco
  • 500 gr. de atún cortado en daditos pequeños
  • 125 gr. de mantequilla
  • 125 ml. de nata líquida (1 brick pequeño)
  • 1 cebolla
  • 1/2 bolsa de queso rallado
  • la ralladura de una naranja
  • 2 o 3 espárragos trigueros por persona
  • 2 cucharadas de harina
  • sal
  • pimienta negra (solo una pizca, para no ahuyentar a los cachorritos)

Elaboración:

  1. Ponemos los ingredientes para preparar el caldo de verduras en la olla. Si es olla rápida, dejamos que suba el pitorro y, a partir de ahí, en 20 minutos apagamos el fuego. Tendremos mucho cuidado de no abrir la olla hasta que el pitorro haya bajado para asegurarnos de que haya perdido presión.
    En una olla normal, el caldo deberá cocer mínimo una hora y probablemente se nos evaporará algo, así que, como precacución, pondremos algo más de líquido.
    Para hacer el risotto es muy importante mantener el caldo siempre caliente.
  2. Salpimentamos el atún al gusto, enharinamos ligeramente y freímos en una sartén con aceite de oliva bien caliente.
    Reservamos sobre un papel absorvente.
  3. Picamos la cebolla muy finamente
  4. En una cazuela grande y de fondo grueso, fundimos la mantequilla y sofreímos la cebolla hasta que quede blandita y ligeramente dorada.
  5. Añadimos el arroz y rehogamos un minuto. Incorporamos el vaso de vino blanco y dejamos que se evapore.
  6. A partir de este momento, tenemos que ir incorporando el caldo de verdura caliente al arroz.
    Iremos añadiendo un cazo de caldo caliente y dando vueltas constantemente al arroz y no echaremos otro cazo hasta que el anterior se haya evaporado.
    Este es el secreto para que el risotto obtenga el tono meloso que le caracteriza.
    A punto de terminarse el caldo, comprobaremos el punto de sal para añadir la que sea necesaria.
  7. Cuando hayamos terminado con el caldo, incorporamos toda la nata, la ralladura de naranja, el queso rallado, un toque de pimienta negra y la mayor parte del atún (dejaremos unos taquitos para decorar, aunque esto es opcional).
  8. Removemos y dejamos cocinar a fuego bajo un par de minutos.
  9. Servimos inmediatamente acompañado de unos espárragos trigueros salteados y una hoja de hierbabuena que le dará un toque de sabor muy fresco.
Observaciones:
Reconozco que el papá de los cachorritos es un experto cocinilla que se me está especializando en arroces (de hecho, la inmensa mayoría de los que hay publicados en este blog son suyos), pero pese a lo que pueda parecer, el risotto es más entretenido que difícil.
Las claves son mantener el caldo siempre caliente para ir incorporándolo poco a poco y al arroz. Al estar ya caliente, la temperatura de cocción de este ingrediente no baja, lo que nos permite obtener la textura melosa característica de este guiso.

Aclaraciones sobre los ingredientes:

Y Tradicionalmente el risotto se hace con arroz arborio o carnaroli. Nosotros, saltándonos la tradición italiana, usamos arroz de grano medio, el que se encuentra normalmente en nuestras tiendas. Puede que no sea muy ortodoxo y puede que con otra variedad quede mejor. Pero os garantizo que con este queda estupendamente. No es necesario gastarnos demasiado dinero, aunque para otra vez tendremos que probar, para ver la diferencia y contároslo.

Y El queso que lleva el risotto debería ser parmesano, ese queso italiano tan sabroso y especial. Si bien el papá de los cachorritos se da mañan en la cocina, si punto fuerte no es la previsión, por lo que no habíamos comprado parmesano. Por este motivo usó el que teníamos en casa, queso rallado de fundir. Gouda o alguno del estilo creo que era. Tampoco muy ortodoxo, pero otra muestra de que se pueden hacer grandes platos adaptándonos al contenido de nuestra despensa.

Menú sugerido:
Segundo plato: pieza de fruta y un vasito de postre de limón.

Espero que os guste y ¡¡feliz semana!!

sábado, 10 de mayo de 2014

Postre de limón #vivalafrutaTS

La fruta es salud, está llenísima de fibra, vitaminas, minerales y cosas buenas para nuestro organismo. Pero hay mucha gente a la que le cuesta tomar fruta. Por eso este mes la propuesta de La cocina typical spanish está dedicada precisamente a la fruta.
La intención es rememorar postres de nuestra infancia, pero solo esos dulces que nos preparaban mamá o la abuela con fruta.

A mí me vino a la cabeza un postre muy bueno que hacía mi madre, la abuela de los cachorritos, muchas veces, sobre todo para las reuniones familiares.

Al llevar limón y servirlo fresquito parece que se toma muy bien a pesar de que hayamos hecho una comida copiosa y además tardamos muy poco en prepararlo. Es, por tanto, un postre perfecto para terminar una comida familiar y abundante como suelen ser las comidas familiares siempre en este país. Y una merienda perfecta para los días de calor, no dejéis de probarlo.


Ingredientes:

  • 3 limones.
  • 4 yogures naturales -sin azúcar-
  • 740 ml de leche condensada -una lata grande-
  • Barquillos para decorar -opcional-


Elaboración:
(veréis que es bien sencillo, no hay excusas para no prepararlo)
  1. Lavamos bien los limones y rallamos las pieles bien finas con cuidado de no acercarnos a la parte blanca que es lo que amarga. Solo la cáscara amarilla, preciosa. Reservamos la ralladura y exprimimos los limones.
  2. Batimos todos los ingredientes, junto con el zumo de limón, con la batidora hasta que estén bien mezclados.
  3. Guardamos en la nevera un mínimo de tres horas.
  4. En el momento de servirlo, echamos ralladura de limón para decorar y poner algún barquillo para acompañar.
Observaciones:
Y Para obtener un sabor más intenso a limón, podéis incorporar la ralladura de los limones a la mezcla del postre, reservando solo un poco para la decoración. Todo depende del gusto de cada cual ;)

Pinchad aquí o en la imagen, para ver los deliciosos postres con fruta que han preparado todos los participantes en este reto typical spanish, ¡vais a tener ideas para muchos días!


Menú sugerido:
Primer plato: Arroz tres delicias.
Segundo plato: Merluza en salsa.

Espero que os guste y que aprovechéis el fin de semana para prepararlo, ahora que empieza a apretar el calorcito.

jueves, 8 de mayo de 2014

Panecillos de leche (con y sin nueces)


Hacía mucho que no os traía yo un poquito de pan, con lo que a mí me gusta panificar... En esta ocasión se trata de unos panecillos de leche, ideales para el desayuno, tostaditos o "al natural" o para llevar a los cachorritos la merienda a la salida del cole. Tienen una miga jugosa, blandita y una corteza muy sutil, blanda también, vamos, perfectos.
Me han quedado un poco rústicos, nada regulares, pero eso fue porque iba yo con prisas y mientras los formaba estaba haciendo varias cosas a la vez; con un poco más de tiempo les daréis la forma que más os guste y lo bueno de hacer una su propio pan es que puedes hacerlos del tamaño que más te apetezca o el que más te convenga.

Además, los he preparado en dos versiones: la mitad de la masa lleva nueces picadas en su interior y la otra mitad no, para que haya para todos los gustos.


Veredicto de los cachorritos: "este pan está buenísimo, mamá". Para mí no hay nada más importante que eso :)

Ingredientes:

Para el prefermento (poolish):
(yo soy una pesadita de los prefermentos y sé que a mucha gente no les gusta usarlos porque alarga bastante el tiempo de la receta, pero después de leer el libro de Iván Yarza, me reafirmo y seguiré con ellos. Si no queréis hacerlo, perderéis aromas, carácter y jugosidad; además el pan se secará antes. Pero no hay problemas, podéis no hacerlo)
  • 150 ml de agua
  • 150 gr. de harina de fuerza
  • 2 gr. de levadura fresca de panadero.
Para la masa:
  • todo el prefermento
  • 1 huevo
  • 40 gr. de mantequilla
  • 400 gr. de harina de fuerza
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 50 ml. de leche (puede no ser necesario, dependerá de la capacidad de absorción de la  harina)
  • nueces picadas (opcional)
  • 7-8 gr. de levadura fresca de panadero.
Además: huevo batido para pincelar.

Elaboración:
  1. El primer paso es la preparar el prefermento. Para ello simplemente mezclamos la harina, la leche y la levadura procurando que todo quede bien integrado; tapamos con papel film y dejamos reposar hasta que la masa comience a burbujear.
    ¿Cuánto tiempo? Pues depende de la temperatura. De forma orientativa, yo suelo dejarlo listo por la noche cuando me acuesto para hacer la masa a la mañana siguiente.
  2. A continuación tenemos que hacer la masa: se mezclan todos sus ingredienes con el prefermento, amasando bien hasta obtener una masa lisa y brillante. Se trata de una masa bastante pegajosa, así que si podemos, sería genial ayudarnos de una maquinita (panificadora, amasadora, thermomix, my cook), pero si no disponemos de ella, se amasa a mano con paciencia.
    Dejamos reposar bien tapado hasta que, más o menos, haya doblado su volumen. Unas dos horas.
    Si hemos seleccionado el programa de amasado con levado de la panificadora, hasta que termine el programa.
  3. Volcamos la masa en la superficie de trabajo, amasamos ligeramente para desgasificarla  y dividimos en tantas partes como panecillos queramos hacer. A mí me salieron 14.
  4. Formamos los panes con la forma deseada y los vamos depositando sobre una bandeja de horno previamente forrada con papel de hornear. Los pintamos con huevo batido y reservamos en el propio horno apagado para que hagan el segundo levado.
  5. Transcurrida aproximadamente una hora habrán, más o menos, doblado su volumen. Entonces, sacamos las bandejas del horno y lo encendemos a 250º para que se precaliente mientras volvemos a pincelar los panecillos con huevo batido.
  6. Bajamos el horno a 200º sin ventilador y metemos las bandejas. Horneamos durante 15-20 minutos, dependiendo de cada horno y del tamaño de los panecillos, hasta que estén doraditos.
  7. Sacamos del horno y dejamos reposar sobre una rejilla.
He querido aprovechar esta receta para participar en el cuarto reto BBSS que organiza Marisa. Su lema "Pan, leche y huevos invitan al BBSSeo". Pensé que qué mejor que una receta que suma leche y huevos y tiene como resultado este riquísimo pan.



Observaciones:
Y En esta ocasión yo he hecho dos versiones de estos panes de leche: a la mitad de la masa, justo antes del formado, le añadí un par de puñados de nueces picadas. La otra mitad no lleva nueces. Para distinguirlos, también decoré los que sí las llevan con alguna nuez justo antes de pincelarlos con huevo.
Y Los panecillos que no vayáis a consumir en un par de días después de hacerlos, es mejor conservarlos en el congelador. Si se sacan unas horas antes de consumirlos quedan deliciosos, como recién hechos. Podéis ver los trucos para congelar pan pinchando aquí: TRUCOS PARA CONGELAR PAN Y BRIOCHES.

Menú sugerido:
Podéis rellenar este pan de cualquier cosa que se os ocurra, dulce o salada.
Para el cachorrito mayor, siempre salado, un poco de embutido dentro de un panecillo y una pieza de fruta que suelo ofrecer antes del "bocata" soluciona la merienda de forma sana, equilibrada y riquísima.
Si vuestros cachorritos son más golosos, como la mía pequeña, ¿qué tal rellenarlo de crema de chocolate casera? Eso sí, siempre acompañado de una frutita.


Feliz jueves, que ya nos queda menos para el fin de semana.

sábado, 3 de mayo de 2014

Merluza en salsa

Hace poco mi amiga Isa nos regañó porque comíamos poco pescado (¿recordáis, cuquis?). En mi caso, no es cierto porque 3 veces en semana cae mínimo, aunque me cuesta bastante que los cachorritos, sobre todo la pequeñaja, lo acepte sin protestar. Desde siempre, qué tortura con el pescado. Desde luego este es el motivo por el que no lo consumimos más, me agota oír sus protestas cada vez que lo ve en la mesa aunque también he de decir que, después de quejarse, de afirmar que ella no se va a comer eso, se sienta y ¡¡se lo come!!
Así que me veo y me las deseo para ofrecerle el pescado en formatos que puedan resultarle atractivos. Este que os traigo hoy ella se lo comió bien; no hizo aspavientos y ya es un logro, pero al cachorrito mayor y a mí nos encantó. La salsa está buenísima y lleva muy poquito aceite, así que es un plato ligero y apto para los que estáis empezando la operación bikini.

En lo que sí tenía razón Isa, es en que hay muy pocas recetas de pescado en este blog, así que esta se la dedico a ella porque estaré con ella tomándome un ídem de su tierra para cuando se publique.


Ingredientes:
  • 2 filetes de merluza por persona.
    Yo los compro frescos y le pido al pescadero que me los dé bien limpios de espinas, sobre todo por los cachorritos, las espinas son como un repelente de niños. Además del riesgo que conllevan.
  • un puñado de guisantes congelados por persona
  • 1/2 huevo duro por persona
  • 1/2 cucharadita de cúrcuma
  • 1/2 cucharadita de pimentón (al gusto, yo usé la versión dulce de La chinata, pero podéis usar una más fuerte si os gusta)
  • 1 cucharadita de perejil seco
  • 2 dientes de ajo
  • aceite de oliva, mejor virgen extra
  • un par de cucharadas de harina
  • vino blanco -aproximadamente 1/4 de vaso por persona-
  • sal.
Preparación:
  1. Salamos los filetes de merluza al gusto, los pasamos ligeramente por harina y los freímos en una sartén con un fondo de aceite de oliva bien caliente.
    No es necesario freírlos demasiado, que se doren un poquito por fuera. Reservamos sobre un papel absorvente.
  2. En una cazuela con fondo grues ponemos otro chorrito de aceite de oliva e incorporamos los ajos. Cuando esté caliente añadimos el pimentón y la cúrcuma y removemos. Añadimos el vino blanco y dejamos que el alcohol se evapore.
  3. Ponemos en la cazuela, con cuidado de que no se nos rompan, los filetes de merluza y, a continuación, los guisantes congelados.
  4. Bajamos el fuego cuando empiece a cocer (si lo hacemos en la vitro, con ponerlo en el 3-4 será suficiente)
    No removemos para que el pescado no se deshaga, pero tendremos que vigilar para que no se queme.
    En principio no será necesario añadir más líquido (vino, agua, caldo de pescado) porque al ser los guisantes congelados soltarán algo de agua, pero si vemos que se nos va a agarrar, además de bajar el fuego, podemos añadir un chorrín más de líquido.
  5. Dejamos cocer a fuego bajo unos 5-7 minutos, apagamos y reservamos otros 10 minutos en la cazuela antes de servir con rodajas de huevo duro por encima.

Menú sugerido:
Este plato lleva legumbre (los guisantes) y proteína, yo lo he comido como plato único en táper, además, en la oficina. Pero si queréis un primer plato, os sugiero alguno a base de vegetales exclusivamente. Un salmorejo, por ejemplo. Podéis ver cómo lo preparo yo haciendo clic aquí.

De postre, siempre prefiero una pieza de fruta y, si os aptece algo más, esta mousse de queso fresco también es ligera.

Nota: haz clic sobre el nombre resaltado en color moradito para acceder a las recetas sugeridas para el menú.

Disfrutad de este puente y, ¡nos vemos a la vuelta!