sábado, 28 de junio de 2014

Spaghetti con pesto de brócoli

Los cachorritos se comen de maravilla el brócoli. Ellos lo llaman arbolitos. Se lo preparo de otra manera a como os lo voy a presentar hoy, claro, esta receta no es muy apta para los paladares infantiles.
Pero los cachorritos no están en casa porque el cole ha terminado y se han ido a casa de los abuelos hasta que nosotros cojamos vacaciones; eso me permite cocinar cosas que no haría para ellos porque sé que no les gustaría, como es el caso de este pesto de brócoli que está delicioso para acompañar a la pasta. Me ha encantado y no me cabe duda de que volveré a prepararlo y a versionarlo con otras verduritas.


Ingredientes:
  • 200 gr. de brócoli
  • 50 gr. de piñones
  • 2 dientes de ajo
  • 50 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 30 gr. de queso curado (parmesano, pero si no tenéis, cualquier queso curado puede valer; de hecho, yo usé un manchego curadito riquísimo)
  • 1/2 cucharadita de sal.
  • 150 gr. de espaguetis integrales.
Elaboración:
  1. Ponemos una cazuela con abundante agua a hervir. Mientras tanto, lavamos el brócoli y le quitamos los tallos más gordos y las hojas no comestibles.
    Cuando el agua rompa a hervir añadimos una cucharada de sal y echamos el brócoli. Cocemos 5 minutos y retiramos del agua, manteniéndola en el fuego. 
  2. Ponemos el brócoli a escurrir y, en el mismo agua de su cocción, echamos los espaguetis. Los cocemos por el tiempo que indique el paquete.
  3. En el vaso de la batidora echamos el brócoli cocido junto con el resto de los ingredientes (tendremos la precaución de quitarle al ajo el germen para que no repita) y trituramos bien hasta que quede una pasta ligeramente emulsionada. Si fuera necesario, añadiríamos un poco de agua de la cocción, pero a mí no me hizo falta.
  4. Cuando los espaguetis estén cocidos, los escurrimos y los servimos en un plato junto con el pesto de brócoli, ¡delicioso! 
Fuente: vegetal y tal



Observaciones:

Si queréis aligerar la carga calórica del plato, podéis sustituir parte del aceite por caldo de la cocción del brócoli. No sé cómo resultará, pero desde luego con todo su aceitito estaba de muerte, en serio, no dejéis de probarlo.
De segundo plato podéis tomaros unos filetitos de pavo relleno y de postre, como siempre os sugiero, fruta, siempre fruta, fuente imprescindible de vitaminas y fibra. Ya pensaremos en la merienda.

Disfrutad del fin de semana,

martes, 24 de junio de 2014

Gazpacho

El año pasado participé en la iniciativa de Rosilet, #ponunaensalada en tu verano. Una iniciativa fantástica para una fanática de las ensalsadas como soy yo. Me encantó el amplísimo repertorio de ensaladas que entre todos conseguimos hacer para no aburrirnos nunca de ellas.
Me divertí por partida doble, por participar y porque luego fui una de las diez afortunadas en el sorteo que hizo entre los participantes y me llevé de regalo una bolsa de tela preciosa. Por motivos de logísitica no he podido usarla en las fotos de la ensalada que presento de nuevo a este reto veraniego, pero como ya os digo que yo soy una fanática de las ensaladas tengo el firme propósito de aportar alguna más y entonces seguro que podréis verla en las fotos.

¿Qué es el gazpacho si no una ensalada licuada? Pues este año aporto, con permiso de Rosilet, un gazpacho clásico a la recopilación de ensaladas.


Ingredientes:
  • 500 gr. de tomates maduros
  • 1 pepino
  • 1 pimiento verde
  • 50 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 50-100 ml. de agua.
  • 1 o 2 dientes de ajo (en función de lo fuerte que os guste el gazpacho)
  • 1 chorrito de vinagre (también opcional, ayuda a la conservación)
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de azúcar
  • especias al gusto, es muy típico ponerle un poco de comino, pero es un sabor tan especial, que cada uno debe elegir si le gusta o prefiero hacer un gazpacho más sobrio. Yo no suelo ponerlo.
Elaboración:
En My Cook:
  1. Lavamos bien los tomates y les quitamos el pedúnculo.
  2. Lavamos el pimiento, lo abrimos longitudinalmente y le quitamos las semillas interiores y las fibras más gruesas.
  3. Pelamos el pepino y los dientes de ajo.
  4. Echamos todos los ingredientes en la cubeta de la My Cook y trituramos a velocidad 7 durante 3 minutos, hasta que veamos que se ha licuado.
  5. Probamos el punto de sal para rectificarlo si fuera necesario y añadir algo más de agua si lo creemos conveniente y programamos 5 minutos a velocidad 10, para que quede bien cremosito y perfectamente triturado.
  6. Conservamos en el frigorífico y servimos bien frío.
Método tradicional:
  1. Lavamos las hortalizas igual que en el método anterior.
  2. Pasamos los tomates por la batidora de a poquitos, 2 o 3 cada vez y vamos reservando en un recipiente más grande.
  3. Cuando terminemos con los tomates, ponemos en el vaso de la batidora el pepino y el pimiento partidos en trozos, junto con el agua y trituramos. Esta parte nos costará algo más porqu el pimiento es más duro y opone más resistencia, por eso es conveniente mezclarlo con el agua.
    Mezclamos con el puré de tomates y trituramos de nuevo.
  4. Para que el gazpacho quede fino, pasamos todo por el pasapurés o chino. De esta manera todos los pellejos se quedarán en el filtro.
    Este paso podemos saltárnoslo con la My Cook (me consta que también con la thermomix) porque trituran tantísimo y tan finito que las fibras ni se notan, os lo aseguro. Pero con la batidora no conseguimos un puré fino si no es pasándolo por el chino.
  5. Agregamos el aceite de oliva, la sal, el ajo y las especias y volvemos a pasar la batidora para integrarlo todo bien y emulsionarlo ligeramente.
  6. Guardamos en el frigorífico y servimos bien frío.
Observaciones:
El gazpacho es una cena perfecta para las calurosas noches de verano. Podemos servirlo acompañando de un picadillo de hortalizas: daditos de cebolla, pimiento, pepino y tomate. Súper ligero, sin grasas, muy nutritivo.

O un primer plato perfecto para una comida veraniega. 
De segundo os propongo unos jamoncitos de pollo con salsa de soja y miel y una barrita de pan brié para mojar en la salsa. 
De postre, que no nos falte la deliciosa fruta fresca de verano y para culminar la comida, un pedacito de tarta helada de nata.
Aquí que nadie se quede con hambre.

Si queréis uniros al reto ensaladero de este año, #ponunaensalada en tu verano, pinchad en el logo y leed las bases de la iniciativa. Yo, por mi parte, ya he dicho que no será la última (espero).


Disfrutad del martes y del verano :)

domingo, 22 de junio de 2014

Azúcar invertido

Ayer empezó el verano, qué ganas tenía yo de que llegara y eso que esta primavera nos ha regalado un sol de lujo durante mucho tiempo. Pero ayer comenzó oficialmente el verano y el viernes los cachorritos terminaron el cole; yo aún no estoy de vacaciones, pero que ellos no tengan que madrugar nos permite vivir a otro ritmo. Tengo ya ganas de relax.

Bueno, pues si hay un alimento veraniego por excelencia, ese es el helado. Me encantan los helados, no puedo parar de comerlos, esa inmensa variedad de sabores, ¡quiero probarlos todos! Pero para hacer un buen helado casero, es imprescindible comezar por el azúcar invertido.
El año pasado probé a saltarme esta fase y si bien es cierto que hice un helado de galleta oreo muy rico, no estaba todo lo cremoso que me hubiera gustado, así que esta vez he decidido dejar de experimentar hasta que domine la técnica básica y empezar la casa por los cimientos, no por el tejado.

Parece que el azúcar invertido es fundamental a la hora de hacer helados en casa y recetas hay muchísimas en internet, pero yo usé la de Isa, de Cocina con Reina y esa es la que os cuento. Los resultados, próximamente con un helado que ya tengo seleccionado, porque me enamoró según lo vi y ya estoy impaciente por probar.


Ingredientes:
  • 150 ml. de agua
  • 350 gr. de azúcar
  • 1 sobre de acidulante (sobre blanco)
  • 1 sobre de gasificante (sobre morado)
(son los sobres que venden en súpers como mercadona), en cajitas etiquetadas como "gasificante", en la sección de levaduras, harinas y demás. Yo los he usado en ocasiones también en sustitución de la levadura royal en bizcochos y magdalenas.

Elaboración:
  1. Ponemos el agua al fuego en un cazo amplio.
    Muy importante que sea amplio, porque al echar los sobres, burbujea mucho y puede llegar a salirse si no somos precavidos.
  2. Cuando llegue a ebullición, incorporamos el azúcar y removemos hasta que se disuelva.
  3. Añadimos entonces el sobre blanco, el acidulante y removemos de nuevo hasta que se disuelva.
  4. Apartamos el fuego y echamos el sobre morado, con cuidado porque es el gasificante que hará que la mezcla burbujee y pueda salirse del cazo si hemos usado uno demasiado pequeño. Removemos para que se disuelva y dejamos reposar hasta que se temple.
  5. Vertemos en un bote de cristal, etiquetamos y conservamos en el frigorífico hasta que lo necesitemos para hacer helados, bizcochos e incluso panes... tengo que experimentarlo y os contaré.
El resultado de este proceso es una especie de almíbar muy denso y extremadamente dulce, casi transparente como apreciáis en las imágenes que nos va a ayudar, entre otras cosas y la que a mí más me interesa, a hacer más cremosos los helados.
Como guía súper básica para su uso, hay que tener en cuenta que tenemos que sustituir el 25% del azúcar que indique en la receta por azúcar invertido. Esto en helados, en bizcochos y panadería la proporción varía. Todo un mundo, esto del azúcar invertido. Como me salga bien el helado que tengo planeado, me hago un máster.

Feliz domingo y recordad que la semana que viene os traigo ese heladito (espero).

viernes, 20 de junio de 2014

Scotch eggs con mayonesa de curry

Los huevos a la escocesa o "scotch eggs", a pesar de lo que pueda parecer por su nombre, no son originarios de Escocia, si no de Londres. Lo cierto es que no soy yo muy fan de la cocina británica; las veces que he visitado los países de influencia anglosajona he comido mal, así, sin paliativos. En Londres comía relativamente bien en los famosos pubs, pero vamos, resalto lo de relativamente. 
Y cuando estuvimos de viaje de novios en Australia (ay, ahora están cumpliéndose 10 años), al final optamos por darnos a las hamburguesas y dejarnos de experimentar comida autóctona porque tenía claras influencias británicas que nos traían por el camino de la amargura con tanta salsa rara y cocciones extrañas.
Pero este mes, la propuesta del Desafío en la cocina, de la mano de A nadie le amarga un dulce, era, precisamente, huevos a la escocesa, una receta londinense que consiste, básicamente en huevos cocidos, pelados y recubiertos de carne de salchicha desmenuzada que yo he sustituído por carne picada de ternera.


Ingredientes:
(para 4 personas)
Para los huevos a la escocesa:
  • 4 huevos cocidos y pelados
  • 350 gr. de carne pica de ternera (aunque se puede sustituir por otro tipo de carne)
  • 1 huevo batido
  • 1 cucharadita de sal
  • 200 gr. de espinacas crudas
  • 1 diente de ajo picado (opcional)
  • harina para rebozar
  • aceite de oliva virgen extra, para freír
Para la mayonesa de curry:
  • un par de cucharadas de mayonesa (mejor casera) o lactonesa
  • 1/2 cucharadita de curry.

Elaboración:
  1. Picamos las espinacas, en crudo, bien finas y las mezclamos en un bol amplio con la carne picada, el huevo batido, la sal y el diente de ajo picado muy finamente. Mezclamos bien.
    Si vemos que queda exceesivamente pegajoso, podemos echar una cucharadita o dos de pan rallado, pero con cuidado de no pasarnos, para que no quede seco.
  2. Cogemos una porción grande de la mezcla de carne y nos la extendemos en la mano, colocamos uno de los huevos cocidos y pelados sobre la carne y envolvemos con más carne, que quede bien tapadito y sellado. Reservamos y repetimos la operación con los otros tres huevos.
  3. Ponemos un buen fondo de aceite a calentar en una sartén, enharinamos los huevos reboazdos en carne y pasamos por la sartén.
    Es conveniente que el aceite no esté demasiado caliente porque la capa de carne es gruesecita y se nos quedarían crudos por dentro o demasiado tostados por fuera.
  4. Dejamos reposar unos minutos sobre papel absorbente y servimos, en esta ocasión acompañados de una mayonesa de curry que haremos mezclando la mayonesa con la 1/2 cucharadita de curry. Podemos poner mayor proporción de curry si es de nuestro gusto.
Observaciones:
Yo he hecho la receta estándar de filetes rusos de casa (que podéis ver aquí o aquí), en los que incluyo verduras, generalmente espinacas o calabacín, como estrategia para que los cachorritos se las coman. Quedan muy sabrosos y jugositos.
Estos huevos son muy apañados para llevarlos de excursión, acompañados quizá de una ensalada y de una pieza de fruta. Son muy contundentes y normalmente, con uno tendremos comida suficiente para continuar luego el día.

Menú sugerido:
De primer plato o como plato central para compartir en el campo, os sugiero una ensalada de pasta con vinagreta de fresas. Podéis ver sugerencias sobre cómo transportarla para que esté en su justo punto pinchando en su nombre.
Una magdalenas de calabacín y rulo de cabra son ligeras y darán un toque de sabor en contraste con los scotch eggs que, dicho sea de paso, si no se acompañan de una salsa sabrosa, son un pelín sosos.
Terminemos la comida campera con una buena rodaja de sandía o melón, frutas muy veraniegas y refrescantes que nos aportarán los líquidos necesarios y, si encontramos una sombrita, un rato de siesta nos dejará como nuevos.

Podéis ver más versiones de los huevos a la escocesa visitando el blog del Desafío en la cocina.
Disfrutad del fin de semana, que ya está aquí el veranito y hay que disfrutar del buen tiempo y de los cachorritos. La semana que viene intentaré traeros un heladito, que ya he metido la cubeta de la heladera en el congelador, tengo mi azúcar invertido preparado y una receta seleccionada que tiene una pintaaaaaa.
Mientras tanto, sed felices.

miércoles, 18 de junio de 2014

Bollicaos caseros

Hace unas semanas, en una fiesta familiar, tuve que negarle a la cachorrita pequeña un bollicao de los industriales. No es que yo sea una fanática que se niega a comer comida basura, pero procuro reducirla a la mínima expresión. Y ese día ella ya había sobrepasado todos los límites razonables a base de chucherías, natillas envasadas y alguna cosa más que ya no recuerdo. El bollicao era la gota que iba a hacer desbordar el vaso y le dije que no, que eligiera unas magdalenas caseras que otro familiar había llevado o una pieza de fruta.
No os creáis que fue tarea fácil convencerla. A cambio tuve que prometerla que en cuanto llegáramos a casa, al día siguiente, haríamos nuestros propios bollicaos caseros, más sanos y mucho más ricos.
No os creáis que se olvidó: en cuanto pusimos un pie en casa, sin permitirme deshacer la maleta, nos pusimos a pesar harinas y preparar estos bollicaos caseros siguiendo la receta de mi amiga Patricia, de El Trasgu de las galletas. Sabía que iban a salir de lujo porque ella es una grandísima cocinera y una repostera de escándalo, pero me han sorprendido porque han salido casi mejor de lo que esperaba, una miga tan jugosa, tan tierna, que es imposible.

Os recomiendo que los hagáis para deleitar a vuestros cachorritos si son golosos como la mía o para desayunar vosotros y daros un capricho, ¡están deliciosos!


Ingredientes:

  • 125 ml. de leche
  • 1 huevo
  • 30 gr. de mantequilla
  • 300 gr. de harina
  • 35 gr. de azúcar
  • 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
  • una pizca de sal
  • 6-8 gr. de levadura fresca de panadero
  • Un huevo batido para pincelar
  • Nocilla o nutella. Mejor casera, podéis ver la receta pinchando aquí.
Elaboración:


  1. Ponemos todos los ingredientes, salvo el huevo batido que usaremos para pincelar y la nocilla en la cubeta de la panificadora por el orden indicado y seleccionamos el programa de amasado y levado o solo amasado, en función de la prisa que tengamos. En esta ocasión, yo usé el de amsado con levado, pero normalmente, si tengo tiempo, me gusta amasar estas masas en la My cook y dejarlas levar a su ritmo.
    Amasamos bien hasta que quede una masa lisa y brillante y dejamos reposar bien tapada unas dos horas. Si hemos seleccionado el programa de amasado con levado, hasta que este termine.
  2. Volcamos la masa en la superficie de trabajo ligeramente enharinada, amasamos para desgasificarla y la dividimos en porciones de unos 70 gramos.
  3. Con cada una de las piezas deberemos proceder de la siguiente manera: estiramos con un rodillo, extendemos una línea gruesa de nocilla casera y cerramos bien para evitar que la crema se salga al hornear, tal y como podemos ver en la imagen.
    Colcoamos en una bandeja de horno forrada con silicona o papel vegetal, con el cierre hacia abajo y pincelamos todas las piezas con huevo batido.

  4. Dejamos reposar en un lugar reservado de las corrientes de aire durante 1 hora o más, en función de la temperatura exterior.
  5. Cuando hayan aumetado su volumen, precalentamos el horno a 250º.
  6. Volvemos a pincelar los bollicaos con huevo batido y horneamos a 180º unos 10 minutos, hasta que veamos que empiezan a ponerse doraditos por arriba.
  7. Sacamos del horno y dejamos reposar sobre una rejilla, ¡espectaculares!
Observaciones:


 Ya sabéis que si no váis a consumir todos los bollicaos en uno o dos días, es mejor congelarlos porque estas masas caseras son deliciosas y mucho más sanas que las industriales, pero aguantan tiernas mucho menos. Sin embargo, si se congelan, se pueden disfrutar como recién hechos tan solo teniendo la precaución de sacarlas un poco antes del congelador.
Os recuerdo cómo podéis congelar panes y brioches:

Os recomiendo muchísimo que preparéis estos delicosos bollicaos, de verdad que son sorprendentemente buenos y como a todo lo bueno se acostumbra uno rápidamente, he de deciros que el otro día tuve la desgracia de probar un bollo industrial, en este caso un doowap (de esos que ahora se llaman otra cosa) y me pareció... puaj, nada que ver con los hechos en casa. Que, por cierto, también podéis ver la receta en este blog, pinchando en su nombre.


jueves, 12 de junio de 2014

Magdalenas con harina de algarroba

¿No sabéis lo que es la algarroba? Pues es el fruto del algarrobo; una legumbre porque es un fruto que crece en vainas que pueden ser de color blanco, negro o morado. 

He leído que es un súperalimento. Eso significa que tiene muchísimas propiedades que ayudan a nuestro organismo. Es un alimento energético, con alto contenido en azúcares (azúcares naturales), proteínas y minerales, especialmente calcio, hierro y fósforo. Por ese motivo y por su escaso valor económico, a pesar de su gran valor alimenticio, se ha usado como complemento en épocas de carestía. Hoy se usa en su mayor parte para forraje y en la industria farmacéutica, aunque recientemente ha sido reconocido como un alimento completísimo, usándose molida como sustituto del chocolate y del cacao.

Sus semillas son muy ricas en mucílagos que tienen la facultad de ejercer una acción favorable contra las inflamaciones de las mucosas, reduciendo la irritación, tanto en vías respiratorias como digestivas. Por ello eson muy adecuadas contra las diarreas y reducen el dolor en las contusiones.



Así que cuando mi amiga Isa me regaló un botecito de harina de algarroba molida personalmente por ella, me puse a pensar para ver en qué podía emplearlo y, al final, me decidí por hacer unas magdalenas clásicas, siguendo la receta tradicional que podéis ver pinchando aquí, pero sustituyendo gran parte de la harina por harina de algarroba.

El resultado son estas magdalenas preciosas, con un color morenito súper atractivo, muy rústico y muy atrayente que han obtenido un éxito dispar. A mí no me han gustado mucho. A pesar de todas las propiedades de la algarroba y de que suelen gustarme este tipo de alimentos un poco "alternativos", esta harina no me ha conquistado como yo esperaba; la abuela de los cachorritos piensa más o menos como yo. Sin embargo, el papá de los cachorritos, el abuelo y la otra abuela han creado un grupo de fans de las magdalenas con harina de algarroba y les ha encantado.
Así que tendréis que probarlas para ver en qué bando estáis. Hoy en día se puede encontrar la harina de algarroba en tiendas de alimentación ecológica o herboristerías con relativa facilidad.

Ingredientes:
  • 2 huevos L.
  • 175 gr. de azúcar morena
  • 60 ml. de leche desnatada
  • 100 ml. de aceite de oliva
  • 180 gr. de harina de algarroba (era toda la que tenía)
  • 60 gr. de harina de repostería o harina de trigo de todo uso
  • 1 cucharadita de levadura química (tipo royal)
  • 1 naranja
Elaboración:

  1. Batimos los huevos y los mezclamos con el azúcar hasta que la mezcla blanquee.
    Para hacer las magdalenas a la forma tradicional necesitamos batir mucho la mezcla, para que coja aire y se formen alveolos en el interior de la masa.
    En este caso, al usar azúcar morena, blanqueará relativamente, la mezcla quedará oscurita, pero necesitamos que ambos ingredientes estén bien integrados.
  2. Lavamos bien la naranja, rallamos la piel (solamente la parte naranja, sin llegar a la zona blanca más amarga) y exprimimos el zumo. Reservamos la ralladura.
  3. Mezclamos el zumo de la naranaja con los huevos batidos e incorporamos el resto de los ingredientes salvo la ralladura. Batimos bien hasta que todo esté muy bien mezclado y continuamos por espacio de 5 minutos para introducir aire a la mezcla, como os dije antes.
    En el último momento incorporamos la ralladura de naranja.
  4. Reservamos en el frigorífico durante al menos una hora, tapado con un paño de cocina o un papel film.
  5. Precalentamos el horno a 250º y mientras se calienta, preparamos los moldes de las magdalenas. Estos deberán de estar dentro de un soporte rígido, como se aprecia en la siguiente imagen. No es necesario que sea igual que este: se pueden usar flaneras de aluminio desechables o cualquier otro similar, pero es muy importante usarlo para que el papel de la magdalena no se abra y el copete suba hacia arriba.


    Solo podremos prescindir del soporte rígido si usamos cápsulas de silicona.
  6. Espolvoreamos la parte superior de las magdalenas con un poco de azúcar blanquilla.
  7. Bajamos el horno a 180º y horneamos con calor arriba y abajo (sin aire) durante 10 minutos aproximadamente.
    Antes de sacarlas comprobamos, pinchando una de ellas con un palillo, que están bien cocidas por dentro.
  8. Dejamos templar antes de sacar del soporte rígido, para no quemarnos.
Y las disfrutamos con lo que más nos guste: un vaso de leche fresquita es ideal.


Y tú, ¿has probado la harina de algarroba? ¿Cuál es tu opinión?


martes, 10 de junio de 2014

Mini tortillas de patata al horno #parallevarTS

¿Cuántas veces en verano habéis salido a comer con la tortilla de patata en la tartera? porque ahora nos hemos vuelto muy fino y lo llamamos táper, pero nooooo, de toda la vida ha sido la tartera o la fiambrera.
Seguro que no podéis contarlas con los dedos porque habrán sido muchísimas, la tortilla de patata es un clásico no solo en la cocina española, sino también en los picnics españoles que antes tampoco se llamaban picnics, sino excursiones al campo.

Pues como ya se acerca el buen tiempo, el tiempo de llevarse la comida en un táper a la playa, a la piscina o donde nos apetezca, desde La cocina typical spanish este mes nos hemos propuesto recopilar recetas para llevar, de esas de toda la vida, las que nuestras madres preparaban para salir de excursión y las vamos a recopilar bajo el hagstag #parallevarTS.

Yo me he decantado por una tortilla de patata, de las de toda la vida, pero con algunas particularidades: están hechas en versión mini, para que no haya ni que partirlas, llevan una base de hojaldre (o masa quebrada) para que sea más fácil comerlas con las manos y están cuajadas en el horno por pura comodidad, pero para reducir la cantidad de grasas que llevan también. Todo el resto del proceso es typical spanish hasta la médula.


Ingredientes:
(las cantidades de patata y huevo son orientativas porque va a depender no solo del tamaño de las patatas y los huevos, si no también de cómo de densa os guste la tortilla. De forma general, se necesitará 1 huevo por cada 100 gr. de patata)
  • 3 patatas medianas
  • 5 o 6 huevos
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra
  • 2 láminas de hojaldre o masa quebrada
Necesitaréis, además, moldes de magdalena, de silicona, de metal o de papel o flaneras individuales de aluminio para cuajar las mini tortillas en el horno.

Elaboración:
Desde luego hacer una tortilla de patata lleva su tiempo. Nadie puede decir que sea rápido, pero el resultado bien merece la pena. No penséis prepararla en un ratito, lleva su tiempo, su proceso y paciencia para que quede como la de nuestras madres. Y que conste que yo no he conseguido igualar la tortilla de mi madre que es la más deliciosa del mundo entero, pero esta se le acerca bastante, aunque en versión miniatura.
  1. Pelamos las patatas, las lavamos bien y las troceamos bien finas. Salamos al gusto.
  2. Echamos abundante aceite de oliva (virgen extra, mucho mejor, por su calidad y por su sabor) en una sartén. Cuando el aceite esté caliente, añadimos la patata. En el momento en que recupere el calor, bajamos el fuego a temperatura media-baja.
    Dejamos que las patatas se vayan haciendo despacito, removiéndolas de vez en cuando para que se hagan todas por igual y chafándolas con la paleta si es nuestro gusto.
    No tardaréis menos de media hora en tenerlas listas.
  3. Escurrimos bien las patatas, para eliminar todo el exceso de aceite. Yo las puse en un escurridor de verduras durante bastante más de una hora porque estaba atareada con otras cosas, pero no es necesario tanto tiempo. Simplemente aseguraos de que la patata ha quedado bien escurrida.
  4. Batimos bien los huevos en un cuenco amplio, hasta que queden espumosos e incorporamos la patata bien escurrida. Removemos para integrarlo todo bien y ponemos al punto de sal.
  5. Precalentamos el horno a 220º.
  6. Tomamos los moldes de magdalena, extendemos la lámina de hojaldre o masa quebrada y cortamos círculos algo más grandes que los moldes. Podemo usar un cortapastas o un vaso normal de nuestra cocina.
    Forramos los moldes de magdalena con el hojaldre y horneamos durante 5-10 minutos hasta que esté ligeramente dorado.
  7. Sobre el hojaldre ya horneado, echamos la mezcla de la tortilla hasta llegar más o menos al límite de la cápsula.
  8. Devolvemos al horno a 180º y horenamos durante otros 5 minutos.
    Como son tortillas muy pequeñas y la base ya está previamente horneada, no necesitaréis mucho más tiempo para que las tortillitas cuajen. Si os gustan mucho más hechas, dejdalas en el horno unos minutos más, pero no os paséis os e os quedarán demasiado secas.
  9. Sacamos del horno y esperamos unos minutos para que se templen y podamos sacarlas de los moldes sin peligro de quemarnos. No las guardaremos en el táper de la excursión hasta que estén completamente frías o el hojaldre se reblandecerá.

Observaciones:
¿Tortilla de patata con cebolla o sin?
El tema de las tortillas de patata, como casi todos los platos tradicionales, es de esos en los que hay mil y una versiones. Yo siempre las he preferido sin cebolla, pero hay quien es del otro bando y no conciben una tortilla de patata sin su cebollita.
Si eres de esos, mientras la patata se está haciendo despacito despacito, parte una cebolla en rodajas del grosor que prefieras, calienta aceite de oliva en otra sartén y pocha la cebolla también despacito, hasta que tenga un color dorado, ligeramente caramelizado. Ojo no se vaya a quemar. Procedemos igual que con la patata: escurrimos bien el exceso de aceite y la incorporamos al huevo batido, junto con la patata.

Como os he dicho yo prefiero la tortilla de patata sin cebolla; me gusta mucho más acompañarla de cebolla caramelizada (podéis pinchar aquí para ver la receta). Pero si preparáis la tortilla para iros de excursión, mejor no os llevéis la cebolla caramelizada porque aguanta muy mal el calor, tal vez por los azúcares que lleva y os puede dar una gran diarrea. Os lo digo por experiencia, no me pidáis detalles.

¿Queréis más ideas para las excursiones veraniegas que segurísimo vamos a hacer en los próximos meses? No dejéis de visitar el blog de La cocina typical spanish para llenar vuestras tarteras o fiambreras de las delicias de nuestras madres.



Menú sugerido:
Yo, por mi parte, os propongo el siguiente menú para llevar:
Vamos a tomarnos, de primero, unas magdalenas de calabacín y rulo de cabra, que no se diga que no tomamos verduritas. De segundo, que no falte la tortilla de patata en versión mini acompañada de una deliciosa ensalda de pasta con vinagreta de fresas que pondremos en el centro para pinchar entre todos.
De postre, nada mejor que una pieza de fruta.

No quiero terminar esta receta si mencionar el táper tan cuqui que aparece en las fotos. Nos lo compró la abuela de los cachorritos a Vanesa y a mí cuando las cachorritas éramos nosotras, precisamente para llevárnoslos a las excursiones del cole. Yo lo conservo casi como entonces, nuevito nuevito. A mi cachorrita pequeña le gusta usarlo de vez en cuando.
Pensé que esta ocasión era muy buena para sacarlo del armario y enseñároslo. Seguro que a mi mami le hace ilusión verlo. Por cierto, que ella también participa en este reto #parallevarTS

Feliz martes y a disfrutar con recetas de las de siempre.

sábado, 7 de junio de 2014

Polos de colacao

Entramos en el mes de junio, el mes en el que comienza la época estival y todos comenzamos ya a soñar con las vacaciones de verano porque el sol ya calienta, apetece estar en la calle, huele a verano y el cole está a punto de terminar.

El resumen de todo es el inicio del calor, sol, verano. Por eso, la anfitriona de este mes del reto del reto ¡Qué rico, mami!, Beatriz, del blog "Tengo un plan B", nos ha propuesto hacer postres frequitos para los cachorritos, para afrontar los calores que se avecinan.

En este punto, mi cachorrita pequeña, amante de los helados donde las haya (salió a madre en eso, qué le vamos a hacer) y golosa hasta no poder serlo más, me resolvió la papeleta muy fácilmente y sin dudarlo ni un momento: los reyes magos le habían dejado un libro de recetas con colacao. Entre ellas había, precisamente, unos polos con colacao que llevaba pidiendo que hiciéramos desde el mes de enero, cuando SSMM lo dejaron en casa.
Esta ha sido la ocasión para hacerlos y disfrutarlos.




Ingredientes:
(las cantidades son orientativas, en función de la capacidad de las poleras)
  • 300 ml. de leche (entera o desnatada, al gusto)
  • 6 cucharadas de colacao
  • 2 o 3 cucharaditas de azúcar, al gusto. A mí no me gusta echar azúcar al colacao, pero para congelarlo, la verdad es que le viene bien un poquito.
  • Necesitarás, además, unas poleras. Pero si no tienes y no quieres más cacharrerío en la cocina porque crees que no le vas a dar uso, puedes utilizar unos envases de yogur vacíos y limpios, las cubiteras de hacer cubitos de hielo o cualquier recipiente que se te ocurra.
Elaboración:
(más sencillo, imposible)
  1. En un vaso grande o en el de la batidora, mezclamos bien el la leche con el colacao y el azúcar hasta que se disuelvan. Podemos usar la batidora, pero no es necesario.
  2. Vertemos la mezcla en las poleras cuidando de no llenarlas hasta arriba del todo porque al congelarse la leche, igual que el agua, crece y se nos puede desbordar.
  3. Tapamos bien las poleras con su tapa y metemos en el congelador durante 5 o 6  horas, hasta que estén completamente congelados. Si es de un día para otro, mucho mejor.



Observaciones:
Una vez congelado, para sacar el polo de la polera correspondiente, bastará con ponerla un minutito bajo el grifo de agua caliente. De esta manera se derrite ligeramente la parte exterior del polo y podemos sacarlo sin dificultad. También podemos dejarlo unos 5 minutos a temperatura ambiente para conseguir el mismo efecto, si es que vuestros cachorritos aguantan tanto tiempo mirando los polos sin comérselos.

¿A que ha sido bien fácil preparar un postre fresquito para el verano? Pues echad un ojo al blog de ¡Qué rico, mami! para ver las sugerencias del resto de las participantes:



Menú sugerido:
Hoy me voy a permitir sugeriros el menú para una merienda porque este polo me parece el complemento perfecto. Podéis prepararles de plato fuerte un sandwich de atún con mayonesa o con tomate frito, según el gusto del cachorrito y de postre, un polo de colacao, van a estar encantados. Aunque si tenéis un cachorrito como el mío mayor, mejor una pieza de fruta, que no le van los helados.... desde luego no sé a quién a salido porque al papá y a mí nos encantan y la cachorrita pequeña los disfruta más que nadie.


Feliz fin de semana y disfrutad de los polos.

lunes, 2 de junio de 2014

Tortilla con carne de cocido

¿Qué hacéis cuando preparáis cocido y os sobra un montón de carne?
Yo tengo varios remedios para estas ocasiones: bien lo congelo junto con la sopa (pero en cacharros separados para que el caldo de la sopa siga claro y sin trozos, porque no me gusta nada de nada) o bien preparo croquetas.
Las croquetas de cocido son las mejores del mundo, las que más me gustan a mí con diferencia, pero no las tengo publicadas en el blog, así que ya tengo tarea para la próxima vez que haga cocido y me sobre carne. En esta ocasión no pudo ser porque la uitlicé para hacer otra cosa más sencilla que las croquetas, esta tortilla con carne de cocido que me valió una cena estupenda para el cachorrito mayor que no es nada amigo de las tortillas.
Para él tomé prestada la tortilla de aceitunas a mi amiga Amalia del blog Cuadernos de cocina con tanto éxito que ahora no hay quien le haga comer una simple tortilla francesa porque "mamá, es que sabe a huevo". Por eso tengo siempre que rellenárselas de algo y en esta ocasión tenía muy a mano el sobrante de la carne del cocido.


Ingredientes:
(para dos cachorritos)
  • 3 huevos
  • carne de cocido (no indico cantidades, dependerá de lo que nos haya sobrado; podemos usar también restos de jamón o de chorizo)
  • 1 pizca de sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
Elaboración:
  1. Picamos muy fina la carne del cocido. Yo utilizo la picadora, por rapidez, pero se puede hacer a mano. Reservamos.
  2. Batimos bien los huevos en un bol, con una pizca de sal, hasta que estén ligeramente espumosos.
  3. Mezclamos la carne con los huevos batidos.

  4. Ponemos las dos cucharadas de aceite de oliva a calentar en una sartén pequeña. Cuando esté bien caliente, echamos la mezcla de huevo batido y carne y cuajamos como si fuera una tortilla de patata: primero por un lado y, cuando esté a medias, le damos la vuelta ayudándonos de un plato, para cuajarla por el otro lado.
    La dejaremos más o menos tiempo en la sartén en función de como nos guste el huevo de cuajado. Al cachorrito mayor, ya os digo, no le gusta que quede crudo, no le gusta el huevo, así que en esta ocasión la hice bien cuajadita.
  5. Servimos recién hecha.
Esta receta va a formar parte de la recopilación que Marisa, de thermofan, hace cada mes en su proyecto "Reciclando sabores" o cómo poner las sobras de la comida guapas para poder hacer otro plato tan delicioso como el primero. Aprenderemos muchas formas de reutilizar lo que ella llama "los tristes de nuestra cocina" para darles un aire nuevo, ¿os animáis a echarle un vistazo?



Y, vamos ya con el menú sugerido para hoy:
De primero tenemos hoy crema de calabacín.
De segundo, tortilla con carne de cocido, con pan de pueblo.
Y de postre nos vamos a tomar unas cerezas que ya están viniendo riquísimas y hay que aprovechar las frutas de temporada. Y si os quedáis con ganas de algo más, os dejo que os toméis un poquito de helado de galleta oreo, que parece que ya va a empezar a apretar el calor.

Disfrutad del lunes y de los cachorritos.