martes, 29 de julio de 2014

Pizza de hamburguesa con beicon

Los cachorritos llevan todo el mes de julio de vacaciones con los abuelos, en el campo, disfrutando de piscina, montaña, bicicletas y libertad para ir y venir. Nosotros vamos solo los fines de semana :( y cada viernes llegamos con un encargo diferente: "mamá, tráeme mi cámara de fotos", "papis, no os olvidéis de mis bebés y coleteros para peinarles", "traedme todos los pin y pon".
También encargos gastronómicos, no os vayáis a pensar. Y como allí no tienen horno, el encargo de uno de estos fines de semana fue una pizza porque a mis cachorritos les encanta la pizza casera y a los abuelos también.

Decidí hacerla de hamburguesa porque no he podido dejar de pensar en ella desde que se la vi a mi Romina aquí y sabía que a los cachorritos les iba a encantar porque cuando tienen que elegir cena, sobre todo el mayor, siempre duda entre pizza y hamburguesa. Pues la mezclamos y ya es el súmum.

Así que vamos ya con la receta para que podáis hacerla cualquier día de estos.


Ingredientes:
Para la masa:
  • 280 ml. de agua
  • 300 gr. de harina de fuerza
  • 200 gr. de harina de centeno integral
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • una cucharadita de sal
  • 1/4 cucharadita de azúcar
  • 10 gr. de levadura fresca de panadero.

Para el relleno:
  • 350 gr. de carne picada de ternera
  • 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 2 dientes de ajo
  • sal
  • 150-200 gr. de tomate frito
  • queso rallado del que más nos guste (mozzarella, cheddar, emmental, dependiendo de la intensidad de sabor que prefiramos)
  • 200 gr. de taquitos de beicon
  • ketchup (opcional)

Elaboración:
  1. Lo primero es preparar la masa para dejarla levar durante al menos una hora. Para ello, amasamos todos los ingredientes de la misma. Yo lo hice con la My Cook, función de amasado durante 4-5 minutos y la dejé levar en la misma jarra.
    Se puede usar la panificadora (programa de amasado con o sin levado, dependiendo de la temperatura exterior y de nuestras prisas) o la thermomix.
    Pero también podéis amasar a mano, por supuesto. Para ello formad un volcan con la harina, disolvéis la levadura en el agua y la ponéis junto con el resto de los ingredientes en el interior del volcan. Váis mezclando hasta que la mezcla se convierta en masa y se os despegue con cierta faclidad de las manos.
    Dejamos reposar (tapada con un trapo limpio o con papel film) entre una y dos horas, dependiendo de la temperatura exterior, hasta que más o menos haya doblado su volumen.
  2. Mientras tanto, vamos preparando la carne: ponemos una sartén con las 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva a calentar. Cuando el aceite esté caliente echamos los dientes de ajo y sofreímos. Retiramos los ajos e incorporamos la carne. Sofreímos, pero no la hacemos demasiado, no se nos vaya a secar al meterla luego al horno; dejamos algo cruda.
    Reservamos.
  3. Cuando la masa haya doblado su volumen, la volcamos sobre una encimera ligeramente enharinada, amasamos durante un par de minutos para desgasificar y la extendemos con un rodillo hasta que alcance el grosor deseado.
    Tend en cuenta que al hornearse volverá a crecer, no la dejéis demasiado gorda, aunque a mí me gustan las pizzas con la masa "gordita", dependiendo de los ingredientes que le pongamos, claro. Esta, en concreto, queda deliciosa con la masa esponjosa y ligeramente gruesa, como véis en las imágenes.
  4. Sobre la masa ya estirada a nuestro gusto extendemos el tomate frito, el queso rallado, la carne que hemos sofrito y los taquitos de beicon. Podemos echar también unos chorritos finos de ketchup para que sea una hamburguesa en toda regla.
    Al papá de los cachorritos le gusta reservar parte del queso rallado para echarlo de nuevo por encima de los ingredientes y en esta pizza en concreto queda especialmente bien.
  5. Horneamos a 180º durante 40 minutos aproximadamente, hasta que veamos que la masa empieza a dorarse y el queso a fundirse.
  6. Se consume recién sacada del horno, todavía caliente, ¡deliciosa!

Observaciones:
 Con las cantidades que os doy sale una pizza muy grande, del tamaño de una bandeja de horno -cenamos con ella 3 cachorritos y 6 adultos- y a mí me sobró un trocito que convertí en mini pizza. Podéis reducir las cantidades si queréis hacer menos o congelar la mitad. Os garantizo que la pizza descongelada a temperatura ambiente y con un golpecito de grill o de horno justo antes de consumirla queda espectacular. Se congela y descongela siguiendo las indicaciones que di aquí (podéis verlos pinchando en la imagen)


 Se puede sustituir la harina de centeno integral por cualquier otro tipo de harina. O poner los 500 gr. de harina de fuerza normal. A mí me gusta mucho usar harinas integrales no solo por el aporte de fibra a nuestro organismo, sino porque le da a la comida unos matices de sabor diferente, pero es absolutamente opcional.

 Ya sabéis que las pizzas admiten casi cualquier "relleno". Aquí tenéis alguna otra sugerencia, pero usad vuestra imaginación. Y la de vuestros cachorritos: los sábados de invierno se hacen un poco más amenos si les dejamos amasar un rato a su aire, elegir los ingredientes que llevará la pizza de la cena y decorarla a su gusto.

Bon apetit y ¡feliz semana! Que estamos a puntito de coger las vacaciones, ¡yuju!

martes, 22 de julio de 2014

Calamares rellenos

Llevaba tiempo queriendo cocinar este plato porque antes hacía con frecuencia chipirones rellenos tal y como podéis ver aquí. Como podéis comprobar las fotos son... ejem, dejémoslo en "de las primeras del blog" y me apetecía cambiarlas y renovar la receta porque realmente merece la pena.
Pero me he topado con un pequeño problemilla y es que últimamente no encuentro en las pescaderías chipirones rellenos (solía comprarlos ya rellenos, con sus propias patitas, a veces también con gambas). Cierto es que son caros, igual se debe a eso.

Así que decidí que ya no podía esperar más y que si no encontraba chipirones, bien podía preparar el plato con calamares y lo cierto es que el resultado ha sido muy muy bueno. Están tiernos, jugosos, sabrosos, ¡¡deliciosos!!
Comprobadlo vosotros mismos.


Ingredientes:
  • 1/2 kg. de calamares no muy grandes
  • 1 puerro
  • 1 tomate maduro
  • 2 dientes de ajo
  • 250 gr. de gambas peladas
  • 2 huevos cocidos
  • 1 vaso de vino blanco
  • aceite de oliva
  • harina
Preparación:
  1. Limpiamos muy bien los calamares, cuidando que no queden restos de la pielecilla interior ni de la espina. Retiramos las patitas y reservamos.
  2. En una sartén con una cucharada de aceite de oliva freímos las patas de los calamares. Reservamos sobre papel absorbente.
  3. Picamos muy finos el puerro y el tomate. Ponemos una sartén amplia con 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva y sofreímos primero el puerro junto con los dientes de ajo y, cuando el puerro empiece a ponerse blandito, añadimos el tomate picado. Dejamos cocer 5 minutos a temperatura media. Retiramos y reservamos la mitad del sofrito, procurando retirar la mayor parte del líquido y dejando casi solo sólido.
  4. Añadimos a la farsa que nos ha quedado en la sartén las gambitas peladas. Dejamos que se cocinen y salpimentamos al gusto. Dejamos templar y añadimos los huevos cocidos picados muy finos.
  5. Con la farsa anterior vamos rellenando los calamares, con la ayuda de una cucharita de café. Cerramos cada calamar con un palillo y vamos reservando.
  6. Ponemos al fuego una cazuela de fondo grueso con 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva, pasamos los calamares rellenos por harina y freímos por ambos lados hasta que estén ligeramente dorados.
  7. Incorporamos el sofrito que teníamos reservado, ponemos a punto de sal y añadimos el vaso de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol, tapamos la olla y dejamos cocinar unos 15 minutos a fuego bajo, removiendo de vez en cuando y comprobando la cantidad de líquido para que no se agarre.
Se sirven calientes, solos o acompañados por un poco de arroz blanco. Una pequeña delicia que sí, da un poco de trabajo, pero os aseguro que merece la pena.

Menú sugerido:
De primer plato os voy a sugerir una cremita ligera de coliflor con almendras que podéis dejar preparada con antelación y se puede consumir caliente o fresquita.
De segundo plato tenemos estos riquísimos calamares rellenos. Si os apetece mojar pan en su deliciosa salsita, no os cortéis y coged un cachito de este espectacular pan de pueblo.
De postre, una pieza de fruta, que en verano tenemos deliciosas frutas refrescantes que ya sabéis que nos aportan mucha fibra, vitaminas y líquidos para hidratarnos. Ya tomaremos un dulce para merendar, no os preocupéis.

Buen miércoles.

lunes, 14 de julio de 2014

Tarta de café y crocanti

Hoy os traigo otro dulce, otra tarta. Tengo varias esperando su turno; es lo que tiene que los cachorritos y la abuela cumplan años a la par y que, además, celebremos cada cumpleaños varias veces: una hace acopio de tartas para el blog.
Pero la que os traigo hoy se ha colado y no ha esperado su turno, os la comparto antes que ninguna por varios motivos: porque es de café (me encanta el café, pero a parte de esta mousse de café, no tenía nada más en el blog), porque es fresquita, ideal para el verano que ya sí que parece que se ha atrevido a asomar y porque gustó mucho a quienes la probaron el fin de semana pasado.

Así que hoy tengo una tarta es especial para aquellos que os gusta el café. Y si, además, os gustan las galletas mojadas en café, mejor todavía porque la base de galletas hace que al comerla, esta tarta recuerde precisamente a eso, a un café con galletas, pero en versión fresquita, especial para el verano. Su textura suave combinada con el crujiente del crocanti es deliciosa y por eso es una opción perfecta para merendar cuando hace calor.


Ingredientes:
  • 500 ml. de nata líquida
  • 1 vaso de leche
  • 6 sobres o 6 cucharadas soperas de café soluble.
  • 2 cucharadas soperas de azúcar.
  • 2 sobres de cuajada.
  • 1 bolsita de almendras crocanti para decorar
  • 1/2 paquete de galletas, las que más os gusten.
  • 2 cucharadas de mantequilla.
Elaboración:
  1. En primer lugar, tenemos que hace la base de galletas. Para ello ponemos las galletas y la mantequilla en la picadora y trituramos hasta que se deshagan y se conviertan en arenilla. Forramos con esta base el molde elegido. Si es un molde desmoldable de los que no nos gusta sacara a la mesa procuraremos forrarlo previamente con papel vegetal.

  2. Reservamos en el frigorífico mientras continuamos con el resto de la receta.
  3. Ponemos la nata y la leche al fuego; cuando esté caliente pero sin hervir, añadimos el café y el azúcar y removemos para que se disuelvan bien. Cuando alcance el punto de ebullición y siempre sin dejar de remover, incorporamos los sobres de cuajada. Dejamos al fuego medio unos minutos (ojo, no dejamos de remover en ningún momento, para que no se nos agarre al cazo) y apartamos.
    Reservamos hasta que pierda un poco de temperatura.
  4. Sacamos el molde con la base de galletas del frigorífico y vertemos con cuidado la crema de café. Dejamos reposar hasta que se enfríe. Metemos al frigorífico durante unas horas para que, a la hora de servir, esté bien fresquita.
  5. A la hora de servir decoramos con las almendras crocanti.
Como véis es bien facilita, con la ventaja de que se puede (y se debe) dejar preparada con bastante antelación porque es de esos postres que gana puntos con el reposo.
Y deliciosa, como todas las recetas que tuneo de mi amiga Chus porque no os había dicho antes que esta receta está inspirada en otra del blog Para estar por casa. Desde luego es una fuente de inspiración que no debéis dejar de visitar por ningún motivo y hace unos helados para quitar el sentido. Imprescindible.

Espero que os haya gustado y espero también poder traeros una receta que no sea dulce en breve.
Feliz martes,

jueves, 10 de julio de 2014

Clafoutis de cerezas para un #TSviajero

El verano es tiempo de viajar, de conocer otras tierras, otros idiomas, otras culturas. Soy fan incondicional de los viajes; si no tuviera un blog de cocina, creo que tendría uno de viajes.
Lo que pasa es que últimamente viajo menos de lo que me gustaría; motivos económicos, fundamentalmente, qué le vamos a hacer.
Pero internet tiene muchas cosas buenas y entre ellas está que nos permite viajar a recónditos lugares sin salir de casa que no es lo mismo, por supuesto pero si, además, añadimos un plato de la gastronomía típica del país que hemos visitado a través de la pantalla, la cosa ya va cambiando un poco, ¿verdad?
De esta manera yo he viajado a la India, a Suecia (virtualmente antes de hacerlo de forma personal) a China, a Nueva York, y a muchos rincones de la geografía española que tampoco conozco personalmente.

En esta ocasión, La cocina typical spanish también sale de viaje. Durante el mes de julio y el de agosto, meses viajeros por excelencia, se trata de recopilar recetas de otros mundos, platos que nos han gustado de nuestros viajes al extranjero, presenciales o virtuales para hacerlos formar parte de nuestro recetario.

Yo he elegido este clafoutis de cerezas, una tarta francesa originaria de Lemosín, región del centro de Francia. La masa de la tarta es ligera, parecida a la de las crepes, nada pesada, jugosita y muy rica y, tradicionalmente las cerezas se ponen enteras y con hueso, pero yo las he deshuesado porque era para una reunión familiar y no quería ningún diente roto que pudieran echarme en cara.

El nombre de la tarta, procedente del occintano clafotís que significa rellenar, hace alusión, precisamente a eso: es una tarta rellena de fruta. Se pueden encontrar versiones también a base de peras y manzanas; incluso con ciruelas o uvas pasas.

He de decir que la receta es una mixtura entre la de Patricia, del blog Las cosas de mi cocina (porque cuando vi la suya no pude resistirme a copietearla) y la que venía en el libro de tartas que me regalaron por mi cumple y que aparece en las fotos. Tardé y tardé en conseguirlo, pero ya tengo una enciclopedia repostera a la que aferrarme cual naúfrago cuando un reto dulce venga a por mí.
Y este reto ha sido facilito y rico. Dejo ya de enrollarme y voy a por la receta.


Ingredientes:
  • 500 gr. de cerezas deshuesadas (nótese que yo, en esta ocasión, usé picotas, una variedad de cerezas muy apreciadas, de calidad superior y cuya característica principal es que no tienen rabito y suelen ser más oscuras y más dulces que el resto de las cerezas)
  • 75 gr. de azúcar
  • 3 huevos grandes
  • 300 ml. de leche (yo usé semidesnatada que es la que tenía a mano)
  • 100 gr. de harina
  • 1 cucharadita de vainilla
  • una pizca de sal
  • Necesitaremos, además, un molde desmontable o tipo quiche, como el que véis en la imagen, mantequilla para engrasarlo y opcionalmente, azúcar glass para servir o helado de vainilla para acompañar, aunque yo no usé ninguna de las dos cosas.
Elaboración:
  1. Precalentamos el horno a 170º, sin aire.
  2. Engrasamos el molde y reservamos.
  3. Mezclamos los huevos con el azúcar, hasta que espume ligeramente. Añadimos la leche, la vainilla, la sal y la harina y mezclamos con la batidora o a mano hasta que esté bien integrado, sin grumos.
  4. Colocamos las cerezas en el molde y vertemos por encima la masa líquida.
  5. Horneamos a 170º durante unos 45 minutos, dependiendo del horno. Antes de sacar, pinchamos en el centro con un palillo para asegurarnos de que está bien cocida.
Es una tarta muy suave; lleva poca harina, de modo que su textura recuerda ligeramente al flan, perfecta para terminar una comida en buena compañía. Merece la pena guardar unas pocas cerezas (o picotas, en este caso) y salvarlas del ansia glotona de aquellos que, como mis cachorritos y yo, no podemos dejar de comerlas simplemente lavadas, para hacer esta tarta, no os arrepentiréis.


Y si queréis seguir viajando a través de la gastronomía, no dejéis de visitar el blog de La cocina typical spanish y ver a dónde nos llevan los platos de mis compañeras, ¡seguro que nos sorprendemos!


Feliz viaje ;)

lunes, 7 de julio de 2014

Fingers de pollo

La receta que os traigo hoy es de esas que da vergüenza publicar porque son sencillas no, sencillísimas.
De hecho, no se me habría ocurrido publicar estos sencillísimos fingers de pollo si no fuera porque la anfitriona de este mes para el reto "Qué rico, mami", Bea, de Bea recetas y más, no nos hubiera retado a cocinar comidas take away especialmente pensadas para niños.
Y pocas cosas hay que a los cachorritos, al menos a los míos, les guste más que unos filetes de pollo empanados. Si los hacemos de esta manera, en versión fingers, son aún más fáciles de comer fuera de casa, con las manos, directamente del táper a la boca.
Los he rebozado, además de con pan rallado, con cereales de desayuno, para darles un toque más crujiente que los hace deliciosos.


Ingredientes:

  • 1 o 2 filetes de pechuga de pollo por persona.
  • 1 huevo batido
  • pan rallado
  • cereales de desayuno, tipo cornflakes
  • sal
  • especias al gusto, pero como son versión infantil, yo he prescindido de ellas. En general los niños no son muy amigos de las especias.
  • Aceite de oliva para freír.
Preparación:

  1. Cortamos los filetes de pollo en tiras, retirando la grasa y las ternillas si las hubiera. Salpimentamos al gusto.
  2. Mezclamos el pan rallado con los cereales y reservamos.
  3. Pasamos las tiras de filete de pollo por huevo batido y luego por la mezcla de pan rallado y cereales cuidando de que toda la superficie quede bien cubierta. Reservamos.
  4. Ponemos a calentar en una sartén un buen fondo de aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, vamos friendo las tiras de pollo por ambos lados, que queden doraditos, pero no quemados.
  5. Depositamos sobre un papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite y ¡listos!

Estos fingers son perfectos para meter en el táper y salir de excursión. Podemos acompañarlos de alguna salsa para hacerlos más divertidos, pero lo cierto es que los filetes empanados conservan bastante bien su jugosidad y están muy ricos sin calentar, directamente de la tartera a la boca. Si podemos, los colocamos un ratito al sol para que cojan un poco de calor y ¡deliciosos!

Menú sugerido:

Se me ocurre que, si podéis disponer de una nevera en la que conservar las bebidas frías, bien podéis incluir un táper bien grande de gazpacho para tomarlo de primer plato. Os refrescará, os mantendrá hidratados (tan importante en los días calurosos) y os dará un chute de vitaminas importante.
Continuáis con los fingers de pollo y rematamos con una buena rodaja de sandía o melón, frutas refrescantes y perfectas para estas ocasiones.


Pero si os apetece incluir en vuestro menú take away otro plato, podéis llenaros de sugerencias visitando el blog ¡Qué rico, mami!.

Bon apetit.

jueves, 3 de julio de 2014

Helado de cheesecake con mermelada de fresas

Este año el verano no se decide a entrar del todo. Nos mira tímidamente desde la ventana unos días, nos hacemos ilusiones y se retira para espiarnos mientras nos preguntamos cuándo vamos a poder usar los bañandores y las cremas protectoras.
Sin embargo las heladeras caseras ya se han puesto en funcionamiento y yo llevo semanas viendo por la red recetas de helado. A mí el helado me apasiona; podría vivir en verano a base de estas delicias frías que, además, son un acicate para la creatividad y la imaginación porque ya no nos conformamos con los helados de toda la vida de chocolate y vainilla, noooo, ahora los hacemos de casi cualquier cosa y yo, todos los que veo, los quiero hacer y comer, claro.



Así que cuando vi esta receta a mi amiga Chus, del blog Para andar por casa, no opuse resistencia. Sabía que tendría que preparar este delicioso helado de cheesecake o tarta de queso. Y aquí está. Sencillamente delicioso, me encanta el toque ligeramente salado que le da el queso de untar en contraste con el dulzor de la mermelada (casera, por supuesto) y la cremosidad del propio helado en contrapunto con el crujiente de los trozos de galleta.
Una merienda deliciosa y un capricho irresistible.

Ingredientes:
  • 250 gr. de queso de untar, tipo philadelphia
  • 400 ml. de nata para montar (35% de materia grasa)
  • 115 gr. de azúcar
  • 35 ml. de azúcar invertido (podéis ver la receta pinchando en el nombre)
  • 200 ml. de leche entera
  • 4 o 5 cucharadas de mermelada de fresa (igual, la receta, pinchando en el nombre)
  • 10 galletas de las que más nos gusten. Yo usé unas tipo digestive.
Elaboración:
  1. Montamos la nata bien fría junto con el azúcar, hasta que esté firme. Reservamos en el frigorífico.
  2. Mezclamos el queso de untar junto con el azúcar invertido y la leche, con cuidado para que no queden grumos.
  3. Integramos ambas mezclas con movimientos envolventes para que la nata no se monte y reservamos unas horas en el frigorífico para que esté bien fría.
  4. Mantecamos el helado. Podemos hacerlo de varias formas:
Con heladera:
Montamos la heladera, la ponemos en funcionamiento y vamos incorporando la mezcla anterior por el bocal. Dejamos que trabaje durante unos 40 minutos.
Sacamos de la heladera, vertemos en un recipiente que pueda ir al congelador y mezclamos con las galletas partidas en pedacitos y con la mermelada de fresa.
No mezclaremos demasiado: queremos conseguir trozos que se noten en el paladar y que la mermelada no tiña el helado entero.

Yo lo repartí en vasitos individuales reutilizados de otros helados que me había traído de una reunión familiar. Para mí, la solución perfecta, porque son porciones individuales fáciles de sacar del congelador cuando uno quiere un heladito.
Podéis usar también los recipientes de los yogures vacíos y lavaditos.

Sin heladera:
Vertemos la mezcla en un recipiente que pueda ir al congelador, lo cerramos bien y dejamos dentro durante una hora.
Sacamos del congelador y batimos la mezcla. Volvemos a meter al congelador. Esta operación habrá de repetirse unas 3 o 4 veces y tiene como finalidad romper los evitar que la mezcla cristalice para conseguir un helado cremoso, no un bloque de hielo.
Después de batir por última vez, incorporamos, igual que en el caso anterior, las galletas en trocitos y la mermelada de fresa, de manera que queden pedacitos enteros.

En ambos casos es necesario que, después de mantecado, el helado esté una hora al menos en el congelador antes de consumirlo, para que endurezca un poco.

Puede ser necesario sacarlo del congelador unos 5-10 minutos (dependiendo del calor que haga fuera) antes de consumir.



Observaciones:
Y Los helados consiguen su cremosidad gracias a la materia grasa; hay que asumirlo, los helados engordan. Podéis intentar usar ingredientes más ligeros, pero será a costa de la textura del helado. Que no quiere decir que vayan a estar malos de sabor, pero no tan cremosos.
Ahora bien, yo usé solo la mitad de leche entera porque me quedé sin; el resto fue desnatada. No creo que se haya notado demasiado en el contenido calórico del postre dado el resto de los ingredientes usado, pero tampoco lo he notado en la texura. Supongo que porque, proporcionalmente, no ha sido demasiada cantidad. No os la juguéis si queréis un helado de categoría.
Y Para hacer el helado con heladera sin compresor (vamos, la de Lidl que es la que tenemos casi todos porque relación calidad precio yo creo que no hay quien dé más) es necesario tener la cubeta en el congelador durante al menos 24 horas antes de empezar a usarla. Es un pequeño inconveniente porque nos obliga a planificarnos, no podemos tener antojo de helado y hacerlo ya mismo.
Salvo que terminemos de hacer uno, la lavemos y la volvamos a meter en el congelador. Pero, aún así, hasta mañana, no hay tu tía. Mejor, así podemos disfrutar del que acabamos de preparar.
Y Pequeño truquillo para que la mezcla del helado no se quede pegado a las paredes de la cubeta: si la mojamos debajo del grifo justo antes de comenzar a usarla, perderá la fina capa de hielo que se ha quedado a la superficie metálica. De esta manera el helado no se quedará pegado a ella. Comprobad si no, antes de hacer esto que os he dicho, como el dedo se os queda ahí pegadito... pues la mezcla también y más, claro, porque está 40 minutos ahí dentro y las palas no rozan las paredes. El líquido que se quede ahí pegado, ahí se queda congelado, no se mantecará bien.

Espero que os guste este helado, os garantizo que es delicioso. Tanto que le he preguntado al papá de los cachorritos de qué quiere que hagamos el siguiente y ¡se ha empeñado en que sea el mismo! Si cuando yo digo que es de sota, caballo y rey...

Buen finde ;)