martes, 12 de agosto de 2014

Cerrado por vacaciones

Un año más, Cocinando para mis cachorritos cierra por vacaciones.

Confieso llevar ya un par de días disfrutando, en este caso de la montaña, del Pirineo oscense que tanto nos gusta a los cachorritos y a sus papás. Pero tenía que participar en el reto de La cocina typical spanish, así que dejé programado mi #TSviajero (un delicioso helado de tiramisù que podéis ver aquí) antes de meter el equipaje en el coche.

De modo que me despido hasta septiembre, deseando que paséis un feliz verano, unas muy divertidas vacaciones y que descanséis, toméis el sol siempre con precaución y disfrutéis de la gastronomía del lugar al que hayáis decidido viajar.

Besos y ¡nos vemos a la vuelta!



domingo, 10 de agosto de 2014

Helado de tiramisù para un #TSviajero

Si hay un postre que me gusta es, sin lugar a dudas, el tiramisù. Ya conté aquí mis peripecias italianas en busca de un tiramisù que finalmente sí pude degustar allí. Delicioso. Y en este blog encontraréis también otras recetas de tiramisù menos ortodoxas porque aunque también he hecho en casa la versión clásica, no la he publicado aún en el blog; todo se andará.

Este año me ha dado por los helados. Tampoco es que me haya hecho una maestra heladera en unos meses, pero el helado es una de las cosas que más me gusta del verano (además de las vacaciones, la playa, viajar y un sinfín de cosas más) y he disfrutado mucho haciéndolos. Y comiéndolos, todo hay que decirlo: me voy de vacaciones y dejo el congelador desolado de helados; habrá que rellenarlo a la vuelta...

En fin, que como para este mes de agosto, La cocina typical spanish también proponía salir de viaje y traernos un plato que hayamos adorado de nuestros viajes al extranjero, decidí hacer este helado de tiramisù.
No es nada fácil, como podréis comprobar, fotografiar un helado con 35º a la sombra y eso que este no está siendo el verano más caluroso de la historia. Así que me disculparéis porque se aprecia en el fondo de la copa que empezaba a derretirse y a pedir a gritos que metiera la cuchara y acabara con su sufrimiento.


Ingredientes:
  • 2 yemas de huevo
  • 2 tarrinas de queso mascarpone
  • 250 ml. de nata para montar
  • 2 cucharadas de azúcar invertido
  • azúcar blanquilla
  • 8 o 10 galletas tipo digestive (tradicionalmente, bizcochos savoiardi, pero me quedé sin ellos, sin soletilla ni ningún otro tipo de bizcochos; las galletas dan el pego perfectamente)
  • 1 taza de café expreso
  • 1 cucharada de licor aromático, el que tengamos en casa.
  • Para la versión infantil sustituimos el café y el licor por leche chocolateada.
Elaboración:

  1. Montamos la nata con 2 cucharadas de azúcar. Reservamos en el frigorífico.
    (podéis saltaros el paso de montar la nata o dejarla solo semi montada; lo he hecho de casi todas las formas posibles y lo helados salen igual de ricos)
  2. Mezclamos el queso mascarpone con las yemas de huevo, incorporando estas una a una hasta que quede cremoso. Añadimos el azúcar invertido y mezclamos con la nata montada. Comprobamos el punto de dulzor de la crema y mantecamos.
  3. Para mantecar el helado ya sabéis que existen varias opciones:
    Usar la heladera: vertemos la mezcla en la cubeta de la heladera y dejamos funcionando entre 30 y 40 minutos. Guardamos en el congelador hasta el momento de su consumo.
    Sin heladera: vertemos la mezcla en un bol que podamos congelar y metemos en el congelador. Cada 40-50 minutos lo sacamos y lo batimos con la batidora eléctrica para romper los cristales de hielo y conseguir un helado cremoso. Tendremos que batir 3 o 4 veces.
    (de hecho, este helado está hecho sin heladera porque la mía decidió dejar de girar en el momento menos oportuno y gracias a mis heladeras de cabecera, Amalia y Chus, conseguí sacar adelante esta pequeña delicia)
  4. En ambos casos, como paso final tendremos que mojar las galletas en el café con licor y mezclar las galletas con la crema de helado justo antes de meterlo por última vez al congelador.
    Este punto de galletas con café (o, como os dije antes, con leche chocolateada en la versión infantil) es lo que le da el punto especial para que sepa de verdad a tiramisù helado. No os lo saltéis, en serio. Es una auténtica delicia encontrarte un trocito de estas galletas en una cucharadad de helado.


Consejillos:
 Es mucho más cómodo poner los helados ya terminados en vasitos y congelarlos en formato individual. Sacar bolas de un helado casero es, no digo que misión imposible porque ya véis en las imágenes que se consigue, pero bastante complicado. A mí me resulta mucho más cómodo y práctico usar formatos individuales y sacar del congelador solo la porción que vayamos a consumir. Podemos usar poleras, vasitos, tarritos de cristal o lo que tengáis más a mano, pero individual, mucho mejor.

 Si no tenéis heladera, no renunciéis a hacer vuestros propios helados caseros. Yo llevo varios veranos postergándolo y ahora que me he lanzado descubro que no me hacía casi ni falta. El truco de batirlo cada hora aproximadamente da muy buenos resultados, aunque tiene una pega y es que tienes que estar en casa.

Solo me queda deciros que disfrutéis por el viaje por el mundo que nos propone La cocina typical spanish. Pinchad aquí para ver a donde nos llevan los platos de mis compañeras:


Y desearos, ahora sí, felices vacaciones, viajeras o no.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Tarta de queso

Para celebrar que estoy de vacaciones, os voy a regalar un trocito de una deliciosa tarta de queso, no os quejaréis.
Es una de las miles que hice para las múltiples celebraciones de los cumples de los cachorritos y se la copié a mi amiga Isabel (podéis ver la suya aquí), pero yo usé queso sin chocolate porque la quería de queso queso y, además, introduje alguna otra variación que ahora os cuento para que el sabor a queso fuera aún más intenso.
Así que es una tarta con extra de queso.


Ingredientes:
  • 500 ml. de nata líquida
  • 1 vaso de leche
  • 300 gr. de queso tipo philadelphia
  • 1 rodaja de queso de rulo de cabra (esta es la variación que introduje respecto a la receta original porque me quedé corta con la cantidad que aquella pedía)
  • 6 cucharadas soperas de azúcar.
  • 2 sobres de cuajada
  • Mermelada de arándanos, frambuesas, moras o fresas para decorar (aquí podéis ver recetas de mermeladas caseras que os irán de maravilla para esta tarta)
  • galletas para la base, las que más os gusten
  • 2 cucharadas de mantequilla
Preparación:
  1. Primero hacemos la base de galletas: las trituramos junto con la mantequilla en una picadora y forramos con ella el molde que vayamos a usar (podéis ver el paso a paso detallado aquí).
    Reservamos en el frigorífico mientras preparamos el resto de la tarta.
  2. Ponemos en un cazo al fuego la nata, el vaso de leche y el azúcar. Cuando comience a hervir bajamos la temperatura e incorporamos los dos tipos de queso. Removemos bien para que se derritan; incorporamos entonces los dos sobres de cuajada y conservamos en el fuego hasta que llegue de nuevo al punto de ebullición.
  3. Dejamos cocer 2 o 3 minutos sin dejar de remover para que no se agarre y retiramos del fuego.
  4. Dejamos reposar unos 5 minutos para que se temple un poco y vertemos sobre la base de galletas. Dejamos templar y metemos al frigorífico. Debe estar 3 o 4 horas para que cuaje bien, pero de un día para otro los sabores se asientan y está mucho más rica, el sabor a queso será más intenso.
  5. Antes de servir, desmoldamos y extendemos la mermelada por encima; podéis ver la pinta que tiene.


Como es una tarta sin horno de las que, además, están más ricas fresquitas, es perfecta para el verano. Si os gusta el queso, os encantará esta tarta, garantizado.
Os espero con una última receta antes de cerrar el blog el día 10 de agosto, ese día publicamos la nueva receta #TSviajero. Si os apetece participar, pinchad aquí y ved las bases, ¡aún hay tiempo!

sábado, 2 de agosto de 2014

Polos de horchata

Una de las cosas que más me gustan del verano es la horchata.
Pero la horchata rica de verdad, esa que sabe a gloria porque te la tomas en una terracita nocturna con la brisa del mar y con los que más quieres a tu lado. Y preferiblemente en levante, nunca he tomado una horchata buena buena de verdad en ningún otro sitio, qué se le va a hacer, cada uno tiene sus cosas ricas y los valencianos (entre otras, por supuesto) tienen la horchata.
Porque la horchata me sabe a verano, a vacaciones, a playa, a amigos muy queridos, a paseos nocturnos en familia -aunque conocí a un valenciano que me aclaró que los únicos que tomábamos horchata por las noches éramos los madrileños, que los valencianos "de pura cepa" la tomaban para merendar con sus fartons-, por eso quise hacer estos polos de horchata que véis aquí.
La receta la saqué de un blog hiperfamoso, pero me salió fatal, así que la retoqué hasta que quedó a nuestro gusto y os aseguro que salieron unos polos de lo más cremoso y esta vez, ¡¡sin heladera!!
¿Sinceramente? Creo que me decanto por hacer los helados sin ella, aunque todavía estoy en pañales con la maquinita y no la domino del todo, pero he hecho dos (aaaaahhhhh, el otro ya lo veréis, no me seáis impacientes) sin ella que han salido de vicio.

Ingredientes:
  • Un yogur griego
  • 750 ml. de horchata
  • 250 ml. de nata para montar
  • 2 cucharadas de azúcar invertido
  • 2 cucharadas de azúcar normal.
Elaboración:
  1. Montamos la nata junto con las dos cucharadas de azúcar normal y reservamos en el frigorífico.
  2. Mezclamos la horchata con el yogur y las dos cucharadas de azúcar invertido. Cuando tengamos una mezcla homogénea, sacamos la nata montada del frigorífico y la mezclamos con la crema de horchata. Probamos para comprobar si la dulzura es la adecuada a nuestros gustos.
  3. Ahora tenemos que mantecar la crema para que se convierta en helado. Tenemos dos métodos:
    Con heladera: la ponemos en funcionamiento (atención: la cubeta tendrá que haber estado en el congelador al menos durante 24 horas antes de su uso) y vertemos la crema de horchata. Dejamos trabajar a la máquina durante unos 40 minutos.
    Sin heladera: ponemos la crema de horchata en un recipiente apto para el congelador, lo tapamos bien y congelamos. Cada hora o 45 minutos tendremos que sacar la mezcla del congelador y batirla bien con la batidora para romper los cristales de hielo y conseguir así una textura cremosa.
    Repetimos esta operación unas 3 o 4 veces. Después de la última vez que hemos batido la mezcla, rellenamos las poleras sin llegar al borde y las tapamos con esas tapas tan chulis que tienen. Metemos al congelador hasta la hora de consumir.
    A mí me sobró crema (no tenía tantas poleras) que usé para rellenar unos vasitos porque he descubierto que es mucho más práctico congelar los helados en formatos individuales.
Queridos lectores, tengo que anunciaros que para cuando leáis esta entrada yo ya estaré oficialmente de vacaciones, ¡¡¡yupi!!! Todavía estaré unos días en Madrid, pero las entradas que leáis en los próximos días y hasta que cuelgue el cartelito de "cerrado por vacaciones" serán programadas. Andurrearé un poco por facebook (aquí) pero estaré dedicada a descansar, a ponerme morena y a jugar con los cachorritos. Falta me hace.

Feliz finde