jueves, 26 de abril de 2012

Ensalada con queso y nueces



Una ensalada casa siempre con todo, como guarnición, para compartir o, incluso, como plato principal.
Esta que os propongo hoy y que nos sirvió como cena, acompañando a unas tostas calentitas, lleva:
  • tomates cherry
  • lechuga
  • queso de cabra
  • nueces
Y su elaboración, como la de cualquier ensalada, es bien sencilla. No hay más que lavar la lechuga y el tomate, picarlos, disponerlo como base y añadir después las nueces peladas y los taquitos de queso.
Nosotros la aliñamos con sal aceite de oliva virgen y un poco de vinagre de módena.

lunes, 23 de abril de 2012

Guiso de pavo con verduritas y cuscús

 Un plato sencillito, sabroso y completo porque tiene las proteínas de la carne, verduritas y los hidratos del cuscús que, por añadidura, está muy rico.

Ingredientes:

  • 500 gr. de carne de pavo, troceada ya para guisar.
  • 1 puerro, cortado en rodajas
  • 2 zanahorias, peladas y cortadas también en rodajas
  • medio vasito de vino blanco
  • 1 vaso de cuscús
  • aceite de oliva
  • una cucharadita de mantequilla
Y, como en esta ocasión, no podía demorarme en preparaciones muy elaboradas, opté por utilizar la cocifacil y dejarlo programado. Lo hice así:
  • Echar en la cubeta un chorrito de aceite de oliva y rehogar en el menú plancha el puerro y la zanahoria. Se puede rehogar un poco también la carne.
  • Cancelar el menú plancha, añadir la carne si no se ha hecho ya, verter el vino y una cucharadita de sal.
  • Seleccionar el menú pollo, 10 minutos.
A parte, preparar el cuscús siguiendo las instrucciones del paquete. En mi caso, lo hice de la siguiente manera:
  • Poner al fuego un cazo con un vaso de agua, una pizca de sal y otra de aceite de oliva
  • Cuando rompa a hervir, se echa la misma cantidad de cuscús que de agua, se apaga el fuego, se remueve y se deja reposar 5 minutos
  • En este momento, añadir una cucharadita pequeña de mantequilla, encender de nuevo el fuego bajo y remover hasta que la mantequilla se integre bien con el cuscús.
Servir el guiso de carne junto con el cuscús.

Como he dicho antes, también se puede cocinar este plato en una olla tradicional. Se rehogaría, igualmente, el puerro y la zanahoria; se incorporaría después la carne y el vino y se dejaría cocer unos veinte minutos. Es probable que, en este caso, nos hiciera falta algo más de líquido que en la cocifacil porque en esta no se evapora nada al estar completamente cerrada. Y lo serviríamos, igualmente, con el cuscús.

Reivindicando las magdalenas


Recetas de magdalenas hay muchas en la red, tantas que es complicado elegir.
Y la cosa se complica aún más cuando nos metemos en harina y descubrimos, además de las magdalenas, los llamados muffins y cup cakes que parecen lo mismo, pero no lo son, aunque al final muchas veces se termine llamando muffin una magdalena, para enrevesar aún más la cosa.

Los cup cakes son tartas individuales, con sus adornos de nata, trufa o el adorno que se quiera poner por encima que complica algo la elaboración y la hace también más vistosa. Sería un híbrido entre los pastelillos de toda la vida y las magdalenas; más apropiados, desde mi punto de vista, para una celebración que para un desayuno habitual.

Los muffins son la versión americana de las magdalenas. Más sencillos que los cup cakes, se diferencian de las magdalenas en su textura más densa, menos esponjosa que estas. Es frecuente encontrar muffin rellenos de frutas o con yogur o nata incorporados a la masa.
Y, si lo queremos complicar todavía más, he de añadir que los muffins de los que os he hablado son los americanos, pero que también existen los muffins ingleses que nada tienen que ver con las magdalenas ni remotamente.

Así que, después de investigar un poco, decidí que yo quería desayunar magdalenas caseras, pero de las de toda la vida y por ese motivo elegí esta receta que, de todas maneras, yo he adaptado un poco.



Ingredientes:
  • 2 huevos L.
    En la receta original ponía 125 gr. de huevo; yo pesé dos de los que tenía en casa y pesaban 155 gr. Pues 2 huevos.
  • 175 gr. de azúcar.
  • 60 ml. de leche desnatada
  • 100 ml. de aceite 
  • 100 gr. de harina integral
  • 110 gr. de harina de repostería 
  • 5 gr. de levadura química
  • una pizca de canela en polvo (se puede prescindir de ella)
  • el zumo de un limón (unos 70 ml, algo más si los huevos son pequeños)

Elaboración:
  • Batimos los huevos con el azúcar hasta que la masa adquiera un aspecto blanquecino:
  • Agregamos, entonces, los demás ingredientes y, cuando consigamos una mezcla homogénea, continuamos batiendo durante 2 o 3 minutos para incorporar aire a la mezcla y conseguir unas magdalenas más jugosas.
  • Dejamos reposar esta mezcla durante al menos una hora en el frigorífico.
    Este reposo es fundamental para que se desarrolle el gluten de la harina y quede una magdalena alveolada y esponjosa. Mínimo una hora, pero pude pasar, si os apaña, toda la noche la masa reposando en el frigorífico.
  • Precalentamos el horno a 250º y, mientras va cogiendo temperatura, preparamos las cápsulas de las magdalenas: si usamos cápsulas de papel, es conveniente meter estas dentro de flaneras de aluminio o en las bandejas especiales que venden para este fin, para evitar que el papel se abra y conseguir, así, que la masa suba hacia arriba formando el deseado copete.
  • Rellenamos las cápsulas de las magdalenas solo hasta las 3/4 partes de los moldes.
    Para hacer más fácil la labor de rellenado, vertí la mezcla en una jarra pequeñita que venía con la plancha, que tiene pico. Se puede, también, utilizar la manga, un cucharó o una jeringuilla grande. Cada maestrillo, ya sabéis que tiene su librillo.
Observad las cápsulas dentro de las flaneras de aluminio.
  • Espolvorear con azúcar, si se desea, para que salga luego la costra tan típica de algunas magdalenas. Yo espolvoreé algunas con azúcar blanquilla y otras con azúcar moreno, para ver la diferencia. La costra más bonita que se puede apreciar en algunas magdalenas ya horneadas es de las que están espolvoreadas con el azúcar blanquilla.
  • Horneamos a 180º unos 15 minutos.
    El tiempo es muy variable, cada horno es diferente. Estad atentos, no se os vayan a quemar y sacadlas cuando estén doraditas y la costra de azúcar formada, pero tened la precaución de pincharlas con un palito para saber que están cocidas del todo.

    Observaciones:
    Esta receta ha sido editada para su mejor redacción en abril de 2014.
    Es fundamental el uso de flaneras de aluminio o bandejas especiales para muffin para contener las cápsulas de papel y facilitar así el crecimiento del copete. Si embargo, si se usan cápsulas de silicona no será necesario, en función del grosor de la silicona. Si tenéis dudas, mejor usar las flaneras.

    Podéis ver más recetas de magdalenas pinchando aquí.

    ¡Felices desayunos!

    viernes, 20 de abril de 2012

    Aclaración sobre los tiempos de horneado

    He recibido una "queja" sobre la receta del bizcocho de zanahoria. Las instrucciones que di eran "30 minutos a 160º", indicando que también se podía hacer en el horno, pero sin hacer la traducción de temperatura y tiempo.

    Por desgracia -desde mi punto de vista, casi mejor, por suerte- la cocina no es una ciencia exacta y mucho menos lo son la repostería ni, muy especialmente, la panadería. Al hacer pan, como ya he mencionado alguna vez, la temperatura del ambiente influye muchísimo en los tiempos de leudado, por ejemplo. Pero también el tipo de harina, la cantidad de líquido que admita, si usamos levadura o preferimos masa madre, son factores muy determinantes de los tiempos de reposo y cocción.
    En cuanto a la repostería, la principal diferencia e inconveniente con el que podemos tropezar es el horno. Cada horno es un mundo y reparte el calor de una manera diferente, por lo que es prácticamente imposible dar tiempos y temperaturas exactos para una receta. De modo que la primera conclusión que debemos sacar es que los tiempos de horneado que se dan han de ser siempre aproximados y que tenemos que acostumbrarnos a vigilar nuestras creaciones para asegurarnos de que no se queman o se quedan crudas.
    Y esto es aplicable a la repostería especialmente, pero en general a toda la cocina. 
    Por ese motivo, muchas, muchas veces leeréis en mis recetas expresiones como "dejar cocer 20 minutos aproximadamente", "hasta que esté bien hecho", "que no se quede crudo".

    Ahora bien, hablando de los bizcochos que últimamente yo suelo hacer en la cocifacil o en la panificadora, pero que pueden hacerse (todos) también en el horno, como norma general podemos decir que en el horno deben estar unos 45 o 50 minutos a 180º.
    Insisto, por favor: no os lo toméis al pie de la letra porque puede haber algún bizcocho que esté suficientemente cocido antes o que, por algún motivo, necesite estar un tiempo más.

    Además, tenemos que tener en cuenta otros factores que también nos influyen, a saber:
    • ¿Qué tipo de molde has usado?
      Los moldes "tradicionales" de barro, cerámica o, incluso, los desmontables de aluminio, mantienen durante más rato el calor, de modo que al sacar el bollo del horno, siguen transmitiendo temperatura al interior de este, permitiendo que continúe durante un rato la cocción del mismo.
      Así que, si usamos un molde de este tipo, podemos permitirnos el lujo de sacar el bizcocho un pelín antes de tiempo (ojo, un pelín poco hecho, no medio crudo) del horno.
      Pero si usamos un molde de silicona, esto no ocurrirá y tendremos que asegurarnos de que esté bien hecho antes de sacarlo. Sabéis que se puede comprobar pinchando con un palito o con un cuchillo fino.
    • ¿Has precalentado el horno antes de meter la mezcla?
      Podemos acordarnos de encender el horno en el momento en que nos ponemos a mezclar los ingredientes. De esta manera va calentándose y cuando metamos nuestro bizcocho, el horno directamente se pone a cocinarlo, no tiene que entretenerse primero en coger calor él mismo.
    • ¿Cómo quieres que sea tu bizcocho?
      No es lo mismo querer uno finito y alargado que uno más gordo y estrecho. Los bizcochos finos, como norma general, tardan menos en cocerse porque el calor tarda menos tiempo en llegar al interior de la masa.
    • ¿Se os ocurre algún factor más que pueda influir?
      Anímate a dejar un comentario.

    jueves, 19 de abril de 2012

    Tostas con pan casero




    ¿Cuál es el complemento perfecto a mi panificadora?
    El hornillo de mi chico: 

    Se cortan un par de rebanadas de cualquiera de los panes que hago con la panificadora, se ponen los ingredientes elegidos sobre ellas y se colocan en la bandeja del hornillo, con las dos resistencias encendidas, unos 15 minutos, dependiendo del grado de tueste que a cada uno nos guste y se sirve acompañado de una ensalada.

    En este caso, era pan integral con semillas; sobre una de las rebanadas untamos un poco de sobrasada, con una lonchita de queso y sobre la otra, jamón serrano y queso. 

    Muy rico, muy sencillo y muy rápido.

    Bizcocho de yogur y plátano en panificadora


    Ayer no tenía mucho tiempo, pero sí ganas (y también necesidad) de hacer un bizcochito para el desayuno de hoy, motivo por el cual decidí hacerlo en la panificadora porque, de esta manera, me ahorro el batir los ingredienes: es ponerlos todos en la cubeta y seleccionar el programa y dejar que la propia máquina lo haga solita; no es tan rápida como la cocifacil, por ejemplo, pero es ideal para esos momentos en los que tienes mil cosas que hacer y pocas horas al día para hacerlas.

    Los ingredientes, son los del típico bizcocho de yogurt que todas las madres han hecho en algún momento de su vida, pero con alguna pequeña variante que introduzco a veces, según la marcha y la disponibilidad de mi despensa. Ayer yo usé:
    • un yogur griego de stracciatela. Normalmente lo hago con yogur natural, pero el que descubrí ayer en el frigorífico estaba caducado desde hacía casi dos meses y no me atreví a usarlo. La alternativa era un yogur de fresa (lo que no me convencía nada de nada) o un yogur griego de stracciatela. Pensé que los trocitos de chocolate casarían bien con el resto. Y acerté.
    • 1 sobre de levadura, tipo Royal
    • 3 huevos
    • 1 plátano muy maduro que tenía en el frigorífico y que ya no nos íbamos a comer, porque en casa no nos gusta la fruta tan blanda. Lo aplasté con un tenedor antes de añadirlo a la cubeta.
    Tomando como medida el vasito vacío del yogur, necesitamos, además:
    • 1 medida de aceite de oliva,
    • 2 medidas de azúcar,
    • 3 medidas de harina.
    Se introducen todos los ingredientes en la cubeta de la panificadora y se selecciona el programa de dulces, según el modelo. Al terminar el programa a mí me gusta dejar el bizcocho un ratito dentro de la cubeta, pero fuera ya de la máquina, para que termine de hacerse; además de que de esta manera es mucho más fácil desmoldarlo después.

    Sin panificadora, también se puede hacer a la manera tradicional, mezclando todos los ingredientes con la batidora y utilizando un molde o una bandeja que podamos meter en el horno, engrasándola previamente si es necesario -porque hay algunos que no necesitan este paso y cada cual conoce mejor que nadie su propio menaje- y metiéndolo en el horno a 180º durante 30 minutos. Es importante comprobar, antes de sacarlo del horno, que el bollo está bien cocido por dentro, pinchando con un palito en el centro.
    Pero precisamente lo que más me ha gustado a mí de esta versión es que, al mezclarse los ingredientes con la pala amasadora de la panificadora, los trocitos de chocolate del yogur no triturado con los demás ingredientes, como pasaría con la batidora, si no que han quedado mezclado, pero enteros. Muy rico.

    Probadlo para merendar.

    Esta receta ha sido donada para una buena causa, idea de Maite, del maravilloso blog Hierbas y Especias.
    Se trata de hacer un recopilatorio de recetas elaboradas con piña o plátano que se donará a Frutas Justas.
    Actua


    El objetivo último no es otro que el intentar concienciarnos unos a otros de la necesidad de un comercio justo y de las situaciones que viven los trabajadores que cultivan estos productos para que nosotros podamos consumirlos más baratos. Más barato para nosotros significa pobreza y miseria para ellos.
    Mai lo explica maravillosamente aquí.



    No puedo si no copiar los cinco puntos básicos que ella propone para intentar paliar esto:
    1. consume local...compra más en fruterías y pequeños establecimientos evitando las grandes cadenas que están hundiendo los precios en origen.
    2. cuando tu bolsillo te lo permita, compra productos de precio justo... si no puedes siempre, ayuda de vez en cuando con pequeñas compras. 
    3. piensa que ciertos productos bio no son ni mejores ni peores para tu salud pero sí lo son para quienes los trabajan.
    4. si los gobiernos y organizaciones internacionales no miran por el bienestar de la personas, hazlo tú... no los condenes al olvido.
    5. deseo una vida más justa y más sana, como la mía... ojalá algún día, todo el mundo tenga lo que yo tengo.... ni más ni menos. 

    lunes, 16 de abril de 2012

    Chipirones en su tinta




    Me gusta mucho como queda esta receta, con su salsita negra que le da un toque diferente y, aunque la primera reacción de los niños fue de rechazo ("¿qué es esto?, ¡¡qué asco!!", dijo Aitana), al final lo probaron, les gustó y se terminaron todo, con gusto.
    No era la primera vez que lo comíamos en casa, pero es cierto que hacía bastante tiempo desde la última vez; espero no dejar pasar tanto tiempo para la próxima.

    Los ingredientes que yo utilicé, son los siguientes:

    • 750 gr. de chipirones rellenos. Yo los compré ya limpios y rellenos por ahorrarme trabajo porque limpiar los chipirones y, además, rellenarlos es un trabajo inmenso, de mucho tiempo que no es precisamente lo que me sobra. No siempre se encuentran en las pescaderías, pero en esta ocasión los vi, se me antojaron y los compré. Estos venían rellenos de sus propias patitas, pero otras veces los he encontrado rellenos también con gambas.
    • 1 puerro
    • 1/2 cebolla
    • 50 gr. de taquitos de jamón serrano
    • 2 huevos cocidos
    • 2 sobres de tinta de calamar
    • aceite para freír
    • un chorrito de vino blanco
    • sal
    • harina.
    Se prepara siguiendo estos pasos:
    • En la picadora, picar al gusto el puerro y la cebolla (se pueden sustituir por cualquier verdura que nos guste para sofreír y enriquecer la salsa: pimiento, calabacín, zanahoria, etc.) y, en el último momento, añadir los taquitos de jamón si son muy gruesos para que queden más finitos. Reservar.













    • Pasar los chipirones por harina y freír en una cazuela con un fondo de aceite de oliva. Cuando estén listos, se sacan de la cazuela y se reservan.









    • En el mismo aceite, sofreímos las verduras que hemos triturado al principio; les damos unas vueltas y cuando estén pochaditas, añadimos de nuevo los chipirones.



    • Añadir los dos sobres de tinta y un chorrito de vino blanco.

    • Bajar el fuego, remover y dejar que se haga a fuego lento durante unos veinte minutos, removiendo de vez en cuando para que no se agarre.











    • En el momento de servir, se añaden a la salsa los dos huevos cocidos picaditos y se sirve acompañado de arroz blanco.


    Está muy rico, de verdad, espero que os guste.

    lunes, 2 de abril de 2012

    Torrijas




    La receta estrella de la semana santa no podía ser otra que las tradicionales y riquísimas torrijas. Solo podía haberle hecho sombra un buen potaje, pero eso lo dejo para el año que viene ya que, de momento, me lo dan hecho y me sabe buenísimo: no puede tener una tiempo para todo.

    Se trata de un dulce típico de la semana santa que, antiguamente, se hacía aprovechando los restos del pan y con otros ingredientes baratos: era un postre "de pobres". Además es uno de los platos típicos con más variantes familiares que conozco: en cada casa hay una receta diferente. Todavía no he probado dos iguales, salvo, claro está, las mías y las de mi madre porque yo las aprendí de ella. Así que, en realidad, esta es su receta de torrijas.


    Este año tenía pensado haber hecho yo misma el pan, aunque al final no pudo ser. No encontré la manera de organizarme para que me diera tiempo a hacer el pan y un par de días después todo lo más, las torrijas. También es algo que dejo pendiente para otro momento y seguramente lo haga basándome en esta receta o tal vez en esta otra; tengo que estudiarlas más a fondo aún.
    Por el momento me he apañado con pan comprado; a mí me gusta hacerlo con ese pan especial para torrijas que es tipo bollo porque salen más jugositas pero, como todo, para gustos hay colores.

    Así las cosas, para hacer torrijas necesitamos:
    • Pan de torrijas o, en su defecto, cualquier pan. Es preferible dejarlo endurecer un poco, de un día para otro o, incluso, un par de ellos. Si está demasiado reciente será difícilmente manejable y probablemente se deshará al mojarlo en la leche.
    • 1 litro de leche
    • 2 huevos
    • azúcar
    • canela molida
    • miel
    • aceite para freír.
    Nosotros (en esta ocasión he tenido dos estupendos pinches de cocina: mis dos cachorritos se pusieron el delantal y se metieron entre fogones conmigo), las hacemos así:

    • Para preparar el almíbar: en un cazo poner al fuego 3 cucharadas soperas de azúcar y esperar a que se forme caramelo. Añadir 2 vasos de agua y un par de cucharadas de miel. Dejar hervir un rato para que espese un poco, al gusto.
      Reservamos.
    • En un bol grande echar la leche, 4 cucharadas de azúcar y 2 cucharaditas de canela; remover hasta que se disuelva.
      Opcionalmente, se puede poner la leche a hervir con la piel de una naranja o un limón para que coja el aroma. Yo no suelo hacerlo, sobre todo por falta de tiempo.
    • A parte, batir los dos huevos.
    • Preparar una mezcla con 3 cucharadas de azúcar y 2 de canela (en seco, no remojar con nada)
    • Poner el aceite a calentar en la sartén.
    • Cortar el pan en rebanadas gruesas. Hay panes que venden especiales para torrijas que, o bien vienen ya cortados (como el que compré yo en esta ocasión) o con la marca por donde se ha de cortar, puesto que si las rebanadas son demasiado finas corremos el riesgo de que se deshaga al remojarlas en la leche.
    • Mojar las rebanadas de pan en la leche azucarada. Hay que empaparlas bastante para que no se queden secas por dentro, pero con cuidado de que no se nos deshagan. Por eso es importante que el pan no sea reciente, que haya reposado uno o dos días.
    • A continuación pasarlas por el huevo batido y freírlas en el aceite bien caliente, por los dos lados, hasta que acabemos con todo el pan.

    • Sacar las torrijas de la sartén y espolvorearlas con un poco de azúcar mezclado con canela.
    Sugerencias:

    • A la hora de servir, se puede bañar con un poco del almíbar que habíamos preparado al principio. 
    • Hay quien prefiere dejarlas en remojo en este almíbar, pero a mí no me gusta porque se quedan demasiado dulzonas, en un plato que ya de por sí es dulce y contundente; yo prefiero tener el almíbar a mano y regar la torrija con dos o tres cucharadas justo antes de comerla.

    ¡Buen provecho!

    ¿Quieres hacer torrijas totalmente caseras, desde el principio? Consulta aquí cómo preparar el pan para las torrijas. (editado 8/03/2013)