Tarta de cuajada

Esta receta, que también suele triunfar en las reuniones familiares, sorprende por lo fácil que es ya que, ni siquiera, hay que meterla en el horno. A mí, lo que más me gusta de esta tarta es que no es muy dulzona, es más bien ligerita, de modo que entra muy bien después de una comida abundante.

Recomiendo prepararla con unas cuantas horas de antelación puesto que no necesita horno, pero si varias horas en el frigorífico para que cuaje bien. Y si se prepara la noche antes, mucho mejor. Aguanta muy bien un par de días en el frigorífico.

Necesitamos: 

•          20 galletas tipo María, (quien dice 20, dice 25; tampoco hace falta ponerse a contarlas)
•          2 bricks de nata pequeños,
•          1 vaso de leche,
•          5 cucharadas de azúcar,
•          2 sobres de cuajada royal,
•          mermelada de frambuesa,
•          mantequilla.

Se hace así:

• Triturar las galletas metiéndolas en una bolsa de plástico y pasando por encima un rodillo.
• Deshacer la mantequilla y mezclarla con las galletas trituradas.
• Colocar la mezcla de galletas y mantequilla sobre la base del molde en el que vayamos a servir la tarta. Podemos presionar con los dedos para que quede bien compacta: está más rica y será más fácil de servir después.
• Poner al fuego los dos bricks de nata, el vaso de leche y el azúcar. Remover para que no se agarre; hay que tener mucho cuidado porque si el fuego está muy fuerte es bastante fácil que se queme el fondo del cazo. Cuando esté caliente, pero sin llegar a hervir, añadir los sobres de cuajada previamente diluidos en un poco de leche. Mover hasta que hierva todo. Retirarlo y dejar enfriar. Cuidadito de no dejarlo reposar demasiado tiempo en el cazo o cuajará en él y entonces tendremos que servir la tarta en este recipiente.
• Verter la mezcla de nata y cuajada sobre la base de galletas y meter todo al frigorífico para que se cuaje bien.
  Al echar la mezcla de cuajada sobre las galletas hay que tener cuidado para que no se mezclen; para ello, en vez de echar la mezcla directamente sobre la capa de galleta, es mejor verterlo sobre una cuchara.
• Cuando ya esté cuajada, añadir una capa de mermelada de frambuesa.
• Servir frío.

Luego, como en todo, se pueden añadir variantes. Por ejemplo, en la foto que ilustra esta receta, después de hacer la tarta me di cuenta de que no tenía mermelada de frambuesa, así que la decoré con frutas, ¿quedó o no quedó bonita? Y, además, muy sana porque así incluimos fruta en nuestro postre ¡¡perfecto!!
Quedaría deliciosa y muy vistosa con rodajas de kiwi, pero nosotros en casa no consumimos esta fruta por la alergia de la cachorrita.

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