¡Ya está! El regalo para mi AIG ya ha llegado a su destino. Entre otras cosas que él cuenta aquí le he preparado unas galletas con los caramelos de violeta, tan típicos de Madrid.
Me ha hecho gracia descubrir que parece que el rey Alfonso XIII solía regalar estos caramelos a sus amantes; nada más lejos de mi intención, por supuesto, pero siguen siendo una demostración de cariño. Sin ir más lejos, el primer día que compré una cajita para experimentar con esta receta antes de hacer las definitivas que se fueron rumbo a Tenerife, tuve que compartirla con los cachorritos que no paraban de venir a la cocina en busca de "otro caramelo de flor, mamá, que están muy ricos".
Las galletas también salieron muy buenas, con el sabor de violeta de fondo, pero muy suaves, nada pesadas. Busqué una receta que no llevara huevo porque me daba algo de miedo que pudieran estropearse si el paquete tardaba más de la cuenta en llegar.
Lo peor de todo es que la masa no es nada manejable y es complicado darle una forma definida porque, además, crece muchísimo en el horno. De hecho, la primera hornada, la de prueba, terminó por convertirse en una galleta gigante ya que se pegaron unas a otras; por tanto, hay que ponerlas muy separadas. Pero mucho mucho.
Las de la foto que encabeza esta entrada no son las que envié a mi AIG; son las de prueba. Por eso no tienen forma de galleta, si no que están cortadas "a mano". Pero ricas, están riquísimas, eso sí.
Las de la foto que encabeza esta entrada no son las que envié a mi AIG; son las de prueba. Por eso no tienen forma de galleta, si no que están cortadas "a mano". Pero ricas, están riquísimas, eso sí.
Ingredientes:
- 100 gr. de harina de repostería
- 50 gr. de caramelos de violeta
- 5 gr. de levadura tipo royal
- 75 gr. de azúcar
- 100 ml. de nata líquida
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación:
- Pulverizar, machacar o triturar los caramelos de violeta. Yo los metí en una bolsa y desahogué tensiones golpeándolos con el rodillo de amasar. Es diver, pero si tenéis thermomix u otra maquinita de este estilo, también podéis hacerlo en ella más rápido, igual más limpio, pero menos desestresante seguro.
- Mezclar los caramelos triturados con la harina de repostería y luego con el resto de los ingredientes.
- Disponer bolitas de esta masa en una fuente de horno forrada con papel parafinado. Tened en cuenta lo que he apuntado antes: ponerlas muy muy separadas porque si no, al crecer, se pegarán.
- Hornear a horno medio, unos 180ºC durante 20 minutos, aproximadamente, hasta que estén doraditas.
- Dejar enfriar en una rejilla antes de consumir.
Como no llevan huevo en la masa, estas galletas aguantan bastante tiempo y se conservan muy bien en una lata de galletas de las de toda la vida, de esas de metal. Por eso elegí esta receta, teniendo en cuenta que iban a viajar hasta Canarias.
En la primera hornada, la que os digo que fue de prueba, tuve la genial idea de poner un caramelo encima de cada galleta. Se fundió, claro, con el calor del horno. No es que estuviera malo, estaba rico, el caramelo fundidito y con un tacto ligeramente crujiente, pero bonito tampoco era. Así que prescindí de él en la tanda definitiva y os aconsejo que vosotros también lo hagáis.
Estoy enlazando esta entrada a la fiesta de enlaces "Galletas" del blog Personalización de blogs
Estoy enlazando esta entrada a la fiesta de enlaces "Galletas" del blog Personalización de blogs
Muchas gracias Verónica. Las voy a preparar hoy mismo aprovechando los caramelos que me regalaste. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué menos, Cristian!
Eliminar