Mermelada de mandarina

Yo no soy muy de mermeladas, pero desde que empecé a hacerlas en casa he descubierto que, en realidad, yo no soy muy de mermeladas comerciales. Las caseras, como casi todo, son totalmente diferentes, no hay color, mil veces más ricas.

Jamás habría comprado una mermelada de mandarina y, sin embargo, aquí estoy con esta que, dicho sea de paso, está exquisita. Para hacerla, confluyeron varios factores; es como estas veces que vas viendo señales del universo que te indican todas el mismo camino y, al final, no te queda más remedio que aceptar tu destino y ¡¡hacer la mermelada!!

Primero fue una caja de mandarinas que había comprado a través de internet. Una caja enorme que, aunque la compartí con la abuela de los cachorritos, me pide que haga otras cosas con ella. Con la anterior hice este postre de mandarinas. Con esta, tenía que idear otra cosa.

Después se me terminó mi mermelada de moras silvestres y me quedé huérfana de mermelada casera.

Y, por fin, hace unas semanas vi a Bea, de Bea recetas y más, una mermelada de mandarina, con una pinta espectacular.

Después de esta última señal, tuve que hacer esta mermelada y no sabéis cómo me alegro de no haberme resistido porque está buenísima. Inesperadamente buena.

Ingredientes:

• 700 gr. de mandarinas peladas (quitaremos la mayor cantidad de fibra blanca posible)
• 350 gr. de azúcar (se puede poner algo más, si os gustan los dulces muy dulces)
• el zumo de un limón.

Elaboración:

En My Cook (que fue como yo la hice):

• Echamos en la jarra el zumo del limón y el azúcar. Programamos 5 minutos, 100º, velocidad 3.
• Añadimos las mandarinas y programamos 30 minutos, 100º, velocidad 2 sin la tapa del bocal para que evapore y no quede demasiado líquida.
• La trituramos al gusto a base de golpe de turbo. A mí no me gusta encontrarme tropezones, así que le doy 5 o 6 veces hasta que queda prácticamente sin ninguno, pero esto va completamente al gusto de cada cual.
  Y Precaución: dejad enfriar la mermelada antes de triturarla si no queréis que os pase lo que a mí: saltó por toda la cocina -yo incluida- y se formó un guirigai tremendo. Lo peor, claro, fue lo que hubo que limpiar a continuación, todo el suelo, las paredes y los muebles.

En panificadora (que es como hacía yo las mermeladas antes de tener la My Cook):

• Echamos en la cubeta todos los ingredientes. La fruta triturada a nuestro gusto.
• Seleccionamos el programa de mermeladas (en cada panificadora tendrá un número diferente) y dejamos trabajar. Al final del programa podemos levantar un poco la tapa de la panificadora para que se evapore parte del líquido.
  Y Observaciones: no es imprescindible, pero puedes preparar antes un almíbar con el zumo de limón y el azúcar y añadir, después, este almíbar a la cubeta de la panificadora junto con la fruta triturada.

Tradicional:

• Preparamos un almíbar con el zumo de limón y el azúcar: los ponemos a fuego suave y removemos hasta que el azúcar se disuelva y llegue al punto de ebullición, sin llegar a cocer.
• Añadimos la fruta y dejamos cocer durante una hora, a fuego suave, removiendo periódicamente para evitar que se agarre al fondo del cazo, hasta que la mermelada obtenga la textura deseada.
  Y Observaciones: cuando lleve unos 40-50 minutos de cocción y la fruta ya esté blanda, podremos chafarla con un tenedor para deshacerla. Si lo preferimos, podemos incorporarla previamente triturada.

Si os gustan las mermeladas, preparadlas en casa. No es tan complicado -lo más difícil de todo es pelar la cantidad de fruta necesaria- y os aseguráis que no lleve ningún ingrediente raro.

Hoy, os invito a desayunar con esta mermelada tan rica, espero que os guste. Pero si lo preferís, podéis ver otras mermeladas de este blog:

Y Mermelada de moras silvestres

Y Mermelada de piña

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